El Maxwell Smart de Don Adams además de inepto era realmente tonto. El teniente Frank Drebin de La pistola desnuda seguramente nunca hubiese existido sin él. Pero los tiempos corren, mutan y devienen a estos espías de la extinta guerra fría en títeres al servicio de un Hollywood siempre dispuesto a resucitarlos a puro golpe de marketing. De esta forma surgen productos de laboratorio, prefabricados de punta a punta, como este Súper agente 86 modelo 2008. Steve Carell asume el rol de Max con su inapelable dominio del género en el cual, además de rendirle un homenaje al viejo actor de la serie, aporta su propia visión del personaje. El inconveniente para los seguidores más fanatizados de la legendaria creación de Mel Brooks y Buck Henry (quienes han sido acreditados por la producción como consultores) radica en que este flamante 86 parece Albert Einstein en comparación con el de la década del sesenta. Se mantiene inalterable su torpeza y luce atropellado como el que más, pero aquél agente del siglo XX jamás podría haber traducido una conversación en ningún idioma extranjero ni demostrado la agilidad mental del que hace gala el actual en más de una escena. Está bien, puede conjeturarse que estamos ante una reinterpretación del personaje para un público joven. Pero en ese caso lo hubieran renombrado de cualquier otra manera sin necesidad de practicarle una autopsia al querido 86 de antaño. La nostalgia, en mi opinión, pasa por otro lado…
Es vox populi que el Get Smart de Brooks/Henry nació como una sátira estadounidense a ese flemático héroe británico llamado Bond, James Bond (007 pa’ los amigos). La rivalidad entre rusos y americanos en una época especialmente espesa en conflictos internacionales le dio un contexto histórico inmejorable a la eterna confrontación entre CONTROL (los “buenos”) y KAOS (los “malos”). La serie desparramaba con generosidad situaciones y diálogos delirantes mediante las buenas artes de un plantel de actores inolvidables (entre ellos Barbara Feldon como la 99 y Edward Platt como el Jefe). En el filme de Peter Segal nos encontramos con intérpretes por demás heterogéneos: un comediante de primer nivel como Steve Carell, una actriz joven en ascenso como Anne Hathaway, un ex luchador de catch empecinado en demostrar que es capaz de actuar como Dwayne “The Rock” Johnson, un actor de carácter ganador de un Oscar de la Academia como Alan Arkin, un inglés inexpresivo como Terence Stamp –que alguna vez se dio el lujo de trabajar para Pier Paolo Pasolini, William Wyler y Ken Loach antes de caer en picada absoluta-, un breve papel (patético por cierto) para James “Sonny Corleone” Caan, más la participación del japonés Masi Oka (Hiro Nakamura en la serie Héroes) y un cameo glorioso a cargo de Bill Murray. Arkin le da un perfil demasiado realista a su personaje del Jefe (no logra hacer olvidar a Platt), Hathaway desborda energía sexual en otro típico y discutible aggiornamiento de guion (Feldon no requería de tanta audacia para seducir) y “The Rock” arranca con todo pero se va desinflando de a poco. De Carell ya se dijo: el tipo es talentoso aunque el guion no lo favorezca. Un poco más de ingenio podrían haber cambiado las cosas…
La película está concebida como una fusión entre el estilo humorístico farsesco de la serie con el despliegue de acción –sobre todo en el final- de una aventura de 007. De hecho, han metido en la trama a un gigantón muy parecido a Richard Kiel (el temible Jaws) que participó de La espía que me amó y de Moonraker (de la cual, si no estoy equivocado, calcan la secuencia del intento de asesinato mientras caen en paracaídas). No faltan los gadgets insólitos ni el zapatófono en un breve momento (tristemente carece de gracia por completo). El asunto provoca simpatía de a ratos y enojo en otros. Depende de lo que espere cada uno del film. De recomendarla sólo lo haría a quienes no hayan visto mucho al agente del recontraespionaje en su faceta televisiva. Caso contrario hay que perdonarle demasiadas licencias a un producto correcto desde lo técnico y apenas aceptable como entretenimiento. El trono le sigue perteneciendo a Don Adams (QEPD).
Título: Súper agente 86.
Título original: Get Smart.
Dirección: Peter Segal.
Intérpretes: Steve Carell, Anne Hathaway, Dwayne Johnson, Alan Arkin, Terence Stamp, Masi Oka, Dalip Singh, David Koechner, Dimitri Diatchenko, Terry Crews, James Caan, Bill Murray y Patrick Warburton.
Género: Comedia, Acción, Espionaje.
Calificación: Apta todo público.
Duración: 110 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: Warner Bros.
Fecha de estreno: 26/06/2008.
Puntaje: 6 (seis)
El staff opinó:
–La serie original fue una parodia descomunal del estilo de vida norteamericano y la imagen que los estadounidenses tienen de sí mismos (tomando como excusa la Guerra Fría). En la película no quedó nada de eso, el humor es bastante burdo y al guión le falta mucho trabajo. El querido Maxwell Smart era más que un simple clown torpe. Steve Carell no está a la altura de Don Adams, Anne Hathaway como la 99 se roba todas las escenas, Alan Arkin compone con destreza al jefe y Terence Stamp está muy desperdiciado como Siegfried (hasta hay un cameo de Bernie Kopell, el original).– Emiliano Fernández (4 puntos)