Por Marcos Rodriguez
Si uno va a ver una nueva película de Depredador, sabe más o menos qué esperar. Va a haber unos extraterrestres (al principio invisibles), una cacería, un grupo de personas cazadas, algunas revelaciones y más que unos cuantos momentos de tensión (anunciados rigurosamente por la música). Hasta las sorpresas son esperadas. Depredadores cumple con todas las expectativas e intenta redoblar la apuesta: la película empieza con un corte sobre nuestro protagonista (Adrien Brody) que está cayendo por el aire en caída libre. Por supuesto, a ultimísimo momento se va a abrir el paracaídas, pero la idea vale: caemos con él en un planeta al que las cosas caen solo para ser cazadas.
Esta idea de acción pura, de tensión casi sin explicación le hace mucho bien a la película. Por un lado, porque a estas alturas no se puede sorprender demasiado con esta saga que ya arrastra tras de sí muchos años y secuelas. Por otro, porque en realidad lo que interesa es eso. En algún momento va a haber una explicación, un personaje anterior que explique un poco la historia, pero la película no se detiene mucho en eso.
Hay dos elementos que, por el contrario, le hacen muy mal a Depredadores. Uno es el guión: cada vez que los personajes abren la boca, lo que sale suena tan acartonado que duele como una cachetada (por ejemplo, una conversación entre Adrien Brody y Alice Braga, que por razones de estructura se divide en por lo menos tres partes y resulta casi graciosa cada vez que se la retoma). El otro elemento es, digamos, el de los lugares comunes. Si bien esta es una película que se asume como genérica y cumple a rajatabla los preceptos, su apuesta por lo críptico, lo “extremo”, digamos, la salvaba. Pero cuando se trata de retratar a los personajes, se lleva todos los golpes: escenas de diálogo en los que los personajes cuentan su pasado, “momentos clave” de la relación en el grupo, trazos de algunos personajes, etc. Y bastante verbalización de lo que se acaba de ver pocos segundos antes.
Sin embargo, cuando se aleja de las palabras, Depredadores logra algunos momentos buenos. Hay ciertas imágenes (unos pasillos rojos por la luz de bengala, una pelea de espadas entre un japonés y un alien en un campo de pastos altos) que van más allá de lo que podíamos esperar. Un cierto realismo de la imagen, un avanzar sin mirar atrás consiguen mucho en esta película. Y, además, tenemos bastantes chorros de sangre verde.
Título: Depredadores.
Título Original: Predators.
Dirección: Nimród Antal.
Intérpretes: Adrien Brody, Alice Braga, Topher Grace, Walton Goggins, Oleg Taktarov, Mahershala Ali, Louis Ozawa Changchien, Danny Trejo, Laurence Fishburne, Derek Mears, Brian Steele.
Género: Acción, Aventura, Ciencia-ficción.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 107 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2010.
Distribuidora: Fox.
Fecha de Estreno: 12/08/2010.
Puntaje: 6 (seis)
El staff opinó:
-Teniendo en cuenta que los antecedentes eran ni más ni menos que las Alien vs Depredador, esta nueva entrega mejora la puntería en cuanto a la acción y a un guión que, si bien no goza de originalidad, se las ingenia para sumar situaciones donde la violencia surge naturalmente y la idea de supervivencia emerge con fuerza y sin artificio. No obstante, la elección de Adrien Brody como héroe anabolizado es tan ridícula como su personaje-. Pablo E. Arahuete (6 puntos)
-John McTiernan revolucionó el cine de acción a fines de los ’80 con una trilogía extraordinaria que pareció abrir un sinnúmero de posibilidades antes de que Hollywood, fiel a su costumbre, redujera todo a un esqueleto hueco: hablamos de Depredador (Predator, 1987), Duro de matar (Die Hard, 1988) y La caza al Octubre Rojo (The Hunt for Red October, 1990). A pesar de los atropellos de la industria, cada una de estas propuestas dejó una huella indeleble en el campo en cuestión (el horror con toques de ciencia ficción, la testosterona cuasi bélica y el proverbial thriller político, respectivamente). Hoy es la dupla Robert Rodriguez- Nimród Antal la encargada de traernos un nuevo eslabón en la saga de los alienígenas adeptos a la mejor cacería de todas, aquella en la que los seres humanos son la presa. Para tratar de reemplazar a Arnold Schwarzenegger y su pelotón de muchachos ahora contamos con ocho “blancos móviles” que van desde mafiosos y paramilitares hasta psicóticos y condenados a muerte (Adrien Brody, Laurence Fishburne y Danny Trejo componen con eficacia a los personajes más interesantes). Simpática y compacta aunque sin demasiado encanto, la película ofrece un puñado de escenas bien desarrolladas que intentan emular al film original en lo referido a la dinámica narrativa y el contexto del relato (no hay sutilezas, la imitación es explícita). Quizás falta garra pero el convite formalmente es irreprochable, aquí el mayor mérito es del director: Antal sabe construir climas de suspenso claustrofóbico como ya lo había demostrado en la enérgica Hotel sin salida (Vacancy, 2007).- Emiliano Fernández (6 puntos)