Por Emiliano Fernández
Llegó la hora de sincerarnos y llamar a las cosas por su nombre. Cuando alguien va a ver una propuesta tan insignificante como Vamos a la luna (Fly Me to the Moon, 2008) es exclusivamente para chequear el 3D digital. La vieja excusa del “llevar a los chicos” aquí no tiene cabida: casi todos saben que los productos diseñados para este tipo de salas suelen ser elementales tanto desde el punto de vista técnico como en lo que hace a la historia y/o el contenido. Nadie cae más de una vez en esta trampa, ni siquiera renovando los títulos…
La película fue dirigida por el “experto en tres dimensiones” Ben Stassen, también cofundador de la productora especializada nWave Pictures. Llama la atención que un tipo que acredita varios trabajos en el rubro se aparezca con un largometraje tan insulso y poco imaginativo, con unos típicos diez minutos iniciales que disparan un puñado de dardos discretos sobre la percepción del espectador (seres, objetos y fondos en movimiento hacia la cámara). Luego acumulamos lo de siempre: ineptitud narrativa y estética anacrónica.
Estamos ante una obra que prácticamente no encuentra justificación para su existencia: la
animación es tosca, el guion da vergüenza ajena y el desarrollo de personajes brilla por su ausencia. La trama está súper simplificada, aún para los niños menores de 7 años: en 1969, tres moscas que viven cerca de Cabo Cañaveral deciden aventurarse, alentadas por el abuelo de una de ellas, a bordo del Apolo 11 en su viaje hacia la luna. El devenir de los insectos se mezcla con el chauvinismo yanqui y un patético enfrentamiento con los rusos.
No hay premio consuelo ni nada parecido. En Argentina nuevamente nos tendremos que conformar con el clásico doblaje al castellano y no podremos escuchar las voces originales de Tim Curry, Robert Patrick y Christopher Lloyd. En conjunto no debe haber más de dos gags eficaces y para colmo de males las secuencias de acción dejan muchísimo que desear. La falta de garra determina al relato y un magro presupuesto hace lo propio con los ingredientes visuales, apenas reproducciones estériles de las marcas registradas de Pixar.
De hecho, sorprende que en un año en el que descolló la magnifica Wall-E (2008), el resto de la animación estadounidense se haya caído a pedazos. Fantochadas pasatistas como Kung Fu Panda o Madagascar 2 pretenden disimular sus falencias generales con una enorme maquinaria publicitaria que satura de inmediato. Ciertos sectores de la crítica y el público suelen celebrar esta mediocridad perseverante, en verdad inagotable. Vamos a la luna naufraga además en el plano formal: es un retro 3D que desaprovecha la tecnología.
Título: Vamos a la luna.
Título original: Fly Me to the Moon.
Dirección: Ben Stassen.
Voces en inglés: Tim Curry, Robert Patrick, Christopher Lloyd, David Gore, Adrienne Barbeau y Ed Begley, Jr.
Género: Animación, Aventura, Familiar.
Calificación: Apta para todo público.
Duración: 84 minutos.
Origen: Bélgica/ EE.UU.
Año de realización: 2007.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de estreno: 18/12/2008.
Puntaje: 2 (dos)
