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miércoles, 24 abril 2024
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Fiebre en la cabaña: Campo de sangre

Por Juan Blanco

Fiebre en la cabaña no escapa al gore clase B y en ocasiones casi se inscribe en el utilitario del género que tiende a confundir horror con terror. Pero por cada patinada en sangre se aporta suficiente sarcasmo para compensar el tonto golpe de efecto. Una experiencia desesperante que vale la pena afrontar.

Qué lindo es sentir terror. Más que la idea del terror en sí, lo lindo es la ocasional inexplicabilidad del fenómeno, cuando no se puede encontrar aquello que lo origina o le da justificación. ¿Y qué peor situación que cuando lo terrorífico podría estar germinando dentro nuestro sin que podamos advertirlo a tiempo, no? Cabin Fever, una pequeña película americana recientemente estrenada en los EE.UU. y no demasiado defendida (cuestiones obtusas del norte…), predica justamente ese tipo de terror sin concreto origen pero con un objeto muy cierto: aniquilarnos a todos desde adentro.

Se trata de un virus sanguíneo que se sabe tuvo su primera aparición en un bosque remoto, pero no se sabe bien por qué ni cuándo. Tal vez en el agua local, ¿pero antes de eso? Se sabe que lo contrajo un perro y después su dueño, un lugareño, y que de pronto pasó a infectar a un grupo de adolescentes con las hormonas medio alborotadas preparados para pasar un fin de semana de aire libre en una cabaña rentada. No sabían lo que les esperaba.

Los primeros síntomas serán una fiebre muy fuerte y algunas escupidas de sangre, seguidas de una infección cutánea con cosas pegajosas emanando de los lugares más insólitos, y después la entrada a una suerte de estado mental entre agonizante y violento. No más que un complicado fin de semana de campo… y sin antibióticos a mano.

Lo inteligente de Cabin Fever, a pesar de la trivialidad que encierra el detalle del grupo adolescente y el sexo como banal condimento de la acción, es jugar con la psicología de sus personajes y darles cierto crédito culposo dentro de la anécdota, en lugar de trabajarlos como meros estereotipos dispuestos para la aniquilación matemática, tal como suponen este tipo de cuentos.

Así como se dejaba entrever en Exterminio, la otra reciente cinta sobre un virus aniquilador, en Cabin Fever el mal no es el virus en sí, sino las personas expuestas a él, tanto sea desde el lado de la infección como desde la supervivencia a la misma.

En Cabin Fever también se hurga en el comportamiento humano en circunstancias extremas, donde los afectos de repente se subestiman para mutar en algo ególatra y asesino. Quizás en eso radica su astucia y la convierte en una anomalía dentro de una industria en la cual resulta más fácil y mecánico poner a un depredador autónomo a encargarse del asunto. Pero acá no es tan sencillo; nadie está exento de matar o de ser asesinado y todos tienen tanta culpa como miedo.

Por lo demás, Cabin Fever no escapa al gore clase B y en ocasiones casi se inscribe en el utilitario del género que tiende a confundir horror con terror. Pero por cada patinada en sangre se aporta suficiente sarcasmo para compensar el tonto golpe de efecto.

Cabin Fever no reniega del pensamiento globalizado que suele obligar este tema cada vez que se lo trata en una película. De hecho, hay una consciente y resignada visión de apocalipsis muy parecida a Exterminio (28 days later, 2002) de Danny Boyle, pero incluso mejor fundada, más pausada y sin apuros de trascender la cabaña. El bosque de piedra en el que el virus acorrala a esta gente genera aún más miedo, producto de la claustrofobia del lugar a pesar del amplio espacio verde. Tal como sucedía en Blair Witch Project, todos los caminos conducen a la cabaña, por más corridas en múltiples direcciones y pedidos de auxilio al cielo.

Cabin Fever es realmente una experiencia desesperante que vale la pena afrontar. Si bien se ignora el tipo de distribución que puede llegar a tener en nuestro país, todavía se la considera demasiado fresca y sujeta a evaluaciones varias. Esperamos con ansias que alguien arriesgue su exhibición, así sea a largo plazo. Lo tiene bastante merecido.

Fiebre en la cabaña: Campo de sangre 2Título: Fiebre en la cabaña
Título Original: Cabin fever
Dirección: Eli Roth
Intérpretes: Rider Strong, Jordan Ladd, Joey Kern, Eli Roth, Cerina Vincent
Género: Estreno en DVD, Terror, Gore
Calificación: Apta para mayores de 16 años
Duración: 93 minutos
Origen: Estados Unidos
Año de realización: 2002
Lanzamiento en DVD: 16/11/2010

Puntaje: 7 (siete)

Pablo Arahuete
Pablo Arahuetehttps://cinefreaks.net/2023
Licenciado en Periodismo y Comunicación, crítico de cine, escritor en potencia y soñador en acto. Amante del buen cine, la incertidumbre y las preguntas difíciles.
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