Parece mentira viniendo de una cinematografía tan vital pero a las pruebas me remito: La ragazza del lago es un policial italiano blando, sin intriga y lo que es peor aún, sin sangre. Habría que ver cuántos cambios sustanciales sufrió la novela de la escritora noruega Karin Fossum tras ser adaptada por los guionistas Sandro Petraglia y el director debutante Andrea Molaioli (asistente hasta ahora de Nanni Moretti en varios largometrajes) para 
saber distribuir correctamente el grado de responsabilidad a unos y otros. Si se trata de una adaptación fiel sin dudas estamos ante una de las tramas más elementales que haya conocido el género en mucho tiempo. Un thriller puede pecar de imperfecto, poseer agujeros narrativos o incoherencias varias pero mientras genere alguna emoción –excitación, indignación, lo que sea- y entretenga en su discurrir todo es perdonable. La ragazza del lago se queda en una superficie plúmbea, agota con su injustificada solemnidad y promueve el hastío con una puesta en escena monocorde hasta la exasperación. Hablando mal y pronto: un bodrio de aquéllos…
De un elenco salpimentado por algunos nombres gloriosos del cine peninsular como Omero Antonutti o la más joven, y aún bella, Valeria Golino uno esperaba mucho más que dos o tres escenas aisladas en las que apenas se vislumbra el talento que los hiciera famosos. Los papeles de mayor peso, en cambio, recaen en actores difícilmente reconocidos en nuestro país con la excepción, quizás, del protagonista Toni Servillo a quien se podrá recordar por su rol en la reciente Gomorra. Como por nombres propios el reparto no entusiasma el foco se desplaza hacia el trabajo de los autores y el director que, penosamente, tampoco le encuentran la vuelta a una historia mal armada y que por extraño que resulte carece de impulso dramático debido a la inexistencia de puntos de giro en el desarrollo argumental. La tan mentada curva dramática es aquí directamente una utopía…
La ragazza del lago al que se refiere el título es una joven que aparece ahogada, presuntamente asesinada en circunstancias desusadas, en un pueblito alpino cercano a Udine. Para esclarecer el caso es llamado el comisario Sanzio (Servillo) con toda su amargura y antipatía a cuestas. La investigación, como es habitual en este tipo de relatos,
arroja más de un sospechoso que podría haber cometido el crimen aunque ningún móvil da la sensación de ser lo suficientemente sólido. Paralelamente nos presentan una breve semblanza de la vida personal del comisario quien ha debido internar a su mujer en una clínica por sufrir del mal de Alzheimer (esta situación puntual trae a la memoria un film muy distinto en temática pero también muy superior como la excepcional Lejos de ella) para disgusto de su hija adolescente. La relación de padres e hijos tiene cierta injerencia en el guion pero la subtrama familiar del comisario, más allá de justificar su insoportable adustez en el trato diario, oficia de relleno para estirar la película a los noventa minutos de duración. Cualquier serie de televisión estadounidense –llámese Dexter, Criminal minds o Bones– le pasa el trapo a esta desganada versión tana del policial deductivo clásico en el que el ingenio en la resolución del crimen siempre era el norte a seguir por sus venerables creadores. El director de La ragazza del lago ha optado por una variante típica del género sin contar con la capacidad para recrear sus variables más obvias. En el camino, por desdicha, sólo consigue aburrir…
Título: La ragazza del lago.
Título original: Idem.
Dirección: Andrea Molaioli.
Intérpretes: Toni Servillo, Denis Fasolo, Nello Mascia, Fausto Maria Sciarappa, Marco Baliani, Giulia Michelini, Franco Ravera, Sara D’Amario, Heidi Caldart, Fabrizio Gifuni, Omero Antonutti, Anna Bonaiuto y Valeria Golino.
Género: Drama, Misterio, Policial, Thriller.
Calificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 95 minutos.
Origen: Italia.
Año de realización: 2007.
Distribuidora: Primer Plano.
Fecha de estreno: 27/08/2009.
Puntaje: 3 (tres)
