Por Pablo E. Arahuete
El recuerdo del film uruguayo Whisky de Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll permanece intacto en esta opera prima del joven realizador Esteban Menis, cuyo acertado título Incómodos define de manera cabal la atmósfera que rodea a este trío protagonista de una comedia donde son fácilmente detectables las marcas registradas de ciertos directores como Kaurismaki, el primer periodo de Jarmusch y mucho más cerca nuestro, el cine de Martín Rejtman.
Sin embargo, una de las grandes diferencias que separan al debutante director de aquellos otros realizadores obedece a la búsqueda de un universo propio, en el que resultan manifiestas las constantes referencias a la adolescencia –casi obsesivas podría decirse- como así también el culto a la inmadurez expresado en la conducta de sus criaturas. Pero esa inmadurez, lejos de ser celebrada aquí, en el caso particular de esta historia remite más a la nostalgia y a el conflicto central que atraviesa la gris rutina de Nicolás (Santiago Alcaraz), Abril (Carolina Tejeda) y el cuarentón Alfred (Iván Moschner).
A Nicolás la novia lo abandonó tras haber dilapidado los ahorros para unas futuras vacaciones en la compra de una nueva pista de “scalextric”; a Alfred, quien trabaja de repositor junto a su padre en un supermercado, lo acaban de echar de un grupo de baile sincronizado -al incorporarse una excéntrica mujer- para presentarse en un certamen de baile; la verborrágica Abril trabaja en un peaje y busca recomponer una situación familiar con el pretexto de festejar su cumpleaños junto a una familia disfuncional extraída de cualquier película de cine independiente que pueda recordarse. Más allá de las frustraciones y las soledades, los tres deberán compartir un viaje a la ciudad de Miramar, dado que Nicolás debe depositar las cenizas de su abuelo en la ciudad balnearia tal como el anciano encargó antes de suicidarse. Miramar también es el lugar en donde se realizará el certamen de baile y en donde se encuentra la familia de Abril. Tal como aquella ciudad de Piriápolis -de la ya mencionada Whisky– es el escenario propicio para resaltar la atmósfera y el clima que atraviesa a este grupo de solitarios que vagan por la playa o la escollera en invierno, sin un alma a la vista, en una suerte de permanente postergación. Esa postergación que en el caso de Nicolás se relaciona por un lado con dilatar el instante previo a arrojar las cenizas de su abuelo, así como la falta de resolución frente a sus problemas personales, opera de forma diametralmente opuesta en el caso de sus acompañantes, para quienes existe la necesidad de tomar el toro por las astas.
Fiel a un tono seco y lacónico, Esteban Menis escribió un guion estructurado en pequeñas viñetas, teñidas de cierto patetismo y humor absurdo, para las cuales se destaca el buen desempeño de su elenco, con un gran trabajo de Carolina Tejeda, quien parece transportada de la galaxia Rejtman. Si bien a veces no logra que el humor pase desapercibido como suele suceder en este tipo de películas, alcanza con algunas situaciones y personajes secundarios que le generan al film el dinamismo justo y por defecto el contrapeso equivalente con el cúmulo de tiempos muertos que afortunadamente son abundantes.
Incómodos se acomoda por méritos propios dentro de un conjunto de películas que buscan el guiño permanente con el espectador, dialogan intertextualmente pero sobre todas las cosas consiguen extraer de lo más ordinario y recurrente algún rasgo de excentricidad o ironía que termina por torcer el destino de ciertos personajes oscuros en una mirada tierna y contemplativa.
Título: Incómodos.
Título original: Idem.
Dirección: Esteban Menis.
Intérpretes: Santiago Altaraz, Carolina Tejeda, Héctor Menis, Iván Moschner, Olga Nani, Muriel Santa Ana, Diego Capusotto, Ricardo Bauleo y Paula Ituriza.
Género: Comedia, Drama.
Calificación: Apta todo público.
Duración: 84 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: Primer Plano.
Fecha de estreno: 30/10/2008.
Puntaje: 7 (siete)