Por Pablo E. Arahuete
Hay dos imágenes lo suficientemente potentes para comprender con cierta vastedad el problema que atraviesa la temática abordada por el documental Desierto Verde, de Ulises de la Orden (Río arriba, 2004): los rostros de las consecuencias de la utilización de agroquímicos y agrotóxicos para mejorar el rinde del suelo y por otro la fachada de la Bolsa de Chicago donde se definen prácticamente las reglas del mercado actual que rigen los sistemas económicos de los países desarrollados y en vías de desarrollo.
Ambas realidades también se conectan intrínsecamente con una mirada micro y otra macro sobre el mismo fenómeno, pero el origen del problema tanto desde un enfoque como desde otro responde al factor dinero.
Entonces la primera pregunta que deja planteado este documental, didáctico, de edición ágil, es de carácter ético o moral más que económica o coyuntural y que puede resumirse en cuestionar precisamente la idea de progreso en detrimento de la destrucción del medio ambiente y de vidas humanas como parte del daño colateral de un discurso monolítico, reaccionario y peligroso, fundamentado en base a la ignorancia y a los intereses más que a la empírica, y que postula desde su falsedad la defensa del progreso para beneficio de la humanidad futura cuando en realidad descarta notoriamente a esa misma parte que argumenta defender.
A grandes rasgos, la complejidad del mundo moderno y el avance de las tecnologías han modificado diferentes paradigmas sociales e introducido nuevos desafíos a las sociedades, entre ellos el problema de la alimentación mundial, asignatura crítica que muy pocos países o Estados buscan remediar simplemente porque no es rentable para sus objetivos económicos y políticos, tratándose de la sobrepoblación que acrecienta la brecha entre ricos y pobres. A esa ecuación nefasta se le suma una variable ligada a la economía, la ley de la oferta y la demanda y a caballo de ésta la regulación de los precios en los mercados de capital.
Una de las mayores ofertas la constituye el sector de la alimentación desde el punto de vista de tratarse de una necesidad básica pero también a partir de los hábitos y las costumbres de las sociedades en el consumo de determinados alimentos. Parte de ese escenario tiene un actor fundamental que hoy significa proporcionalmente la mayor demanda para el sector alimentario porque China -en menor medida Europa- necesita importar alimentos para su consumo interno. Esa es una de las causas que conlleva las consecuencias de la explotación de los monocultivos como la soja y que provocan además de la destrucción del suelo y el medio ambiente la necesidad de mejorar las semillas para hacerlas resistentes a las plagas en corto tiempo.
Esas semillas que incorporan genes -de ahí el término transgénicas- producto de la manipulación originan cambios no mensurables en el ecosistema pero además incorporan sustancias de alta toxicidad que luego son consumidas por animales o directamente seres humanos en pequeñas proporciones, que con el correr de los años detonan diversas enfermedades como por ejemplo la leucemia. También la exposición en zonas en las que se aplican agrotóxicos trae aparejada la misma pesadilla y es en ese punto crucial donde se detiene Desierto Verde, en la documentación con testimonios de primer nivel de distintos especialistas acerca del flagelo de los agroquímicos en complemento con la historia real de las madres del Barrio Ituzaingó Anexo de la provincia de Córdoba, quienes fueron a juicio contra dos productores por el uso de agroquímicos en campos lindantes con zonas residenciales en las que fallecieron habitantes por presentar claros indicios de envenenamiento o restos de agroquímicos en su sangre.
Ulises de la Orden explora las consecuencias del boom sojero en Argentina desde dos puntos de vista completamente antagónicos pero no se queda en la anécdota para salir en busca de un contexto más abarcador y global donde entran a tallar voces reconocidas como la de la física india Vandana Shivana para extender un manto de luz frente a tanto oscurantismo e ignorancia respecto a verdades o axiomas que procuran tapar el sol con las manos. La cara oculta de la palabra rentable o desarrollo sustentable tan de moda en discursos políticos de distintas extracciones es miseria, enfermedad y muerte.
Desierto verde es un alegato contundente y valiente, que afecta intereses por lo que su visionado y estreno resulta más que obligatorio para saber dónde estamos parados no sólo en materia ecológica sino ideológica en base a los números de la economía o las políticas de Estado cómplices que intentan callar realidades no tan venturosas y que no hacen más que preguntarse si las semillas pueden sembrar conciencia cuando los campos ya están completamente arrasados por el pragmatismo y el capitalismo.
Título: Desierto verde. Título original: Idem. Dirección: Ulises De la Orden.
Intervenciones de: Sofía Gatica, Gilles-Eric Seralini, Raúl Montenegro, Walter Pengue, Pat Mooney, María Godoy y Vandana Shivana. Género: Documental. Calificación: Apta para todo público. Duración: 84 minutos.
Origen: Argentina/ EE.UU./ Japón/ India/ China. Año de realización: 2012. Distribuidora: Aura Films.
Fecha de estreno: 07/11/2013.
Puntaje: 8 (ocho)