Por Marcos Rodríguez
La novia de mi mejor amigo se parece a muchas otras películas que ya vimos. Su punto de partida es algo así como el cruce entre Hitch, especialista en seducción y Los rompebodas; dos películas, digamos, que tampoco tenían nada demasiado particular. Siempre hay alguna originalidad mínima en el argumento: en este caso, el “especialista en mujeres” no ayuda a los demás hombres a seducir sino que invita a las ex novias a una cita y se comporta de una forma tan atroz que inmediatamente al regresar a sus casas ellas vuelven a llamar a su ex novio porque después de una noche tan horrible aprendieron a apreciar mejor lo que tenían antes. Por supuesto, en algún punto este “especialista en comportarse como un idiota” se encuentra con una chica que es diferente a las demás: Alexis (interpretada por Kate Hudson), de quien está enamorado su mejor amigo. Pueden imaginar los enredos subsiguientes y, por supuesto, la resolución.
El director Howard Deutch (Me las vas a pagar, papá; Dos viejos más gruñones y Mi vecino el asesino 2) entrega con un desempeño adecuado esta nueva comedia romántica. Centrado en la figura de su protagonista (Dane Cook), Deutch nos muestra muchas más imágenes interesantes de su personaje Tank que de su contraparte Alexis (una Kate Hudson que nunca habíamos visto tan poco atractiva), a quien le dedica, por ejemplo, un plano en el que aparece a contraluz y que debería mostrárnosla como un ángel cuando en realidad lo único que hace es remarcar sus orejas. Por otra parte, Jason Biggs (el de American Pie) repite con cierta solvencia el único personaje que Hollywood parece dispuesto a ofrecerle. Alec Baldwin, muy secundario, está bien, pero conociendo sus grandes trabajos del pasado nos queda la sensación de que estuvo desaprovechado.
Siguiendo una tendencia de las últimas comedias románticas (pensamos, por ejemplo, en la infinitamente superior Zack y Miri hacen una porno), en esta película tenemos “charlas sobre la masturbación” y una caja llena de consoladores, pero ese supuesto realismo sexual no hace más que cubrir un fondo bastante relamido y retrógrado. Seamos sinceros: desde Cuando Harry conoció a Sally (a la cual Deutch se refiere más de una vez) el sexo ya entró en la comedia romántica y mostrar algunos pezones no implica necesariamente una actitud diferente. Ronda toda la película esa misma idea de “los hombres tienen que aprender que el sexo no es lo importante, sino los sentimientos”; o sea, los hombres son malos a menos que piensen como una mujer. Por otro lado, tenemos a ese “seductor mala persona” (el personaje de Cook antes de aprender la lección) que consigue conquistar a cualquier mujer en cinco minutos; o sea, a las mujeres les gusta que las traten mal. También tenemos al “mejor amigo” (Jason Biggs), el chico sensible que no consigue estar con una mujer justamente porque no entiende esa verdad que la película niega con las palabras pero reafirma con las imágenes: a las mujeres hay que tratarlas mal para que se interesen.
¿A qué llegamos después de todo esto? A nada, todo se resuelve de alguna forma, lo importante es que la pareja termina unida y listo.
Título: La novia de mi mejor amigo.
Título original: My Best Friend’s Girl.
Dirección: Howard Deutch.
Intérpretes: Dane Cook, Kate Hudson, Jason Biggs, Lizzy Caplan, Alec Baldwin, Diora Baird, Riki Lindhome, Mini Anden, Hilary Pingle, Nate Torrence, Malcolm Barrett y Taran Killam.
Género: Comedia, Romance.
Calificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 101 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: Alfa Films.
Fecha de estreno: 17/09/2009.
Puntaje: 6 (seis)