Título: La casa del fin de los tiempos
Dirección: Alejandro Hidalgo
Clasificación: No disponible
Duración: 97 minutos
Género: Thriller sobrenatural, Terror
Distribuidora: Primer Plano
Origen: Venezuela
Intérpretes: Ruddy Rodríguez, Gonzalo Cubero, Rosmel Bustamante, Guillermo García, Adriana Calzadilla, José León, Héctor Mercado, Yucemar Morales
Año de realización: 2015
Fecha de estreno: 28/01/2016
Puntaje: 6 (seis)
Por Pablo Arahuete
Por tratarse de una ópera prima, La casa del fin de los tiempos -2015-, del director Alejandro Hidalgo construye un thriller sobrenatural con una ambiciosa historia detrás y ciertos elementos del terror gótico, que conjugados logran generar una interesante propuesta de género que busca evadir los clichés y en gran parte lo logra gracias a la solidez del guión.
El principal escollo que deberá superar el espectador obedece a que la primera mitad del film se entronca con muchos otros títulos, que tienen por premisa elementos como: la casa embrujada, fantasmas, pasados tortuosos y vaivenes temporales que hacen del flash forward y el flashback sus principales armas de doble filo. Ese obstáculo genera en principio el odioso pero real juego de las comparaciones, y desde ese punto de vista el film de Alejandro Hidalgo no sale del todo bien parado.
No obstante, es justo decirlo, el esmero en la puesta en escena y en el guión modifican rotundamente el panorama cuando se revela un mecanismo, producto de una vuelta de tuerca interesante, donde todo cobra sentido y las comparaciones desaparecen para que el film gane su propia personalidad y peso dramático.
Podríamos decir entonces que de menos a más, esta ópera prima sorprende por sus niveles de complejidad narrativa, una vez transcurrida la monotonía de la primera media hora, aunque esa media hora del comienzo esté sembrada de indicios que luego encuentran un cauce en el promedio del largometraje y mucho más cuando se acerca la resolución de un espiral de situaciones truculentas, que saltan de un tiempo a otro. Además, con un elenco sólido que logra adaptarse a la propuesta sin demasiadas especulaciones ni caer en las solemnidades propias de la sobreactuación.