Por Marcos Rodríguez
Planet 51 sigue una línea de la animación de los últimos tiempos: la reelaboración de la iconografía de las películas (clase B) de los años `50 en los Estados Unidos, como se veía ya en Los increíbles (gran película de Pixar). Planet 51 retoma específicamente el género de la ciencia ficción (como había hecho Monstruos vs. Aliens) y lo invierte: la película arranca con dos estudiantes de secundario que, sentados en un auto en las afueras del pueblo, se encaminan hacia una situación romántica cuando por el horizonte aparece una nave espacial y arranca una invasión. Pasados algunos momentos, se nos muestra que las criaturitas verdes son en realidad los habitantes del planeta y quienes bajan de la nave espacial son los “humanos” (una visión distorsionada de ellos). Pasados pocos momentos más, se nos informa que lo que habíamos estado viendo era una película de ciencia ficción que se exhibía en un planeta habitado por criaturas verdes y ambientado “en los 50’s”. Desde el comienzo, Planet 51 explicita su juego. Más adelante, sucederá en la vida real lo que habíamos visto en la película dentro de la película: del cielo cae una nave espacial, de la cual baja un alienígena: un ser humano. Pero en la “vida real” las cosas no pasan como en las películas.
No es difícil notar puntos de contacto de esta película con Shrek: un mundo fantástico (pero cercano al nuestro) en el que la construcción de un relato predominante impide el desarrollo de sus habitantes. Así como Shrek luchaba contra el cuento de hadas, Lem lucha contra la ciencia ficción clase B que impide que sus congéneres se den cuenta de que el astronauta recién llegado es bueno y viene en son de paz. También se trabajan los temas de la amistad masculina y el miedo que nace del choque contra lo que no conocemos. Este último paralelo con Shrek no es casual: Joe Stillman, el guionista de Planet 51, lo fue también de las Shrek uno y dos.
Pero a diferencia de lo que pasaba con Shrek y su mundo mágico (que en cierta forma sigue vivo), las referencias de Planet 51 son referencias muertas, citas cinéfilas que un adulto podrá reconocer (casi en plan de juego intelectual), pero que el espectador no comparte necesariamente. Un chico probablemente no reconozca las imágenes que están detrás de lo que está viendo. Y esto se multiplica: Planet 51 está lleno de citas (desde la saga Alien hasta Cantando bajo la lluvia) que parecen más un “código de entretenimiento” para el adulto que acompaña a su hijo en la sala que un elemento estético funcional.
Por supuesto, como en toda “película infantil” no podía faltar la moraleja. Planet 51, dijimos, es el reverso de ese cine paranoico de los `50 que explotaba el miedo al otro; por tanto, la lección que tenemos hoy es que “no hay que tener miedo a lo desconocido”. Se plantea la idea de que Lem, el protagonista que quiere ser astrónomo, cree que el universo mide tan solo 500 kilómetros. El astronauta humano llega y le dice que no es así: el universo es mucho más grande de lo que él cree. Esto es lo que dicen los diálogos, se habla sobre buscar un universo más amplio, pero Planet 51 no amplía en nada el universo de la animación.
Título: Planet 51.
Título original: Idem.
Dirección: Jorge Blanco, Javier Abad, Marcos Martínez.
Voces en inglés: Dwayne Johnson, Jessica Biel, Justin Long, Gary Oldman, Seann William Scott y John Cleese
Género: Animación, Ciencia-ficción, Aventura, Comedia.
Calificación: Apta para todo público.
Duración: 91 minutos.
Origen: España/ Reino Unido/ Estados Unidos.
Año de realización: 2009.
Distribuidora: CDI Films.
Fecha de estreno: 26/11/2009.
Puntaje: 6 (seis)
El staff opinó:
–Simpático homenaje a la ingenuidad paranoica de la década del ’50 y la ciencia ficción en general. Sin volar demasiado alto y con una animación eficiente, el filme mantiene un encanto simplón invirtiendo la clásica premisa de las invasiones alienígenas (ahora nosotros somos los seres extraños). Entretenida y amigable…– Emiliano Fernández (6 puntos)