Ya desde el trailer se puede corroborar que en esta remake argentina de la película francesa Untouchables (2011) llamada Inseparables la química entre Oscar Martínez y Rodrigo De La Serna bajo la dirección de Marcos Carnevale alcanza los niveles adecuados para que la historia llegue al gran público. El plus está en el corazón de la historia, universal y de hondo carácter humano. En esta entrevista exclusiva con Cinefreaks, el director Marcos Carnevale nos cuenta detalles de este soñado proyecto y adelanta los pormenores de una película que seguramente dé qué hablar.
Pablo E. Arahuete: – Imagino que la puja por adquirir derechos de películas extranjeras y en este caso haber resultado victorioso con Untouchables, por un lado marca un acontecimiento al tratarse de la primera remake argentina y por otro un desafío en su carrera para aprovechar una oportunidad y sentar un precedente. ¿Cuál de estas variables hicieron mella en Ud. a la hora de pensar en Inseparables y por qué?
Marcos Carnevale: – Lo primero que me atrajo de la propuesta de hacer esta remake fue la película en sí misma. Yo la vi cuando se estrenó y, apenas salí del cine, me dije a mí mismo “esta es una película que yo hubiera hecho”. Pasó el tiempo y, cuando Luis Scalella me propuso el proyecto, me sentí muy afortunado. Desea y conseguirás. Después sopesé los beneficios adicionales y todo cerraba. Mucho más cuando vi que Argentina Sono Film estaba dispuesta a invertir en una producción de este calibre y con los dos actores que, yo creo, son los ideales para interpretar a esos dos personajes.
P.E.A.: – ¿Qué aspectos de la película francesa le resultaron lo suficientemente atractivos -cinematográficamente hablando- para construir su versión? ¿Por dónde trazó desde el guión las coordenadas de la “argentinidad” o la idiosincrasia local?
Marcos Carnevale: – La historia en sí tiene un carácter universal. Puede ocurrir en cualquier parte del mundo. Trata del ser humano en su faceta más sensible. Ese es el corazón de la historia original y no había que tocarlo, todo lo contrario: había que rescatarlo porque ese es el gran logro de la versión original. Después tuve que hacer un trabajo de adaptación: sacar a esos dos personajes de París y traerlos a Buenos Aires. Pensar en un posible Felipe argentino y un Tito. Y ahí se presentó el mayor desafío: encontrar a Tito. En la película
francesa, Tito es un joven afro que vive en las periferias de la ciudad, un marginal teñido por la cultura de su pueblo originario y la de un París periférico. Lo estudié mucho antes de ponerme a soñar a nuestro Tito. También busqué material del personaje real en el que fue basado el personaje ficticio porque esta historia está basada en dos vidas reales. El camino más sencillo y obvio era crear un “fierita”. Un personaje así iba a ser muy enriquecedor en gran medida, pero muy limitado también para conseguir una real y verdadera interacción con Felipe, que es todo lo opuesto. Entonces, pensé en un chico de Lugano que no fuera producto de una sociedad cerrada, sino que haya tenido mucho contacto con la vida en otros lugares de la ciudad. De ese modo, su aparato emocional iba a tener mayor información como para comprender las circunstancias de Felipe y poder reflexionar sobre su propia vida.
P.E.A.: – No es la primera vez que la discapacidad forma parte de algunas de sus películas, sin ir más lejos, Corazón de león (2013) tenía como protagonista a un disminuido físico, discriminado por su baja estatura, y en este caso con Inseparables se trata de un millonario que ha quedado tras un accidente tetrapléjico ¿cómo se filma la discapacidad sin resultar políticamente correcto o extremadamente solemne?
Marcos Carnevale: – Con verdad, sin abusar, sin caer en la tentación de buscar el efecto dramático o la provocación. Yo intento tener una mirada amplia sobre lo que propone la vida a través de los seres humanos y sus condiciones. Mencionás Corazón de León, pero mi mayor desafío fue cuando hice Anita (2009) con una protagonista con Síndrome de Down. Hay que olvidarse de la discapacidad para poder filmar la verdad que hay en esos personajes. La discapacidad no es más que una característica que condiciona el accionar de ese personaje, pero en el fondo todo lo demás funciona como en cualquiera que no padece ese problema. La trampa es quedarse en la superficie.
P.E.A.: – ¿Cómo se conjuga el equilibrio entre la realidad que representa las dificultades de cada discapacidad, la mirada personal y la necesidad de contar una historia con la cual el público se identifique?
Marcos Carnevale: – Cuando uno presenta un personaje que padece alguna discapacidad, lo 
primero que aparece en el espectador es distancia. Hay algo que está culturalmente instalado en cada uno de nosotros que nos dice que esa persona es diferente. Un prejuicio que no podemos verbalizar porque es políticamente incorrecto y porque nos avergüenza. Luego, con el transcurso de la historia aparece la compasión y finalmente la empatía. Siempre y cuando, como autor y director hayas construido una estructura para que esto produzca ese efecto en el espectador. Cuando le mostrás el interior del personaje, luego de que se tomó todo su tiempo para observar la discapacidad que presenta, aparece la empatía. El espectador comienza a ver a un ser humano que siente, sufre y es feliz como él puede serlo. Y la distancia se achica. Y el prejuicio es un factor menos dramático.
P.E.A.: – Oscar Martínez integró el elenco de su anterior película El espejo de los otros (2015) ¿Cómo llega al proyecto y que le pidió Ud. para componer a Felipe?
Marcos Carnevale: – Oscar es uno de los más grandes actores que tiene nuestro país. Puede construir lo que quiera. Tengo una profunda admiración por él. Fue el primer Felipe en quien pensé y se lo propuse de inmediato. El había visto la película original y le había encantado. No fue difícil convencerlo. Luego hicimos un trabajo de investigación, mientras yo adaptaba el guión, mirando una y otra vez lo que habían hecho los franceses, vimos material documental de los verdaderos Felipe y Tito, hablamos con personas que padecen esta discapacidad y con técnicos especialistas en sillas automáticas que nos dieron mucha data sobre el accionar de estas personas.
P.E.A.:- ¿Cómo trabajó con Rodrigo de la Serna, en el rol de Tito, el asistente contratado, el vínculo de dependencia física y el de amistad?
Marcos Carnevale: – En trabajos anteriores, Rodrigo ya había transitado personajes marginales. Ya tenía en su haber un estudio muy grande sobre estos comportamientos. Como te dije anteriormente, aquí se presentaba un desafío mayor: construir un personaje que no fuera un estereotipo de un sector de la sociedad, sino algo más complejo. Rodrigo es un actor muy inteligente y tiene una mirada muy aguda sobre los personajes. Es casi un sociólogo/actor que sabe observar y recrear de manera asombrosa.
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