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jueves, 21 noviembre 2024
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Cuenta regresiva: Sobre el determinismo encriptado

Por Emiliano Fernández

La riqueza de una propuesta tan difícil de clasificar como Cuenta regresiva (Knowing, 2009) pasa por la comunión exitosa de diversas macro- direcciones formales. Los géneros involucrados van desde el cine catástrofe y la ciencia ficción apocalíptica hasta el thriller artesanal a la Hitchcock, el horror psíquico de anticipación y el infaltable melodrama familiar. La última realización del egipcio Alex Proyas se abre camino a puro corazón dentro de un Hollywood cada día más volcado a la formula vacía, esa que vaga sin rumbo y carece de encanto y pasión. En tanto combo ecléctico pero armonioso, el film pone el énfasis en una vieja y querida historia de “muertes a gran escala” mientras ejerce un astuto control sobre el timing narrativo para encausarlo hacia un debate religioso muy new age.

En 1959 los docentes de un instituto primario dan el puntapié inicial a un ambicioso proyecto: le piden a sus alumnos que construyan una representación gráfica del mundo por venir. Los dibujos de los niños son depositados en una “cápsula del tiempo” simbólica, conservada a su vez en un compartimiento especial en el patio del colegio para ser abierta luego de 50 años. El esperado 2009 no tarda en llegar y con él el momento de chequear esas predicciones infantiles del ayer. Los trabajos se reparten entre los chicos y el de la misteriosa Lucinda Embry (Lara Robinson) termina en manos de Caleb Koestler (Chandler Canterbury). Su padre John (Nicolas Cage), un profesor de astrofísica en el MIT, descubre datos encriptados en esa hoja repleta de números aparentemente aleatorios e inconexos.

La futurología que practicaba la joven, hoy ya fallecida, estaba dictada por susurros polifónicos que sólo ella escuchaba. En esas circunstancias sistematizó las fechas, victimas y coordenadas de todos los grandes desastres de las últimas cinco décadas. Pero lo peor es que la lista de Lucinda finaliza con tres calamidades aún por ocurrir… El relato interconecta varias subtramas tejiendo una red de “intrigas” en el sentido clásico del termino: amenaza exterior, conspiración, profecías, incredulidad y vueltas de tuerca en los instantes oportunos son elementos que ayudan a sostener satisfactoriamente el suspenso hasta el ansiado desenlace, resolución parcial de los conflictos creados. Sin dudas el director tuvo mucho que ver en la presencia de esos señores oscuros que siguen con insistencia al pobre Caleb.

El guión de Juliet Snowden, Stiles White y Ryne Douglas Pearson, sobre una idea original de éste último, resulta correcto aunque no sobresale por su originalidad y cae en algunos diálogos remanidos. De hecho, el elenco extrae lo mejor de varios atajos emocionales viabilizando la profundización dramática sobre todo en lo que respecta a la relación entre los dos protagonistas excluyentes y la de John con la hija de Lucinda, Diana Wayland (Rose Byrne). Esto nos conduce al desempeño del imponderable Nicolas Cage: aquí por suerte está mucho más medido que de costumbre y su personificación trae a la memoria aquellos explosivos primeros trabajos de su carrera, muy elogiables por cierto. Otros puntos a rescatar son la fotografía de Simon Duggan y la estimulante música de Marco Beltrami.

Sin embargo el máximo responsable no es otro que Proyas, un realizador meticuloso que vuelve a demostrar inteligencia visual y un extenso conocimiento del arte cinematográfico. Su talento se percibe especialmente durante las tres secuencias en las que John intenta evitar las masacres: la diagramación de las tomas y el diseño de los CGI son en verdad extraordinarios, fantásticos. Cuenta regresiva posee un ritmo certero y funciona como una continuación estética de las luminosas Garage Days (2002) y Yo, Robot (I, Robot, 2004), una gran obra que padecía al siempre lamentable Will Smith. Tampoco olvidemos que la película incluye un tono macabro similar al de Spirits of the Air, Gremlins of the Clouds (1989), El cuervo (The Crow, 1994) y la exquisita Ciudad en tinieblas (Dark City, 1998). En el sustrato conceptual encontramos rasgos en común con esas primeras incursiones en el medio, luego de su paso por el campo de los video clips: en esta ocasión las habituales mitologías postreras se cruzan con revelaciones mesiánicas y el eterno conflicto intra- científico entre determinismo y azar. Reconversiones mediante, para Proyas la angustia que genera la impotencia no desaparece nunca del todo aunque es posible un nuevo comienzo…

Título: Cuenta regresiva.
Título Original: Knowing.
Dirección: Alex Proyas.
Intérpretes: Nicolas Cage, Rose Byrne, Chandler Canterbury, Ben Mendelsohn, Adrienne Pickering, Tamara Donnellan, Brett Robson, Lara Robinson y Nadia Townsend.
Género: Ciencia-ficción, Thriller, Misterio.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 121 minutos.
Origen: EE.UU./ Reino Unido/ Australia.
Año de realización: 2009.
Distribuidora: Alfa Films.
Fecha de Estreno: 02/04/2009.

Puntaje: 8 (ocho)

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