Por Marisa Cariolo
La nueva entrega de la saga de Step Up (que en su primera película lanzara al candelero a Channing Tatum a quien pronto veremos protagonizando Magic Mike) nos lleva en este caso a las cálidas calles de Miami con la espectacular muestra de baile callejero que interpretan sus protagonistas en medio de un flashmob.
¿Pero qué es exactamente un flashmob? Se trata de un baile callejero, supuestamente espontáneo, que se caracteriza por la numerosa cantidad de personas que lo realizan. Etimológicamente, flash significa destello y mob multitud, siendo entonces sus principales características la gran cantidad de intérpretes en medio de ámbitos cotidianos que resignifican a través de la danza y el impacto que buscan generar en una audiencia impávida que recibe ese ataque -por así decirlo- de baile o danza.
Inicialmente fue realizado con fines puramente recreativos, aunque luego y dado el alto impacto logrado en los espectadores ocasionales se fue perfilando como una interesante actividad de marketing y de transmisión de ideas, convirtiéndose la fuerte impresión inicial en el puente para la proliferación de ideas o productos que respalden la acción. Justamente en esto se basa el principal enfoque del film que utiliza el baile como un medio de expresión que permite a través de su brusca irrupción en la cotidianeidad plantear su necesidad de expresión estética.
La primera escena nos muestra como una apacible mañana en la ciudad de Miami puede transformarse en un escenario de baile con la sola intervención de un grupo de jóvenes, que lejos de ser espontáneos tienen planeado al milímetro esta intervención citadina. Apareciendo entre los autos y bailando sobre ellos con el marcado ritmo que les impone su DJ de turno (cuidadosamente apostada en la vereda) brindan el primero de los muchos números musicales que enaltecen esta cuarta entrega de la tan esperada saga. Luego, la historia en sí no es mucho más que una excusa para conectar los distintos flashmob que iremos presenciando.
Así las cosas, el relato presenta la arquetípica historia de chica joven con vocación artística (interpretada por Kathryn McCormick), sojuzgada por su padre, quien se enamora perdidamente de joven con talento pero sin medios (Ryan Guzman) que la insta a ir detrás de ese sueño que el mandato social le impone como vedado.
Las calles de Miami son objeto de una pugna por un proyecto inmobiliario que amenaza con destruir las casas que habitan los jóvenes bailarines. Consecuentemente la manifestación artística se convierte en el vehículo adecuado para la instalación de la resistencia, que encontrará en el baile su medio más adecuado para hacerse sentir con mayor fuerza y energía.
Los diversos “ataques” que realizan a lo largo de la trama que aprovecha las bondades de la tecnología 3D son de un alto impacto visual y sin lugar a dudas constituyen el mayor atractivo de Step Up 4: La Revolución que no defraudará a sus seguidores.
El film no apuesta a fortalecerse desde el guion, sino en la contundencia de sus imágenes y la cuidadosa realización de los diversos cuadros musicales que ofrece, y desde este punto de vista sin lugar a dudas el ritmo traspasa la pantalla y eso es motivo suficiente para recomendar esta cinta a los amantes de la danza y el impacto visual.
Título: Step Up 4: La Revolución 3D.
Título original: Step Up Revolution.
Dirección: Scott Speer.
Intérpretes: Cleopatra Coleman, Misha Gabriel, Ryan Guzman, Michael ‘Xeno’ Langebeck, Stephen ‘tWitch’ Boss, Claudio Pinto y Nicole Dabeau.
Género: Drama, Musical, Romance, Secuela.
Calificación: Apta para todo público.
Duración: 99 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2012.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de estreno: 29/11/2012.
Puntaje: 7 (siete)