Por Pablo Arahuete
La búsqueda fue el disparador de Yo no sé que me han hecho tus ojos (2003), documental de Sergio Wolf y Lorena Muñoz en el que el mito de Ada Falcón, la cantante de tango portadora de una voz única y además dueña de muchos romances que se le atribuían, incluido uno con Francisco Canaro, aparecía expuesta al público como parte de una investigación en el que el propio Sergio Wolf reconstruía las huellas de su pasado de gloria para llegar a develar el misterio de una fuga.
Todo ese derrotero traducido en imágenes y sonidos, toda esa fe ciega puesta al servicio de la capacidad del cine para captar la esencia de las cosas imposibles encuentra un nuevo desafío en la pregunta más incómoda que todo artista debe hacerse en algún momento: ¿Cómo es posible no traicionar un mito si la obsesión por su perdurabilidad le gana al paso del tiempo?
La búsqueda, casi veinte años después, es el disparador de Viviré con tu
recuerdo (2015). Pero en este caso, la enorme diferencia obedece a la pérdida del sonido de la primera entrevista donde Sergio Wolf conoció a la recluida cantante y se enfrentó por primera vez con esa voz quebrada, con esa deteriorada personalidad para rescatar la imagen que la terminara inmortalizando en el documental.
De esa entrevista, primera revelación que el propio Sergio Wolf comparte ahora en este documental, no ha quedado más que el registro de la imagen. Y la palabra es tan ausente como el recuerdo, tan esquiva como la memoria que también traiciona y reconstruye sobre los propios pasos.
¿Un mito sin palabras deja de ser un mito? Para Sergio Wolf ese es el punto de partida, porque el punto de llegada -o de clausura-, ese que va más allá de la muerte de Ada Falcón antes de terminar Yo no sé que me han hecho tus ojos ubica al cine en ese lugar donde el silencio vale más que la palabra.
No es retrotraerse a los orígenes del cine como estrategia o dosis de didactismo, es algo que supera las propias carencias cuando la materialidad no alcanza para abarcarlo todo.
Paradójico, el cine que necesita de la materialidad para no perecer, paradójica también la búsqueda infructuosa de aquel testimonio en tiempo real, completamente alejado del balbuceo que terminaba siendo la segunda entrevista años después y en la que la propia Ada ya no recuerda haber visto a Sergio.
¿Qué hacer con el silencio y la ausencia cuando se despegan del mito que las trae camufladas como otra cosa? Disparador sumamente atrapante que hace las veces de espejo entre lo que el propio Sergio Wolf comienza a desandar para reconstruir el pasado más cercano y el mejor mecanismo para exponer el artificio del cine y su inexplicable conexión con el arte de la carencia.
Ada no está, quedan sus discos de pasta, queda su voz grabada en esos discos, pero Ada no está. La ausencia nuevamente se hace presente en una casa que pertenecía a Ada, en una cama ahora vacía y en un cuarto de huéspedes que alimenta la historia de amor, realimenta otro mito en esas historias o encuentros clandestinos.
Pero la imagen de Ada persiste, en las fotos colocadas en la pared, en la imagen del documental del 2003, con sonido, y ahora lo hace en su silencio final. En ese escabullirse destinado a que ni siquiera una intérprete atrapa palabras logre cumplir el cometido.
Sergio Wolf celebra la derrota en esta emotiva despedida o tal vez en este episodio para que el mito de Ada descanse, recupere fuerzas y llame a nuestra puerta cada vez que pensemos en qué nos ha hecho su silencio.
Título: Viviré con tu recuerdo
Dirección: Sergio Wolf
Calificación: No disponible
Género: Documental
Duración: 62 minutos
Origen: Argentina
Año de realización: 2015
Distribuidora: Independiente
Fecha de estreno: 13/10/2016
Puntaje 8 (ocho)