Por Pablo Arahuete
Si los perros volaran es un documental que pretende con información retratar al polémico Rafael Perrotta, creador del Cronista Comercial, desaparecido durante la dictadura militar y referente bastante relegado del ámbito periodístico a pesar de haber transformado un diario bursátil en un medio periodístico con identidad propia. En esta entrevista dos de sus tres realizadores, Lorena Díaz y Maximiliano de la Puente – Gabriela Blanco es la tercera – desentrañan algunos misterios sobre este periodista.
Pablo Ernesto Arahuete: – ¿Qué los llevó a rescatar la figura de Rafael Perrotta?
Lorena Díaz y Maximiliano de la Puente: – Nos interesó el hecho de que perteneciera a un restringido círculo de poder y de que terminara, pese a ello, involucrado de alguna forma en las luchas sociales y políticas de la década del setenta. Al comienzo no teníamos idea tampoco del cambio que él había producido como director de “El Cronista Comercial”, al convertir un diario que originalmente se dedicaba a los informes bursátiles en un amplio diario general, con información política, económica y cultural, en el que escribieron algunas de las mejores plumas de aquel momento. La redacción albergó a destacados periodistas de distintas identidades políticas, lo cual generó una riqueza ideológica e informativa que se trasladaba a las páginas del diario. Nos llama mucho la atención que Rafael Perrotta pese a ser un personaje clave en la historia del periodismo de la Argentina, ocupe aún hoy un segundo lugar, a la sombra de Jacobo Timerman, el director de medios tan importantes como “La Opinión” y “Primera Plana”.
P.E.A: – ¿Cuál fue el criterio a la hora de elegir los entrevistados en base a la investigación periodística?
Lorena Díaz y Maximiliano de la Puente: – Nos interesaba rescatar por un lado su dimensión pública como director de diario, y en ese sentido los periodistas, redactores, diagramadores y trabajadores del taller gráfico del diario eran fundamentales a la hora de brindar sus testimonios. Los cambios que Perrotta introdujo en el diario en los años setenta fueron resistidos por los periodistas que se habían incorporado en las décadas anteriores, quienes no venían con buenos ojos la hipertrofia de la redacción que se produjo entre fines de los sesenta y principios de los setenta, así como la participación de muchos de los nuevos periodistas en organizaciones políticas como la Juventud Peronista y el Partido Revolucionario de los Trabajadores, entre otras. Todo lo cual ocasionó que “El Cronista Comercial” se transformara progresivamente en un diario de negocios leído por un público de izquierda. Queríamos tener entonces estas voces polifónicas, contradictorias, en disputa y tensión, que mostraran la tremenda vitalidad del diario por aquellos años.
Pero también queríamos acceder a su intimidad, y para eso era fundamental hablar con sus amigos más cercanos, sus familiares y sus colegas. Al ser una persona tan informada y tan ligada a los círculos de poder, quisimos contactarnos también con militares, políticos y periodistas del establishment de aquel momento, pero eso no fue posible
P.E.A: – Luego de haber recabado las piezas del rompecabezas, ¿cómo definirían sintéticamente a Rafael Perrotta?
Lorena Díaz y Maximiliano de la Puente: – Rafael “Cacho” Perrotta fue un hombre que vivió con gran intensidad el período más esperanzador y a la vez el más nefasto de la vida política, económica y social del país. Un apasionado de su gran creación a la cual dedicó su vida entera. En los años `70, como director del diario “El Cronista Comercial”, conformó una redacción única, absolutamente atípica. Su diario dejó de lado los informes de mercado para convertirse en una de las mejores publicaciones que se hacían en el país. Procedente de una familia adinerada, perteneciente a la exclusiva elite de las clases altas, amigo de personalidades como el dictador Emilio Massera y el ministro de Economía de la dictadura militar, Alfredo Martínez de Hoz, Perrotta decidió tomar partido en un momento muy álgido de la historia argentina. Su formación religiosa y su gran generosidad lo llevaron a sentirse angustiado ante la desigualdad social y la falta de libertad que se vivía en nuestro país por aquellos oscuros años. Con el tiempo estas inquietudes y convicciones lo llevarían a relacionarse con los altos mandos de las organizaciones armadas de la época, especialmente con el aparato de inteligencia del Partido Revolucionario de los Trabajadores. Este hecho fue leído por los jerarcas militares como un signo irrefutable de extrema traición a su clase. Fue secuestrado en junio de 1977, convirtiéndose en uno de los incontables desaparecidos de nuestro país.
P.E.A: – ¿Tuvieron reticencia por parte de algunos entrevistados al tocar el tópico de su desaparición?
Lorena Díaz y Maximiliano de la Puente: – Tuvimos reticencias al no poder entrevistar a sus amigos del mundo del poder, como militares, ministros de la dictadura, políticos y periodistas del establishment, quienes no quisieron participar de la película. La desaparición es un tema evidentemente doloroso, aún después de tantos años, y eso ocasionó que algunos entrevistados recordaran con emoción ese momento. Sus hijos Rafael y Santiago, cuyos testimonios están incluidos y son fundamentales en el documental, brindaron amplia colaboración y estamos muy agradecidos con ellos.