Con el estreno de Pájaros Negros -2015-, film de Fernando Castellani, el cine argentino vuelve a intentar abrirse camino en el género con una identidad propia. En esta entrevista exclusiva, su director nos cuenta con más detalle la propuesta cinematográfica de este interesante thriller.
Pablo E. Arahuete: Ya desde tu corto del 2010 El testigo incursionaste en el suspenso como ahora en Pájaros negros ¿qué elementos te resultan atractivos para generar atmósferas de tensión o suspenso desde lo impredecible?
Fernando Castellani: Los elementos para generar los climas de suspenso son varios y funcionan con sólo usar un poco de la oscura imaginación que tenemos adentro como espectadores… A partir de eso, me dediqué a construir esos climas desde los espacios como el bosque, aprovechando algo tan natural que a la vez puede ser tan sugestivo con el solo hecho de ser un lugar desértico, donde cualquier cosa puede ocurrir… Eso es algo que me resulta muy gratificante. Y después desde la concepción de los personajes, donde todo el tiempo nos dan esa sensación de sospecha, donde nadie parece ser santo y todos ocultan algo… creo que es otro de los atractivos que resultan para construir mi relato desde el suspenso.
P.E.A: Imagino que la dosificación de la información para la trama fue una de las claves para el buen desarrollo de la historia ¿cómo te manejaste con los indicios respecto a la puesta en escena?
Fernando Castellani: Creo que una de las claves para manejar el suspenso fue no tener un único punto de vista durante toda la película. A partir de eso, cada plano y acción que llevaban adelante los personajes protagónicos fueron pensados desde el guión para ocultar ciertos indicios, y a la vez mostrarlos sin recurrir a la mentira… Es una labor muy fina para trasladarla al set, ya que todo este rompecabezas, pensado previamente, era necesario mantenerlo en cada plano y acción que se iba filmando. Con el objetivo que al final de la película, el espectador se sintiera sorprendido para bien sobre la resolución de la trama.
P.E.A: ¿Cuáles fueron los motivos que te llevaron a estructurar el relato con lo que en apariencia es un drama familiar pero que en realidad forma parte de una obsesión patológica?
Fernando Castellani: Necesitaba un punto de partida. La idea central y el final de la película ya las tenía en mente. Entonces me concentré a desarrollar las tramas: una de ellas, la infidelidad de la mujer hacia su marido. Con esto pude generar una especie de Macguffin para que el protagonista y espectador siguieran juntos un mismo camino, que luego desencadenaría en un tema más profundo y oscuro. Así la trama volvería a girar y se acercaría a explorar al extremo la obsesión interna del protagonista para luchar contra todo lo que lo amenaza.
P.E.A: ¿Qué creés que le falta al cine de género en Argentina para tener más receptividad por parte del público?
Fernando Castellani: Creo que el cine de género primero tiene que ser entendido por el espectador argentino como un cine que acepta varias ramas. Una de ellas es el terror nacional, que es el que menos receptividad tiene hoy en día en nuestro país. Todo lo contrario pasa con los tanques de ese género que vienen de afuera, que sí se consumen todo el año… Y luego está el suspenso y policial argentino, que el público está volviendo a consumir en los últimos años. Como pasara en los 70 cuando había un cine de género policial definido. La mayoría de la gente prefiere buscar semejanzas con los personajes, seguir una línea, sorprenderse con los giros del guión… y no tanto con lo puramente efectista de lo sangriento.
P.E.A: ¿Cuáles son tus referentes respecto al cine de suspenso?
Fernando Castellani: Mis referentes son varios, pero en primer lugar Alfred Hitchcock. Después aparecen también, David Lynch, Martin Scorsese, Kubrick, Polanski, Fincher y algo de Shyamalan.