Título: Pasante de moda
Título original: The Intern
Dirección: Nancy Meyers
Clasificación: ATP
Duración: 121 minutos
Género: Comedia, Drama
Distribuidora: Warner Bros.
Origen: Estados Unidos
Año Realización: 2015
Intérpretes: Anne Hathaway, Robert De Niro, Rene Russo.
Fecha de estreno: 24/09/2015
Puntaje: 6 (seis)
Por Joaquín C. Weiss
Para este momento en que la sociedad se acerca a la igualdad de género de a pequeños pasos, llega la nueva película dirigida por Nancy Meyers y protagonizada por Anne Hathaway y Robert De Niro, con un mensaje contundente sobre el feminismo en la sociedad.
Extensa, como suele ser Meyers en sus trabajos, pero suficientemente atrapante para quedarse hasta el final, los 121 minutos de la cinta tienen sembrados gags y escenas divertidas, que sacan al espectador por unos segundos de distintos momentos de tensión, sin distorsionar el ambiente realista de la secuencia.
De Niro y Hathaway prueban la gran capacidad que tienen para encarnar distintos personajes. Él, un viudo y jubilado de 70 años, Ben Whittaker, quien necesita trabajar para mantenerse activo, recurre a una oferta de pasantías para adultos y termina trabajando para Jules Ostin, una joven emprendedora del siglo XXI, cuya página de ventas de ropa por internet está en su mejor momento y la responsabilidad la aleja de su esposo (Anders Holm), quien dejó su trabajo para cuidar de su hija (JoJo Kushner), mientras Jules dedica tiempo a su empresa.
Con una fotografía sobria, que Hollywood resuelve sin ninguna dificultad, se hacen amenos los distintos paisajes que recorren el pasante y su jefa en San Francisco y durante los viajes que De Niro hace como chofer de Hathaway.
Más de una escena recurre a la empatía de los espectadores y da un golpe bajo, pues Ben sobrelleva con optimismo la adversidad, enfrentándose a la vida sin dar el brazo a torcer. Puede hacer lagrimear y reír en la misma escena, sin perder la esencia de la situación.
El único momento flojo desde el guion, es en la última escena donde la charla entre Ostin y su esposo es exageradamente cursi e irrealista, contraponiéndose al resto de los diálogos anteriores. A pesar de todo, Meyers logra rescatar valores de géneros, familia y relaciones humanas, que a veces se ven un poco distorsionados en este siglo XXI.
Con esta descripción tan amplia pero puntual me dan ganas de ir a ver ya esta película.