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domingo, 24 noviembre 2024
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La piedra mágica: Más redondo, menos cuadrado

Por Marcos Rodriguez

La piedra mágica se propone como una “película para chicos” y podemos decir que cumple con su objetivo: divierte, cuenta con la infaltable lección moral (no demasiado recalcada), despliega una serie de personajes queribles y creíbles (dentro de una estética que se acerca a la de los dibujos animados). No soy un chico pero como chico me hubiera gustado verla. Si bien por momentos abusa de los efectos digitales (esa gran caja de Pandora que permite exhibir cualquier imagen imaginable), no se desvive por ellos y da vida a muchas cosas que merecían cobrar vida (como un enorme y monstruoso moco).

El ecléctico Robert Rodriguez (quien cuenta en su obra, entre otros, títulos como Sin City, Planet Terror y, dentro de este género, Mini espías) se entrega de lleno a la perspectiva infantil y sabe asumirla sin la habitual condescendencia que muchas veces se deja sentir en este ramo. En otro ámbito, podríamos analizar La piedra mágica dentro de la producción toda de este director y encontraríamos más de un punto en común con sus obras anteriores.

Por otro lado, es inusualmente alto el grado de crítica al sistema de producción y modo de vida capitalista. No solo se satiriza la sociedad incomunicada por la tecnología, las relaciones (ausentes) entre padres absorbidos por su trabajo e hijos que se encuentran librados a un mundo sin adultos, la hipocondría y la obsesión por la limpieza, la vida que gira en torno (incluso geográficamente) al trabajo; todo lo cual vemos no como denuncia, sino por sus consecuencias, sin que se nos lo diga. Pero además se nos presenta un ataque frontal al modo de producción orientado al consumo desenfrenado y regido por los códigos de la competencia desleal y absoluta. Por supuesto, no estamos ante una película bolchevique, pero eso no la hace menos válida.

El argumento resulta atractivo: no se trata de una historia lineal, sino de una serie de pequeñas historias que giran en torno a una misma premisa. En una pequeña comunidad en el estado de Texas (construida por la empresa de la cual todos los vecinos son empleados), un día cae del cielo una piedra que concede deseos a quien la posea. La piedra cae (casi) siempre en manos de los chicos del barrio, que comienzan a ver realizados sus deseos más inmediatos, los cuales, por supuesto, se salen de control y terminan de una forma desastrosa. De hecho, el título original en inglés de la película es Shorts, es decir, “cortos”. Toda La piedra mágica está estructurada como una serie de cortos (que siguen cada uno un protagonista diferente) hilvanados por un narrador infantil que más que aclarar parece agregar confusión. Pero la película no resulta confusa y es ideal para la fértil mente de un chico.

El trabajo tan evidente con la forma narrativa abre muchos juegos y a la vez infunde a la película toda un espíritu lúdico. Dentro de esa estructura compleja, uno de sus valores es justamente la multiplicidad de lo que se cuenta, de las miradas que se cruzan, de los conflictos que convergen. Girando fuera de control, la propia película se opone al mundo cuadrado (en más de un sentido) de ese barrio empresarial hasta hacerlo estallar en mil pedazos.

Título: La piedra mágica.
Título Original: Shorts.
Dirección: Robert Rodriguez.
Intérpretes: Jimmy Bennett, Trevor Gagnon, Rebel Rodriguez, Jake Short, James Spader, Leslie Mann, Jon Cryer, William H. Macy, Kat Dennings, Devon Gearhart, Tina Rodriguez y Jolie Vanier.
Género: Aventura, Comedia, Familiar.
Clasificación: Apta para todo público.
Duración: 89 minutos.
Origen: EE.UU./ Emiratos Árabes Unidos.
Año de realización: 2009.
Distribuidora: Warner Bros..
Fecha de Estreno: 10/09/2009.

Puntaje: 8 (ocho)

El staff opinó:

-A diferencia de su colega Quentin Tarantino, Robert Rodriguez sí es un director clase B filmando para Hollywood desde la más pura enajenación creativa. Esto tiene sus consecuencias positivas y negativas: entre las primeras está su característica efervescencia visual, el ritmo narrativo extasiado y esa destreza técnica sin comparación; entre las segundas encontramos el simplismo general, las historias ridículas y la exasperante recurrencia de estereotipos. De todas formas hay que reconocer que el texano siempre fue sincero desde el punto de vista estético y conceptual… propuestas infantiles dementes o géneros exacerbados para adultos, así de sencillo. Dentro del primer pelotón, La piedra mágica (Shorts, 2009) es su mejor película desde Mini espías (Spy Kids, 2001). Muy por encima de las secuelas de ésta última y la fallida Las aventuras del niño tiburón y la niña de fuego (The Adventures of Sharkboy and Lavagirl 3-D, 2005), aquí redondea una obra relativamente coherente que una vez más parece construida por los mismos hijos del realizador. Que se la haya vendido a la Warner Bros. es un mérito en verdad inconmensurable…- Emiliano Fernández (5 puntos)

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