Por Pablo Arahuete
Sin la cohesión narrativa y eficacia de La grande bellezza (2013), el italiano Paolo Sorrentino vuelve a las andanzas existenciales en Juventud (2015), su nuevo opus y segundo largometraje, con la vista puesta en Hollywood, que tiene como estrellas a un reparto de lujo encabezado por el británico Michael Caine, secundado por Harvey Keitel, Paul Dano, Rachel Weisz y una fugaz pero intensa aparición de Jane Fonda.
La ampulosidad de Juventud, desde el punto de vista de la puesta en escena, entra en contradicción con uno de sus postulados, que transita entre las enseñanzas del budismo y el despojo para la elevación espiritual, hasta la paulatina degradación del cuerpo a causa del paso del tiempo.
Temas que casi siempre encuentran la excusa para el planteamiento filosófico a partir del discurso de personajes en plan reflexivo, donde se diversifica la propia mirada del director de Il divo – La spettacolare vita di Giulio Andreotti (2008).
El problema de Juventud no es en sí mismo el abanico de temas profundos por los que transita, tampoco su regodeo alegórico o la búsqueda estética para encontrar en la imagen aquello que la propia historia no genera.
La vejez aquí no es la vedette a pesar que los protagonistas sean un director de orquesta apático, encarnado por Michael Caine, un director de cine norteamericano, en la piel de Harvey Keitel y compartir más allá décadas de amistad el retiro y el ocio en una suerte de exclusivo spa en los Cantones suizos.
Parte de la idea irónica sobre el lugar, el culto a celebridades acabadas como el Maradona con tubo de oxígeno y una panza más grande que la pantalla (gran composición de Roly Serrano), evocan aquella esencia perdida, la zurda inmortal del diez, la melodía que ya el director no logra escuchar y su afición por la dirección de orquesta, mientras la magia parece haber desaparecido.
Hay un intento de continuidad a lo largo de los 124 minutos que mezcla por un lado secuencias oníricas, percepciones de los personajes y traza correspondencias desde lo visual para terminar elaborando un discurso meta cinematográfico.
Por otra parte, insertar reflexiones profundas entre diálogos banales es un recurso que para esta película, en particular, no funciona con la misma eficiencia y no se despoja de la pretenciosidad de su director.
La poesía de Juventud es muy poco inspirada, los intentos de homenaje a Fellini muy evidentes y un fracaso rotundo, sin embargo, con todas estas falencias, parte del operativo de salvataje lo ejecutan los actores, en esos momentos donde la cámara reposa en sus performances y se desentiende de la constante necesidad de embellecer cada plano o terminar en un formalismo completamente artificial e innecesario.
Título: Juventud
Título original: Youth
Dirección: Paolo Sorrentino
Intérpretes: Michael Caine, Harvey Keitel, Paul Dano, Rachel Weisz, Jane Fonda, Alex Macqueen, Tom Lipinski, Ed Stoppard, Paloma Faith, Roly Serrano
Género: Drama, Comedia
Clasificación: Apta para mayores de 16
Duración: 124 minutos
Origen: Italia, Francia, Suiza, Reino Unido
Año de realización: 2015
Distribuidora: Buena Vista
Fecha de estreno: 03/03/16
Puntaje: 6 (seis)