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jueves, 21 noviembre 2024
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Asterix en los juegos olímpicos: Entre pociones y humor rancio

Por Pablo E. Arahuete

Pareciera que los cuatro guionistas (no hace falta nombrarlos) que concibieron esta tercera aventura del héroe galo nacido del comic se tomaron una poción de imbecilidad con un brebaje de humor rancio pasado de tiempo y de moda. Asterix en los juegos olímpicos de los directores Frederick Forestier y Thomas Langman -uno de los guionistas- arrastra los mismos defectos y desaciertos que las anteriores entregas: falta de ideas renovadoras, una disciplina sometida a los lineamientos del comic y un desproporcionado plantel de figuras de primera línea que salvo honrosas excepciones se prestan al ridículo en pos de los euros que esta producción europea lanza despreocupadamente. Aunque es cierto que por tratarse de un producto de tamaña características, los efectos especiales dejan bastante que desear y son poco efectivos. Ni siquiera alcanza como entretenimiento para una platea menuda porque si hay algo que le sobra a esta película es metraje y diálogos que no compensan los gags de humor físico mal elaborados y, peor aún, los intentos de cameo de deportistas reconocidos a nivel mundial como un pretexto de los juegos olímpicos.

La historia transcurre en los primeros años del Imperio Romano en las postrimerías de los ya citados juegos olímpicos. Allí, se disputarán el amor de la princesa griega Irina (Vanessa Hessler) un joven y experimentado galo y el futuro esposo de ésta el impresentable Brutus (Benoit Poelvoorde), hijo del César (Alain Delon). Así las cosas, el joven Alafolix (Stéphane Rousseau) llega a la ciudad de Olimpia acompañado del dúo protagónico de la saga, Astérix (Clovis Comillac) y Obélix (Gerard Depardieu), quienes asesoraran al muchacho para hacerse acreedor de la olimpiada así como del amor de la hermosa Irina.

Entre pociones mágicas, efectos berretas y un superpoblado desfile de rostros reconocibles como el de Santiago Segura en roles secundarios, esta coproducción europea no logra salirse de los esquemas previsibles, apenas despliega algunos gags graciosos gracias al versátil actor belga Benoit Poelvoorde que se diluye en lo patético cada vez que Alain Delon, tras su larga ausencia en las pantallas, interpreta a este César de pacotilla.

Decir que el proyecto era innecesario sería pecar de ingenuo tras el éxito y popularidad de este comic de origen europeo; sería por otro lado necio no entender ese axioma tan caro para el cine como el de repetir hasta el hartazgo viejas fórmulas como si se trataran de pociones mágicas inagotables. Por eso cabe esperar una cuarta y quizás una quinta hasta que las figuras desaparezcan y el público comience a querer ver otra cosa.

Título: Asterix en los juegos olímpicos.
Título original: Astérix aux jeux olympiques.
Dirección: Thomas Langmann, Frédéric Forestier.
Intérpretes: Gérard Depardieu, Clovis Cornillac, Alain Delon, Elric Thomas, Jean-Pierre Cassel, Santiago Segura, Benoît Poelvoorde, Vanessa Hessler, José García, Zinedine Zidane, Tony Parker y Franck Dubosc.
Género: Basada en historieta, Comedia, Aventura.
Calificación: Apta para todo público.
Duración: 116 minutos.
Origen: Francia/ Alemania/ España/ Italia/ Bélgica.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de estreno: 08/01/2009.

Puntaje: 3 (tres)

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