Por Francisco Nieto – Corresponsal Cine Nueva Tribuna, España
Estamos ante una de esas coproducciones donde dada la cantidad de países que han aportado su granito de arena en forma de montante económico (a saber: Holanda, Francia, Reino Unido, Irlanda y EEUU) sería muy sencillo que todo hubiera acabado deslabazándose y yéndose de las manos a los distintos responsables (en los títulos de crédito se pueden llegar a contar hasta catorce productores distintos). Pero resulta que muy al contrario, nos hallamos ante una pequeña pieza de cámara rigurosa y concebida desde un confeso amor hacia el original: la novela corta epistolar titulada Lady Susan, escrita por la celebérrima autora británica Jane Austen en 1794 y publicada de manera póstuma en 1871.
El encargado de llevar a buen puerto esta elegante adaptación ha sido el realizador norteamericano Whit Stillman, quien ya hacía un lustro que no se ponía tras las cámaras tras el relativo fracaso de público y crítica que supuso su último trabajo: la prescindible Damiselas en apuros (vista en Argentina en el BAFICI 12) . Aquí también hace las veces de guionista y lo cierto es que estamos ante una apuesta a contracorriente, en la que los aspectos positivos superan con creces a los negativos. Por supuesto las constantes que hicieron de Austen una de las escritoras más populares de la época se pueden apreciar de manera diáfana en Lady Susan, y así los personajes principales de la peripecia cruzan sentidos, sensibilidades, orgullos y prejuicios varios.
Susan es una mujer decidida y enérgica (magnífica Kate Beckinsale, una actriz que es capaz de plasmar en pantalla tanto personajes puros y duros, como el de Selene en la saga Inframundo, o delicados y sutiles como el que ahora nos ocupa) que buscará de manera enconada salir de la precaria situación económica en la que se ha visto inmersa tras su viudez, aunque para ello tenga que remover Roma con Santiago (en este caso Londres con Churchill) para encontrar marido tanto para ella como para su hija adolescente Frederica (interpretada por la emergente Morfydd Clark, vista en Orgullo+ prejuicio+ zombies). ¿Y qué mejor manera de alcanzar su objetivo que esgrimiendo a diestra y siniestra sus inefables armas de mujer, enamorando y rompiendo corazones a un ritmo endiablado?
El meollo del asunto es el de ver como Susan serpentea entre las altas esferas victorianas con ardides propios de la baja estofa, ayudada por una amiga americana a quien da vida la siempre magnífica Cloe Sevigny. ¿Y qué mejor compañía para sus astutas correrías que una banda sonora de ensueño? El soundtrack de Amor y amistad es simplemente espectacular, una recopilación de grandes piezas de música clásica que van de Mozart a Handel pasando por Purcell o el mismísimo Beethoven, y que harían las delicias de cualquier megalómano convencido. Con ecos de la música de El Vientre del arquitecto de Peter Greenaway, el compositor francés Benajmin Esdraffo también nos regala una auténtica delicia para los oídos.
Del resto del elenco que acompaña a los protagonistas vale la pena destacar la siempre imponente presencia de un grande de la actuación como Stephen Fry, al que secundan actores menos conocidos para el gran público como Tom Bennett, Jenn Murray o Xavier Samuel, todos ellos con ocasión de lucirse gracias a la excelente dirección artística del film. Puede que el problema más importante que pueda tener el espectador a la hora de atacar esta propuesta sea el de que se utilice un lenguaje que pueda resultar muy académico; pero una vez superado ese escollo, y si te gustan las intrigas tipo Relaciones peligrosas o La edad de la inocencia desde luego no debes dejar pasar la ocasión de ir a verla.
Título: Amor y amistad
Título original: Love & Friendship
Dirección: Whit Stillman
Intérpretes: Kate Beckinsale, Chloë Sevigny, Xavier Samuel, Emma Greenwell
Calificación: No disponible
Género: Comedia, Drama
Duración: 92 minutos
Origen: Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Holanda, Irlanda
Año de realización: 2016
Distribuidora: CDI Films
Fecha de estreno: 15/09/2016
Puntaje 7 (siete)