Por Francisco Nieto – Corresponsal Cine Nueva Tribuna, España
Que John Cusack es hoy por hoy un actor a la baja queda claro después de una retahíla de títulos olvidables, con los que nos lleva obsequiando desde hace unos años. Secuestrada; Dragon Blade; Jacuzzi al pasado 2; The Prince o Fuga al límite son tan sólo algunos de los engendros a los que algunos llaman película, que han contado con la participación de un intérprete que desde luego conoció tiempos mejores. En el 2016 tampoco es que le estén yendo mejor las cosas, con un pequeño papel en Chi-raq a las órdenes de un director como Spike Lee, quien tampoco está precisamente en su mejor forma. El pulso, film que ahora nos ocupa no es la excepción a la regla.
Clayton Riddell se encuentra en Boston celebrando el éxito de su última novela gráfica, pero cuando se dispone a regresar a casa con su familia se desata un caos apocalíptico a causa de las señales emitidas por los teléfonos móviles, los cuales están convirtiendo a la gente en monstruos sedientos de sangre.
El conjunto de la población se dedica a la búsqueda y captura de los pocos sobrevivientes, quienes tuvieron la suerte de tener apagados sus móviles cuando se produjo la terrible situación postapocalíptica. En su búsqueda de una explicación lógica a lo sucedido y, de paso, de una salida hacia lo que parece el Armagedón, contará con la inestimable ayuda de un veterano ferroviario (Samuel L. Jackson, ¿existirá alguna película norteamericana donde no salga este hombre?) y de una vecina un tanto irritable.
Estamos ante una adaptación (no sabemos si muy fidedigna o no, porque no hemos tenido la oportunidad de leer la novela) de la obra de Stephen King “Cell”. El propio autor intervino en la elaboración del guión, aunque da lo mismo porque no acabó de entenderse con Adam Alleca (quien firma el libreto) o bien porque sólo se trató de alguna pequeña participación para poder utilizar su nombre en los créditos y así dotar a la producción de un plus de notoriedad. Lo cierto es que la mano del maestro no se ve por ningún lado.
La trama bebe sin pudor ni vergüenza de otras películas sobre plagas zombis como puedan ser Guerra mundial Z o Exterminio, y parece que de tanto beber a Tod Williams (Actividad paranormal 2), el director de este pésimo film, se le debe de haber subido el alcohol a la cabeza, porque aunque el arranque es bastante prometedor y augura escenas de alto voltaje, todo se va enmadejando de mala manera en un montón de incongruencias narrativas sin pies ni cabeza.
Es imposible que tengamos algún tipo de empatía por unos personajes tan poco y tan mal definidos. Las escenas se suceden sin conexión alguna y las interpretaciones son tan planas y anodinas que a partir de mitad de metraje todo se hace más largo que un domingo sin dinero.
Existe algún momento salvable como la secuencia de la quema colectiva de no muertos o aquella otra en la que los héroes de la función están a punto de ser cazados por una horda que les persigue a través de un tupido bosque. También, se agradece la presencia de alguna que otra vieja gloria del séptimo arte como Stacy Keach, aunque su intervención resulte casi anecdótica. Pero se trata de un pobre bagaje para un conjunto con demasiadas ínfulas de seriedad y trascendencia cuando no pasa de ser un subproducto de clase B que se olvida en cuanto se consume.
Título: El Pulso
Título original: Cell
Dirección: Tod Williams
Intérpretes: John Cusack, Samuel L. Jackson, Isabelle Fuhrman, Owen Teague, Stacy Keach, Joshua Mikel, Lloyd Kaufman, Alex ter Avest, Michael Beasley, Griffin Freeman
Calificación: no disponible
Género: Basado en novela, Terror
Duración: 98 minutos
Origen: Estados Unidos
Año de realización: 2016
Distribuidora: Energía Entusiasta
Fecha de estreno: 18/08/2016
Puntaje: 3 (tres)