Cine Nueva Tribuna desde Sitges, España
A quien todavía no le suene el nombre de Anurag Kashyap ya puede empezar a revisar su filmografía, pues estamos ante uno de los directores hindúes más rabiosamente interesantes de los últimos años.
Después de regalarnos una joya en dos partes como fue Gangs of Wasseypur (2012), ahora se adentra en los terrenos del thriller más adrenalínico para explicarnos la historia de un asesino en serie que durante dos horas y media se dedica a jugar al gato y al ratón con un policía de métodos bastante discutibles. Aunque en principio ambos personajes deben personificar la imagen viva del bien y el mal, poco a poco sus presumibles diferencias se van diluyendo hasta representar la cara y cruz de una misma moneda.
El film se abre con unos títulos de crédito de ensueño, y aunque a la acción un poco le cuesta arrancar, enseguida alcanza la velocidad crucero a garrotazo limpio. Los dos protagonistas nos ofrecen unas actuaciones estelares: un criminal con retranca que se vanagloria de serlo al que da vida Nawazuddin Siddiqui (algunos le recordarán en The Lunchbox, que se llegó a estrenar en España en 2013), y un servidor de la ley y el orden, que no le hace asco a una buena raya de coca, interpretado por el emergente Vicky Kaushal (que ya trabajó con el mismo director en Bombay Velvet). Ambos mocetones están muy bien acompañados por el bellezón de Sobhita Dhulipala, en el que supone su explosivo debut en la gran pantalla.
Entornos miserables, corrupción generalizada, masacres celebradas con atracón de pollo al curry… Anurag se patea las calles de Mumbai, cámara en ristre para tomarle el pulso a una ciudad en la que el terror y el humor negro se dan la mano. Imprescindible.
Lo mejor: Ese asesino enfangado caminando con nocturnidad por los callejones de la ciudad.
Lo peor: Al principio puede parecer un tanto confusa.
País: India – Año: 2016 – Dirección: Anurag Kashyap – Intérpretes: Vicky Kaushal, Nawazuddin Siddiqui, Sobhita Dhulipala – Género: Thriller – Duración: 133 minutos.