Por Pablo E. Arahuete
Detrás del nuevo opus de Olivier Assayas hay una historia como la que puede existir en la concepción de alguna obra de arte. Todo se remonta al vigésimo aniversario del Museo D’Orsay en un proyecto que se vio truncado por falta de financiación. La idea era homenajear a la institución a partir de una serie de películas encargadas a directores prestigiosos, entre ellos el taiwanés Hou Hsiao-hsien quien para la ocasión presentó el proyecto de Le voyage du ballon rouge (exhibido en la última edición del BAFICI, sin confirmarse un estreno comercial aún).
El otro film que pudo terminarse fue precisamente Las horas del verano, del ex crítico francés Assayas. Aunque la presencia del museo D’Orsay queda soslayada en esta historia protagonizada por tres hermanos que, tras el fallecimiento de su madre (la veterana Edith Scob), deben decidir sobre el futuro de una casa de campo colmada de objetos de valor, el eje central del film descansa sobre la relación de apego y desapego de cada personaje con los objetos y, en un segundo plano, con el pasado y la historia. Esa relación es la misma que puede manifestar –cinematográficamente hablando- Assayas con la cinefilia, o con su pasado como crítico cinematográfico al plasmar en esta pieza de indudable carácter teatral resabios de algunos directores como Jean Renoir con su inolvidable Un día de campo, entre otros.
El realizador de Irma Vep estructura el relato a modo clásico con tres actos bien determinados donde el interés radica en la economía de recursos para definir la puesta en escena, así como la poca presencia de rasgos que construyen la psicología de sus personajes. Cada uno de ellos -como se dijo anteriormente- se define y diferencia en función a la esfera afectiva y a su interacción con el entorno. Así, surgen estos atractivos caracteres: el economista de la familia (Charles Berling), quien paradójicamente es el más sentimental y el único que mantiene la idea conservacionista por encima de la pragmática, característica predominante tanto en su hermana (la siempre destacada Juliette Binoche) como en su hermano menor (Jeremie Reinier), el más desapegado de los tres, que además vive fuera de Francia al igual que su hermana radicada en Nueva York.
Sin embargo, este no es un film sobre el arraigo o la pertenencia cultural pese a su enorme impronta francesa, sino en todo caso se trata de una reflexión acerca de cómo el pasado afecta o atrapa nuestras vidas.
Sin lugar a dudas, otro protagonista implícito es la casa de campo, abarrotada de objetos, anécdotas a medio decir y secretos a medio develar. Esa falta de grandilocuencia, de exacerbación, de golpes dramáticos acompañados de grandes verdades por descubrir es la cualidad que distingue a esta obra de Assayas en comparación con otras que persiguen la misma obsesión y temática: los secretos familiares.
Sobre este particular puede decirse que el acopio de piezas de arte, cuadros, esculturas, mobiliarios, porcelanas, jarrones, etc., poseen tanto un valor material como sentimental, pero sobre todas las cosas establecen un nexo directo con un pasado que perdura en cada rincón vacío de esa inmensa casa museo que se niega a desaparecer ante el inevitable paso del tiempo, como los recuerdos de su dueña quien deja un legado a sus hijos a sabiendas que ellos no harán nada por mantenerla.
Quizás subyace en esta idea otra más profunda que obedece a preguntarse por el destino de una obra de arte una vez terminada. A veces, exhibida dentro de una sala oscura y anquilosada de un museo como un animal de zoológico; otras arrumbada en un depósito sin ver el sol y en la mayoría de los casos detenida en el inventario de un coleccionista privado. Fiel a la fórmula menos es más, el realizador francés redondea una historia sencilla, plena de interrogantes sin respuesta sobre la fugacidad de las cosas y la fragilidad humana.
Título: Las horas del verano.
Título Original: L’Heure d’été.
Dirección: Olivier Assayas.
Intérpretes: Juliette Binoche, Charles Berling, Jérémie Rénier, Edith Scob, Dominique Reymond, Valérie Bonneton, Isabelle Sadoyan, Kyle Eastwood, Alice de Lencquesaing, Emile Berling, Jean-Baptiste Malartre.
Género: Drama.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 103 minutos.
Origen: Francia.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: Alfa Films.
Fecha de Estreno: 22/01/2009.
Puntaje: 8 (ocho)