Gentileza de Alberto Pino, Cine Nueva Tribuna
Poco queda por decir de la saga del joven mago más famoso del mundo, y cuando la gallina de los huevos de oro de J.K Rowling parecía haber dado sus últimas contribuciones a la pantalla grande, esta nueva andanada busca seguir aprovechando un interés nunca desaparecido en los fans de Harry Potter.
Porque, ante todo, Animales fantásticos y dónde encontrarlos (2016) es una película para los fans. No trata, en ningún caso, de plantear una nueva saga que atrape de forma autónoma al nuevo público. Es, sin embargo, sorprendente que tenga tan pocas conexiones a priori con la historia madre, y de ahí que, cuando se producen, de forma sutil y fugaz, el fan se agarre fuertemente a la butaca. No es por tanto, una película para nostálgicos, no es ese ”años después” planteado por la obra de teatro que busque remover los recuerdos y sentimientos del público de este universo mágico.
No obstante, plantea una diégesis completamente nueva, alejada del Hogwarts por todos conocido y sus aledaños, callejones y bosques. Nos mueve a un contexto completamente diferente, y plantea el interesante ejercicio de mostrar y configurar la convivencia de magos y humanos no mágicos en una localización más amplia y variada como es Nueva York.
Sin embargo, en ese atrevimiento adolece de exponer demasiadas cosas de forma sucinta, ligera y con poco peso argumental, estando asentada la construcción de este nuevo contexto mágico sobre unos endebles pilares poco presentes en la película y difíciles de relacionar por parte del espectador.
Pero no quiero culpar a J.K. Rowling por no mostrar este Nueva York variopinto, con el trasiego de magos y no magos, con el mismo detalle que sí hizo con el colegio de magia y hechicería inglés en su tiempo. No puede hacerlo, pues para Hogwarts tuvo cientos y cientos de páginas en un soporte mucho más agradecido a la configuración de espacios con todo lujo de detalles como es la literatura, y aquí goza de apenas un par de horas de metraje para caracterizar un medio completamente nuevo y, a la vez, contar una historia mínimamente interesante que emplace a seguir completando este mundo fantástico que creara hace años.
Aún así, queda la sensación de que se dedica demasiado tiempo a escenas impuestas para recrearse en los efectos especiales y el CGI, muchas de las cuales estiran pequeños conflictos de poca trascendencia que podrían tener una solución mucho más rápida, ya que, en su interior, ni ayudan a caracterizar mejor a los personajes ni hacen avanzar la narración.
Estos minutos sí podrían dedicarse a escenas mucho más interesantes y que detallan de forma exquisita este submundo mágico del pasado siglo, como una en concreto que llevó a mi cabeza claros recuerdos de la sucia y mítica taberna de Star Wars.
Esta narración viene apoyada sin embargo por actuaciones de altura, entre las que destaca la de su protagonista: Eddie Redmayne. Con un talento ya reconocido en la última ceremonia de los premios Oscar, el inglés da vida a este curioso personaje con claros problemas para las relaciones sociales. Esto cambia cuando trata con cualquiera de los seres del mundo mágico, con los que se demuestra atrevido y decidido, además de infinitamente compasivo. Un protagonista que cumple la función principal de dicho papel en el cine: permitir la fácil empatía del espectador.
Una película disfrutable, que deja la sensación de que aún queda mucho por contar en este mundo de varitas, dragones y, por qué no, humildes y valientes muggles (personas no mágicas).
Título: Animales fantásticos y dónde encontrarlos
Título original: Fantastic beasts and where to find them
Dirección: David Yates
Intérpretes: Eddie Redmayne, Katherine Waterston, Dan Fogler, Alison Sudol, Colin Farrel, Ezra Miller, Johnny Depp
Calificación: Apta para mayores de 13 años
Género: Fantasía, basado en novela
Duración: 133 minutos
Origen: Reino Unido, Estados Unidos
Año de realización: 2016
Distribuidora: Warner Bros.
Fecha de estreno: 17/11/2016
Puntaje 7 (siete)