Título: Norm y los invencibles
Título original: Norm of the north
Dirección: Trevor Wall
Clasificación: Apta para todo público
Duración: 90 minutos
Género: Animación, Aventura
Distribuidora: Distribution Company
Origen: Estados Unidos, India
Intérpretes: Rob Schneider, Heather Graham, Ken Jeong
Año de realización: 2015
Fecha de estreno: 03/03/16
Puntaje: 3 (tres)
Por Francisco Nieto – Corresponsal Cine Nueva Tribuna, España
Cuántas veces no hemos escuchado decir a esos padres primerizos que la película que han visto más veces en su vida ha sido cualquier dvd infantil que han puesto a su hijo en un loop que parece no tener final. Pues si nos acercamos a Norm y los invencibles vamos a tener exactamente la misma sensación, la de ya haber visto esa misma película un millón de veces.
Y es que por desgracia esta segunda aproximación de la productora Lionsgate al terreno de la animación (la primera tuvo lugar en 2010 con la insípida y olvidable Alpha y Omega) es de todo menos original. Suponemos que los hacedores del film habrán pensado que para qué arriesgar y se han dedicado a copiar (algunos les llamarán guiños cinéfilos, pero pensamos que hay algo más) con descaro pequeños fragmentos de otras exitosas producciones animadas de otras compañías mucho más inspiradas en sus proyectos. Aquí vamos a encontrar ecos de El Rey León, La era del Hielo, Minions, Shaun el cordero…por citar solo algúnos (como la película es bastante aburrida, un ejercicio simpático para pasar el rato mientras se ve puede ser el de adivinar estos pequeños homenajes a modo de fotocopia).
A los niños les va a dar bastante igual y se lo van a pasar igual de bien, porque Norm y los invencibles está concebida para agradar a los más pequeños, saturando de tópicos todo su desarrollo argumental hasta decir basta. Escenas de acción que parecen tomadas de cualquier parque de atracciones, personajes que caen en gracia pero no son para nada graciosos, y unos supuestos gags de situación que provocarán la sonrisa de los inocentes y el bostezo de los mayores.
En este intento malogrado de animación con enjundia no hay ni rastro de esa capacidad que tiene por ejemplo Pixar por enhebrar historias que trasciendan a cualquier tipo de generación. Un tipo de animación inteligente que sabe agradar y cautivar a todo público y que aquí, por desgracia, brilla por su ausencia.
La trama nos traslada al frío Ártico -al menos la simple visión de los paisajes helados pueden servir para apaciguar los calores veraniegos- para explicarnos las aventuras de un oso polar al que le cuesta mucho cazar debido a que es un buen animal y se apiada de sus aliviadas víctimas. Pero como no todo va a ser malo resulta que al simpático plantígrado se le da muy bien el baile, por lo que es contratado para amenizar la visita de los turistas que se acercan hasta allí.
Hasta que un malvado constructor quiere hacer negocio urbanizando la zona, algo que sin duda alteraría la tranquila vida de la fauna del lugar y alteraría para mal su medio ambiente. El oso protagonista, como si de un abanderado de Greenpeace se tratara, no dudará en hacer de tripas corazón y embarcarse hasta Nueva York para intentar convencer a los humanos de que no lleven a puerto sus malas ideas.
¿Qué cómo lo conseguirá? Pues gracias a que habla el mismo idioma que el resto de los mortales (sic) y a la ayuda inestimable de una madre y su hija que harán todo lo posible para concientizar a la gente de la inconveniencia de crear una burbuja inmobiliaria en el Polo Norte.
Todo ello contado desde una perspectiva que abraza el caos en una sucesión de escenas que van saltando sin solución de continuidad. Las subtramas no acaban de funcionar porque se abandonan nada más plantearse (la desaparición y posterior rescate del abuelo, el supuesto romance con una osa de ojos saltones, el choque que se produce cuando alguien visita por primera vez la gran ciudad…).
La animación es rudimentaria, con una representación del Ártico demasiado monocromática (tan sólo se utiliza el blanco de los bloques de hielo y el azul del mar) y una paleta de personajes demasiado limitada (una orca, un par de focas, tres o cuatro osos, algunos lemmings y pará de contar).
Los que tengan la oportunidad de ver la película en su versión original podrán comprobar que tal se las han apañado los actores que han prestado su voz a los personajes, destacando los más conocidos como Rob Schneider, Heather Graham o Bill Nighy.
El director del film, Trevor Wall, cuenta entre su dudoso currículum con trabajos estrenados directamente en formato doméstico o en canales temáticos de televisión como Sabrina, la bruja adolescente o Duck Dodgers, por lo que no es que estemos precisamente ante un John Lasseter o un Hayao Miyazaki, por citar a dos de los más grandes en esta faceta del mundo del dibujo animado.
En definitiva, una historia que podía haber tenido mucho potencial, pero que a la hora de la verdad no pasa de ser un mero entretenimiento para los menos exigentes.