Por Francisco Nieto, corresponsal Cine Nueva Tribuna, España
Como sucedió en las dos entregas anteriores de la saga, la película respeta las convenciones de la comedia romántica con base “chick lit”, tipo Sex and the city.
Es un argumento sin complicaciones, sencillo, de enredo con triángulo amoroso en donde se repiten los mismos recursos humorísticos de un personaje femenino torpe, en crisis, rodeado de contrastes de personalidad, con un similar conflicto de elección entre candidatos ya maduritos, que buscan la estabilidad emocional, pero cambiando al juerguista y algo canalla de Hugh Grant por el más convencional y descolorido Patrick Dempsey.
La trama suena a comedia romántica de los cuarenta, y es que en muchas de las escenas nos vienen a la memoria aquellos clásicos incombustibles interpretados por dioses de la actuación como Cary Grant, James Stewart o Katherine Hepburn. Después de romper con Mark Darcy, Bridget Jones, con los cuarenta recién cumplidos y soltera de nuevo, decide centrarse en su trabajo y rodearse de antiguos y nuevos amigos.
Por una vez en su vida, Bridget parece tenerlo todo bajo control. Pero su vida amorosa toma una nueva dirección cuando conoce a un elegante estadounidense llamado Jack (Patrick Dempsey), un galán que tiene todo lo que no tiene el Sr. Darcy. Descubre que está embarazada, pero no sabe a ciencia cierta quién es el padre.
Se crean diálogos y situaciones graciosas en un tono amable y confesional con una constante voz en off de la protagonista, marca de la casa, pero el problema llega cuando se abusa de la reiteración de tópicos, la reincidencia de motivos sentimentales en una crisis de edad, y una resolución innecesariamente larga con final que aquí no desvelaremos pero que abre la puerta a nuevas entregas (hasta el infinito y más allá), le resta eficacia cómica a un desarrollo argumental que carece de cualquier elemento sorpresivo.
La historia es, quizás, típica y, en ciertos puntos, predecible. La cinta cumple su función, da lo que promete, lo que un fan de Bridget Jones podría esperar (otra cosa es al espectador que le venga de nuevas, que puede encontrarse de cara con un auténtico subidón de azúcar sin comerlo ni beberlo): una peripecia de las de toda la vida, con mucho drama y romance y a ratos bastante entretenida y vistosa.
La banda sonora combina muy bien el estilo clásico con el moderno (entre los soundtracks podemos encontrar canciones de Ed Sheeeran, The Isley Brothers o el mítico Gangman Style de Psy conviviendo con clásicos de Marvin Gaye o Dionne Warwick), al igual que las numerosas bromas que, aunque no son tan mordaces como cabría esperarse, funcionan de manera más que correcta.
Mucho más cercana a los diálogos y al tono de la primera que al de la generalmente lapidada segunda película, la pareja formada por Renée Zellweger y Colin Firth (tan tímido, reservado y seductor como siempre) vuelve a brillar con luz propia, y es que su química en pantalla sigue siendo irresistible. Hay un momento en el que aparecen imágenes de la primera peli y te das cuenta de que el tiempo no pasa en balde.
Podríamos decir que es la elegancia de la madurez o las heridas de guerra de una vida vivida con intensidad, pero lo cierto es que nos hacemos mayores a pasos agigantados, y propuestas como esta te lo recuerdan. Da igual. Bridget Jones tendrá nueva cara pero ella es la misma de siempre, al igual que su compañero.
Así que al grito de ¡Todas somos Bridget!, con sus vicios y sus complejos que ya forman parte del mundo de la literatura y del cine, vamos a recomendar este film que ¿cierra? La trilogía de la deslenguada metepatas por excelencia.
Título: El bebé de Bridget Jones
Título original: Bridget Jones’ baby
Dirección: Sharon Maguire
Intérpretes: Renée Zellweger, Gemma Jones, Jim Broadbent, Sally Phillips, Colin Firth, Patrick Dempsey
Calificación: No disponible
Género: Comedia, Romance, Secuela
Duración: 123 minutos
Origen: Reino Unido
Año de realización: 2016
Distribuidora: UIP
Fecha de estreno: 03/11/2016
Puntaje 6 (seis)