Por Juan Alfonso Samaja
El relato plantea un esquema narrativo verdaderamente simple: dos amigos (Tuck y FDR) se enamoran de una misma mujer (Lauren) y pasarán por situaciones más o menos divertidas hasta que uno de los dos logre conquistar a la indecisa muchacha. Sin embargo, el relato agrega una de serie de elementos que complejizan –y mejoran levemente- la trama inicial: por empezar, se ha tomado la buena decisión de no explotar como situación cómica el desconocimiento de los amigos de estar cortejando a la misma chica. Dicha situación lleva el conflicto a un segundo nivel: ¿cómo organizarse en este cortejo simultáneo sin destruir la amistad que han forjado y valoran por sobre todas las cosas? Esto los lleva inmediatamente a establecer una serie de reglas de caballerosidad, las que, obviamente, serán transgredidas una tras otra. Como contrapartida, esta no explotación en el terreno de los varones será trasladada al de las chicas; son Lauren, y su amiga Trish, quienes desconocen hasta el final la relación de los dos hombres y el pacto de caballerosidad entre ellos.
El segundo elemento favorecedor de la trama está vinculado con el juego intencional de Lauren y de su amiga (una mujer casada y con una vida sexual un poco rutirnaria) de probar a los dos hombres como quien prueba prestaciones de electrodomésticos; esta cosificación grosera, no obstante, da sus frutos en una serie de gags verbales de cierta eficacia.
Creo, sin embargo, que al conservar la explotación del secreto hasta el final en las dos chicas, el realizador se pierde la oportunidad de agregar otro elemento extra que hubiera otorgado al relato otro nivel de conflictividad. Se podría haber jugado narrativamente con un doble descubrimiento (como ya se hecho en la serie norteamericana Friends) de estos juegos de seducción, otorgando a las mujeres un tratamiento simétrico, el cual hubiese brindado al relato un contexto narrativo favorable para situaciones cómicas diversas. Este hecho, en particular, es el que se ve más flojo en el film, y el que revela una perspectiva excesivamente masculinizante en la enunciación. Se hubiese ganado bastante incluyendo en la escritura del guion a alguna mujer, sobre todo teniendo en cuenta la metáfora de cosificación propuesta en el inicio, aunque –lamentablemente- no desarrollada como prometía.
No obstante, y a pesar de tratarse de un relato excesivamente previsible, la película logra su objetivo de entretener al espectador con buenas dosis de comedia y momentos de acción muy bien logrados y con buen ritmo.
Las labores femeninas son buenas, sobre todo si se las compara con la exigua pobreza de los desempeños masculinos, repletos de clisés y con diálogos menos felices.
Título: ¡Esto es guerra!
Título original: This Means War.
Dirección: McG.
Intérpretes: Reese Whiterspoon, Chris Pine, Tom Hardy, Chelsea Handler, Til Schweiger, John Paul Ruttan, Abigail Spencer, Angela Bassett, Rossemary Harris.
Género: Acción, Comedia, Romance.
Calificación: Apta para mayores de 13 años.
Duración: 103 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2012.
Distribuidora: Fox
Fecha de estreno: 15/03/2012.
Puntaje: 6 (seis)