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domingo, 24 noviembre 2024
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Manejado por el sexo: La chica segura…

Pasaron casi tres décadas desde la irrupción del humor de contenido sexual en las comedias destinadas a satisfacer a esa franja mayoritaria de espectadores que, como es sabido, oscila entre los 13 y los 30 años de edad. Es decir, el amplio y respetadísimo target comercial que los especialistas en marketing denominan como adolescentes y jóvenes. Los críticos suelen coincidir en que el éxito desbordante de tales productos mucho se lo deben al taquillero desempeño de Porky’s (1981), un filme modesto del trágicamente desaparecido realizador Bob Clark, ambientado en un colegio secundario mixto allá por los ’50s. No era el primero pero sí el principal responsable de todo lo que vendría a continuación en los relajados ’80s. Es verdad que siempre había existido un cine de temática adolescente con alumnos violentos (Semilla de maldad, 1955), motoqueros rebeldes (El salvaje, 1954) y rockeros playeros (como en la ultrabarata saga Beach party que consta de siete partes y fuera rodada a partir de 1964), pero entre la represión de la época y lo ingenuas que lucen esas historias hoy día la comparación carece de todo sentido. Comedias como American graffiti (1973), Colegio de animales (1978) o Albóndigas (1979) cimentaron gradualmente un cambio sustancial en el gusto popular al darle un cariz cínico a las situaciones y personajes involucradas en ellas. Claro que esto haría eclosión con la explicitud sin precedentes de la que hizo alarde Porky’s. El tratamiento no era para nada serio pero de una buena vez el sexo parecía dejar de ser un tema tabú. De hecho, no habría que descartar la injerencia que tuvo el auge de la pornografía por esos tiempos para que esto suceda. No obstante, la descarada intencionalidad exploitation de los productores para incluir escenas sexuales, desnudos y partuzas varias sin preocuparse por horadar en la psiquis de sus protagonistas, motivó el rechazo general del público pensante. Tal es así que Roger Ebert, el famoso crítico norteamericano del diario Chicago Sun-Times, bautizó a este estilo de comedia con el hilarante acrónimo A.C.N.E.S. (Adolescent Character’s Neurotic Eroticism Syndrome).

Con sus altas y bajas el subgénero llegó para quedarse: en pleno siglo XXI acaba de estrenarse Manejado por el sexo, una película filmada en el 2008 que responde plenamente a los ya lejanos preceptos que implementaron títulos prehistóricos como Picardías estudiantiles (1982), El último americano virgen (1982), Los estudiantes debutan (1983), Salsa picante (1985) o inclusive la más atemperada saga israelí Lemon popsicle producida entre 1978 y 1984 por el prolífico escritor, productor y cineasta Boaz Davidson. Si bien los yanquis nunca abandonaron definitivamente el filón, en los ‘90s quedó sepultado por el humor escatológico propiciado por el insoportable Eddie Murphy, hasta que American Pie (1999) -y sus innecesarias secuelas- volvió a reflotar la fórmula para las generaciones actuales. De esta misma etapa tardía surge Viaje censurado (Road trip, 2000), una de las claras influencias que el director Sean Anders evidencia en Manejado por el sexo. La otra es Quiero decirte que te amo (The sure thing, 1985) una joyita de Rob Reiner en las antípodas de la vulgaridad que catapultó la carrera de un jovencísimo John Cusack. Los estadounidenses enloquecen con la combinación de autos veloces y mujeres núbiles: el asunto es cómo usarla. Mientras que Viaje censurado la emplea para hacer reír con recursos emparentados con el trazo grueso, Quiero decirte que te amo apela a la descripción de personajes con delicadeza y sentimiento para convencernos de que la historia de amor narrada en ella es no sólo creíble sino también posible. Sí, las dos son road movies y las dos están protagonizadas por post-adolescentes pero después no pueden ser más diferentes en sus objetivos y modos de alcanzarlos…

Manejado por el sexo toma de Quiero decirte que te amo su premisa argumental: un joven virgen quiere dejar de serlo viajando en auto al encuentro de “la chica segura” que le ha prometido su premio carnal si la va a visitar en el lapso de veinticuatro horas. A diferencia del filme de Reiner, aquí el contacto se da a través de la internet en un válido intento por modernizar la idea. Aunque al final este planteo contenga una vuelta de tuerca bastante lógica, lo interesante de todo esto es el vínculo que se establece entre los compañeros de viaje. En Quiero decirte… era una pareja despareja recién ingresada a la universidad que pasaba del odio al amor como en toda comedia romántica clásica que se precie de tal. Para subir la apuesta, en Manejado por el sexo los personajes principales son tres: dos hombres y una mujer con intereses sentimentales cruzados. Sean Anders los arrastra a la carretera para que se auto-descubran sin prestarle mucha atención al arco de transformación interno de cada uno de ellos. Aquí hay un leve amorío entre Ian (una perfecta caracterización de Josh Zuckerman) y Felicia (la atractiva canadiense Amanda Crew) y también entre Felicia y el dandy Lance (excelente aporte del gordito Clark Duke), pero en mi opinión nada que invite a enamorarse de unos u otros. La carga humorística que se desarrolla en la trama –en ocasiones eficaz y en otras simplemente chabacana- nos obsequia con una espléndida primera parte en la que el timing de los actores provoca unas cuantas carcajadas lícitas aún a costa de gags reciclados hasta el hartazgo. No hay dudas de que a Sean Anders y a su coguionista John Morris lo obsesionan las costumbres sexuales de sus compatriotas. Ni siquiera su hermana, la actriz Andrea Anders, sale bien librada de esa fijación lasciva. El otro tema llamativo es la recurrente burla del director hacia la religión de los amish (menonitas para el subtitulado) que desde Testigo en peligro no pegan una en el cine. No es que los traten de idiotas o retrógrados sino más bien lo contrario: profesan un libertinaje en un montón de actividades desaconsejables de acuerdo a la rígida escala de valores de la comunidad. Si Anders creyó hacer una sátira religiosa disfrazando a modelitos infartantes como la espectacular Alice Greczyn con la ropa tradicional de los menonitas se equivocó muy feo…

Demasiado extensa para lo que cuenta -lo cual provoca cierta tendencia a la reiteración en la segunda parte del film-, Manejado por el sexo propone un retorno a las fuentes afanando de todos lados con mejores resultados de los que uno podría esperar a esta altura del género. La atronadora banda de sonido rescata con igual intensidad algunos temas viejitos como “Danger Zone” de Top Gun/ Reto a la gloria (1986) junto con otros más recientes. Pese a los evidentes desniveles narrativos la juvenil platea con la que compartí la proyección festejó alborozada casi todas las ocurrencias de Anders y compañía. Que la inocencia les valga…

Título: Manejado por el sexo.
Título original: Sex drive.
Dirección: Sean Anders.
Intérpretes: Josh Zuckerman, Amanda Crew, Clark Duke, James Marsden, Seth Green, Alice Greczyn, Katrina Bowden, Charlie McDermott, Mark L. Young, Cole Petersen, Dave Sheridan y Michael Cudlitz.
Género: Comedia, Romance.
Calificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 109 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: Alfa Films.
Fecha de estreno: 29/01/2009.

Puntaje: 6 (seis)

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