Por Emiliano Fernández
Harvey Milk no sólo fue el primer político abiertamente gay elegido en Estados Unidos, también encabezó una durísima batalla contra la intolerancia social y fue pionero en lo que respecta al movimiento por los derechos civiles de los homosexuales. En su cumpleaños número cuarenta, este neoyorquino de clase media decide mudarse junto a su pareja a la convulsionada San Francisco de principios de los ’70 para asumir con libertad su condición sexual y abrir una pequeña tienda de fotografía. La violenta recepción que recibe de parte de sus vecinos y la policía lo lleva primero a fundar una organización que defienda los intereses de la comunidad y luego a postularse él mismo para distintos cargos públicos. A pesar de las derrotas iniciales, nunca pierde la fe porque su base de apoyo no deja de crecer.
Milk (2008) es una película de Gus Van Sant en todo el sentido de la expresión. Por un lado deja atrás el ciclo centrado en la atormentada relación entre juventud y muerte, la tetralogía compuesta por las interesantes Gerry (2002), Elephant (2003), Last Days (2005) y Paranoid Park (2007). Por otro lado constituye un acercamiento exitoso al mainstream más accesible, por suerte con resultados opuestos a los de sus desastrosas aproximaciones de los ’90, aquellos mamarrachos intitulados En busca del destino (Good Will Hunting, 1997), Psicosis (Psycho, 1998) y Descubriendo a Forrester (Finding Forrester, 2000). Estamos hablando de un viejo anhelo del director: una biopic sobre la figura de Milk con una compleja reconstrucción de época. El coqueteo con Hollywood le garantizó el capital.
Combinando el tono aguerrido de obras como Mi mundo privado (My Own Private Idaho, 1991) y Todo por un sueño (To Die For, 1995) con la fluidez narrativo- existencial de sus últimas propuestas, el cineasta consigue un collage bastante curioso que comienza precisamente con apuntes etéreos (cámaras lentas, imágenes congeladas, sobreimpresiones) para después transformarse en un relato de denuncia sostenido por un acertado discurso de barricada (que a su vez reenvía hacia una estructura narrativa más convencional, de recursos cinematográficos clásicos). Las marcas registradas formales del Van Sant adulto están condensadas en los primeros 30 minutos; a posteriori el film adquiere un clima más lúdico y distendido que también resulta representativo sobre todo en términos conceptuales.
Además del excelente desempeño del realizador, las otros dos factores fundamentales para que el barco llegue a buen puerto son el estupendo guión de Dustin Lance Black y la labor de Sean Penn encarnando al protagonista. El actor se muestra cómodo en el papel, contagia una disposición anímica movilizante y baja las revoluciones si consideramos sus rimbombantes trabajos anteriores. El resto del elenco también hace lo propio y aunque conviene no adelantar qué papel le corresponde a cada uno podemos mencionar algunos nombres destacados: James Franco, Emile Hirsch, Josh Brolin y Diego Luna. La dupla Black- Van Sant explora con éxito tanto la vida pública como la privada de Milk intercalando numeroso material de archivo de tipo televisivo que contextualiza los hechos.
La sucesión de viñetas abarca las diferentes tribulaciones de su sufrida carrera política y la lucha ferviente, una vez electo supervisor por su distrito en 1977, contra una normativa conservadora que proponía despedir a los profesores gays de los colegios estatales alegando que constituían “una influencia nociva para los niños”. A pesar de la ola de reconocimientos desde la industria que ha acumulado la película, no debemos olvidar que este es un proyecto personal de Van Sant: aquí brinda toda la seriedad que el tópico requiere pero sin descuidar el subtexto humanista, siempre presente en su producción. Esta alegre celebración de la homosexualidad ridiculiza a la derecha evangelista norteamericana, pone en perspectiva el estado actual de los derechos civiles de las minorías y retrata sin medias tintas ni romanticismos a uno de los precursores más singulares del movimiento, el extremadamente intenso Harvey Milk, o “the Mayor of Castro Street” tal su apodo popular.
Título: Milk: Un hombre, una revolución, una esperanza.
Título Original: Milk.
Dirección: Gus Van Sant.
Intérpretes: Sean Penn, James Franco, Emile Hirsch, Josh Brolin, Diego Luna, Alison Pill, Victor Garber, Denis O’Hare, Joseph Cross, Stephen Spinella y Lucas Grabeel.
Género: Biografía, Drama.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 128 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: UIP.
Fecha de Estreno: 12/02/2009.
Puntaje: 9 (nueve)