Título: Snoopy & Charlie Brown
Título original: The Peanuts Movie
Dirección: Steve Martino
Clasificación: Apta para todo público
Duración: 88 minutos
Género: Animación, Infantil
Distribuidora: Fox
Origen: Estados Unidos
Intérpretes: Bill Melendez, Noah Schnapp, Trombone Shorty, Rebecca Bloom, Anastasia Bredikhina, Francesca Capaldi, Kristin Chenoweth, Alexander Garfin, Noah Johnston
Año de realización: 2015
Fecha de estreno: 07/01/16
Puntaje: 6 (seis)
Por Juan Samaja
Ha llegado el invierno y la pandilla invita a Charlie Brown a que salga para jugar con la nieve que ha caído durante la noche, pero Charlie se obstina con volar su cometa infructuosamente. Durante la mañana los niños descubren que una nueva familia se está mudando, justo frente a la casa de Charlie Brown. Al día siguiente el misterioso vecino resulta ser una hermosa niña pelirroja de quien Charlie queda completamente enamorado y a la que tratará de causar una buena impresión a lo largo del film.
La película presenta como punto favorable un arsenal de recursos visuales que tributan el estilo del cartoon clásico y que otorgan cierta belleza plástica a la experiencia cinematográfica.
Su mayor debilidad reside en no haber podido encontrar un argumento de suficiente potencia para sostener la dramaticidad a lo largo del relato. En principio, su asunto es extremadamente pobre, no tanto por el tema principal en sí mismo (Charlie quiere impresionar a una vecina recién llegada), sino por la escasa influencia que los personajes que rodean a Charlie tienen respecto de la trama, lo cual supone un lamentable desperdicio de posibilidades narrativas.
Los principales obstáculos que se le presentan a Charlie son más bien del orden de un destino desfavorable, tan desfavorable y fortuito como los vientos que le enrollan sus barriletes en los árboles (el avioncito errático que destruye su espléndido resumen; una puerta que se atora y una mancha de jugo en la que se resbala, etc.). Este tipo de obstáculos son propios de la “slapstick comedy”, y se justifican en la medida en que el personaje desarrolla o lleva adelante vínculos de inadecuación en torno a sus objetivos, acciones, función que se le encomienda, etc. Nada de esto ocurre en el film.
El relato no pretende ser una comedia disparatada, ni resaltar el carácter inadecuado del personaje… más bien lo contrario; pretende conmover con un personaje que desde la timidez, el tesón, y cierta autoconfianza consigue resultados que no puede lucir por circunstancias ajenas a su voluntad. De hecho, lo que más destruye el efecto potencialmente cómico es la capacidad de Charlie de llevar a buen puerto las aparentemente ciclópeas tareas que ha diseñado (ayudar a su hermana a obtener la medalla en concurso de talentos, lucirse con la danza en el baile de promoción, realizar un épico resumen escolar, etc.).
Los fracasos de tales proyectos no se deben a ninguna inadecuación del personaje, sino a circunstancias complemente externas, casi como un Deus ex machina inverso, lo cual emparenta al relato más con la tragedia que con la comedia.
El empobrecimiento del argumento, por otra parte, hace que el film necesite estirarse más de lo que puede dar dramáticamente. Esto se ha hecho por medio de dos recursos narrativos: 1) el incremento de situaciones en donde se nos muestra repetidamente la mala fortuna del protagonista; 2) la intervención del perro Snoopy, quien en la dimensión imaginaria va escribiendo una historia de amor en el contexto de la guerra. Sin embargo, ambos recursos terminan fracasando. En el primer caso, la repetición de situaciones sólo se justificaría en el caso de apelar al llamado movimiento paroxístico, donde una situación aparentemente sencillísima empieza a complejizarse de modo creciente y donde se van sumando un sinnúmero de resultados adversos que dejan cada vez más en ridículo al protagonista. Pero en este caso, las repeticiones no suponen incremento alguno de nada y dejan siempre a Charlie en las mismas condiciones desde la que ha partido, con lo cual se degrada el procedimiento a una mera replicación sin sentido narrativo preciso. A esto se suma, que la repetición tiene el desagradable efecto de generar altos niveles de previsibilidad en el decurso argumental, que impiden fortalecer no sólo los conectores del film sino el desenlace del relato.
En el segundo caso, no queda claro cuál es la función de la historia paralela; si pretendió pasar por un contrapunto, es decir, plantear otra cosa que pasa junto a la historia principal, entonces falta cohesión e integración de ambos elementos, que sólo contrapuestos no alcanzan a conformar una unidad dramática. Si en cambio la idea hubiese sido recrear simbólicamente un conflicto más terrenal, donde el barón rojo representara las propias inseguridades de Charlie, etc. esto no está muy bien
desarrollado. El resultado es una segunda trama cuyo sentido no termina de precisarse y parece que en lugar de aportar (por complemento o por traducción) extiende simplemente en el tiempo un conflicto que no requería más de 20 minutos de cinta.
Veintidos minutos es de hecho lo que duran cada uno de los episodios de la tira animada, lo cual hace pensar que no ha habido un genuino intento por realizar un largometraje; de pensar un contexto donde ubicar los personajes, de desarrollarles un conflicto de largo aliento que enmarque conflictos individuales, etc.