Por Pablo E. Arahuete
No es para nada alentador el resultado final de esta comedia policial dirigida por Jaime L. Lozano y escrita por Abelardo Martínez, que pretende explotar un género bastante redituable apostando a créditos locales como los actores Marcelo Mazzarello, Coco Sily, una decorativa Carla Conte sin ninguna dote actoral (tiene otras dotes que saltan a la vista) y para cerrar el trío masculino, Jean-Pierre Noher. Los antecedentes del director en el género policial tampoco son ninguna garantía y mucho menos en el campo de la producción teniendo en cuenta que una de sus propuestas ha sido la desastrosa Maldita cocaína. A esta altura parece recurrente que la marca defectuosa del cine nacional orientado a un público masivo siempre tenga que ver con el guion.
Dos amigos y un ladrón -cuyo subtexto resume la idea central del film atravesado por un juego de traiciones- comienza planteando una trama prometedora que con el correr de los minutos empieza a derrumbarse a pedazos por las incongruencias y las inconsistencias de un guion que deposita todas sus falencias en el desempeño de sus actores y hace agua por donde se lo mire. Seguramente en manos del recordadísimo Fabián Bielinsky o de un Damián Szifrón el film hubiese llegado a buen puerto porque la premisa es atractiva y sus personajes también, pero son tantas las arbitrariedades y resoluciones fallidas que la buena predisposición no alcanza a tapar los baches narrativos. Apenas algunos destellos de humor bajo la batuta de Coco Sily y un interesante complemento con Mazzarello alcanzan para ubicar a la película de Lozano en el rubro comedia. No obstante, su acumulada lista de errores y desaciertos narrativos la alejan de lo que podría denominarse policial.
Recién salido de la cárcel, Manuel (Coco Sily) no ha perdido las mañas de ladrón y ve una chance cuando descubre que frente a su departamento prestado hay una oficina de una financiera donde por casualidad trabaja un viejo amigo (Noher). Por tratarse de una financiera que hace negocios off-shore, el botín del cual se quiere apoderar Manuel sería irrastreable y así las cosas propone a su vecino amigo que lo secunde en el robo. Para ello necesitan la inteligencia de un tercero (Marcelo Mazzarello), también amigo de ambos ahora casado con la codiciada Mariana (Carla Conte), quien dio el sí por conveniencia más que por amor. De esta manera, con la logística adecuada, los tres ladrones de poca monta preparan el plan perfecto, en apariencia –como suele ocurrir en estos casos– infalible pero que en realidad estará atravesado por una serie de contramarchas y vueltas de tuerca que lo complicarán. Así como un subrepticio juego de traiciones entre los integrantes de la banda que develará los verdaderos rostros de cada uno.
Pese a ser un intento loable por transitar el complicado terreno de la comedia policial, donde cualquier producto foráneo supera por varios cuerpos a este intento nacional, los arrastres de los errores de un guion que parece escrito a las apuradas terminan por descompensar una primera hora lo suficientemente atractiva como para lamentar el derrape del último acto.
Título: Dos amigos y un ladrón.
Título original: Idem.
Dirección: Jaime Lozano.
Intérpretes: Coco Sily, Carla Conte, Jean Pierre Noher, Marcelo Mazzarello, Alberto Zamarbide, Mimí Ardú, Carlos Merota y Gabriel Molinelli.
Género: Comedia, Crimen.
Calificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 85 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: Primer Plano.
Fecha de estreno: 27/11/2008.
Puntaje: 4 (cuatro)
El staff opinó:
–Narrativamente torpe y más televisiva que cinematográfica la comedia de Jaime Lozano desaprovecha a tres notables comediantes (sólo descuella Mazzarello aunque ninguno sale mal parado de la experiencia) que con un mejor guion podrían haber hecho milagros. La presentación de Carla Conte en un rol de femme fatal no podía resultar más desafortunado: ¿debut y despedida?…– Diego Martínez Pisacco (4 puntos)
