Por Giuliana Bleeker
Al igual que en la literatura, el cine se ha encargado de abordar a través de oscuros personajes el trastorno de identidad disociativa. Adaptaciones que se han transformado en películas de culto, como Psicosis (1960) o El club de la pelea (1999), dejaron fascinados a los espectadores gracias a sus giros inesperados. A pocos días del estreno de Fragmentado (2016), de M. Night Shyamalan, repasamos algunos films con personalidades múltiples.
Este año, Shyamalan regresa a la pantalla grande con una nueva historia de suspenso bautizada Split (Fragmentado, 2016). El director de Sexto Sentido (1999) y Señales (2002), que luego de varios tropiezos comenzó a recobrar su sello narrativo con su film Los Huéspedes (2005), nos trae en esta ocasión un estremecedor relato sobre un secuestrador con 23 personalidades. El personaje de Kevin, interpretado por James McAvoy (X-Men), sufre de un trastorno de identidad disociativa que fragmenta su identidad en personajes tales como una mujer adulta o un niño de 7 años.
El trastorno de identidad disociativa (antes conocido como “trastorno de personalidad múltiple”), ha sido retratado en el cine en numerosas oportunidades. La mayoría de las veces, las cintas de terror y suspenso construyeron historias símiles a El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, donde una personalidad opuesta y “malvada” toma el control de la mente del personaje. El clásico Psicosis (1960) ha puesto este tipo de trama en escena a través del papel de Norman Bates, el psychokiller más famoso del séptimo arte. Otras veces, la enfermedad ha sido retratada desde un punto de vista más clínico, como sucede con Las tres caras de Eva (1957), basada en una historia real de una mujer reprimida que desarrolló dos personalidades distintas: una histérica extrovertida y otra madura e inteligente.
En esta oportunidad, y a la espera del estreno de Split para mediados de febrero, aprovechamos para contarte sobre aquellas películas que han hecho uso del desdoblamiento de la personalidad con el resultado de una intrigante narrativa.
Sybil (1976)
La historia de Sybil está basada en el bestseller homónimo escrito por la periodista Flora Rheta Schreiber en 1973. El libro trata sobre el caso real de una paciente psiquiátrica conocida como Sybil, que desarrolló 16 personalidades distintas. Por ese entonces, el trastorno de personalidad múltiple se consideraba un mito y el libro marcó tal impacto en la comunidad médica que fue adaptado como película para la televisión por el director Daniel Petrie. En el film, Sybil Dorsett (Sally Field) es una joven maestra que sufre de ansiedad y de periodos de amnesia. Al conocer a la doctora Wilbur (Joanne Woodward), Sybil deja en evidencia en sus sesiones las diferentes personalidades que su mente ha creado como resultado de los abusos cometidos por su madre cuando ésta era pequeña. Todas ellas tenían distintas edades, características muy particulares y hasta una de sexo masculino.
Al igual que sucedió con Las tres caras de Eva, también basada en una historia verídica, el telefilm fue muy popular y se produjo un aumento de casos diagnosticados con esta enfermedad. Como consecuencia, el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales lo incluyo en su cuarta edición publicada en 1980. En 2007 se estrenó la remake con Tammy Blanchard como Sybil y Jessica Lange en el papel de Wilbur.
Dressed to Kill (Vestida para matar, 1980)
Desde sus comienzos en el cine, Brian De Palma se reconoció como un gran admirador de Alfred Hitchcock y su film de 1980, Dressed to Kill, lo demuestra una vez más. En aquella época, De Palma ya había tomado relevancia en el mundo cinematográfico gracias a la exitosa adaptación de Carrie en 1976. Para este thriller contó nuevamente con la acertada música de Pino Donaggio y con Nancy Allen como una de las protagonistas, quien fue actriz secundaria en Carrie y esposa de De Palma en aquel momento. La trama comienza con una escena de una mujer en la ducha que nos anticipa la estela de Psicosis (1960) presente durante toda la cinta. Kate, interpretada por Angie Dickinson, es una ama de casa madura que se siente insatisfecha sexualmente por su marido, por lo que decide tener una aventura.
A pocos minutos de comenzado el film, veremos a Kate siendo asesinada violentamente en el ascensor de un edificio luego del encuentro con su amante. Vestida para matar sorprende con sus juegos de cámara y secuencias magníficas como las del ascensor, la persecución en el metro o el juego de seducción entre Kate y el hombre desconocido en el museo, que funciona también como un homenaje a Vértigo.
Raising Cain (Demente, 1992)
Raising Cain es el nombre original de esta película de suspenso dirigida por Brian De Palma. La historia trata sobre Carter (John Lithgow) un psicólogo infantil y padre de familia que está obsesionado con conseguir niños para un misterioso experimento. Su esposa, Jenny (Lolita Davidovich), es una doctora que se ve desconcertada ante el reencuentro de un viejo amor y al mismo tiempo siente una gran preocupación acerca de la extrema atención que Carter le proporciona a su hija. El director utiliza aquí sus clásicos planos secuencia que juegan con lo que el espectador ve y lo que realmente ocurre. También hace un interesante uso de las pesadillas, el flashback y eficaces sustos como los de Jenny golpeando el vidrio del auto mientras éste se hunde o el terrorífico último plano de Carter/Margo en el parque.
En la época de su estreno, De Palma venía de dirigir un éxito de Hollywood como Los Intocables (1987), por lo cual este film significaba una vuelta a su clásico cine de género. A pesar de haberle ido muy bien en las taquillas, las críticas fueron bastante negativas y De Palma se encargó de explicar que el error recaía en el montaje y que inicialmente el orden de las secuencias estaba programado para no ser de manera cronológica.
Primal Fear (La raíz del miedo, 1996)
Protagonizada por Richard Gere y un joven Edward Norton en su debut en la pantalla grande, Primal Fear nos introduce en la historia de Martin Vail (Gere), un famoso abogado que defiende a todo criminal importante con tal de obtener prensa. Tras conocerse la noticia de que un ex monaguillo llamado Aaron (Norton) ha sido arrestado y acusado de haber asesinado al arzobispo de Chicago, Martin no reflexiona ni un minuto y decide tomar el caso. En un comienzo, todo apunta a que estamos ante la típica película estadounidense de juicio por jurados pero hacia la mitad de la cinta el hilo narrativo cambia y se aleja de lo convencional. Edward Norton es quien se destaca aquí con una soberbia actuación y un final asombroso. La película de Gregory Hoblit está basada en la novela del mismo nombre del escritor William Diehl.
Hide and Seek (Mente siniestra, 2005)
Hay que reconocer que a pesar de contar con la presencia de un actor virtuoso como Robert de Niro, es su coprotagonista Dakota Fanning quien se lleva todos los aplausos. La película se inicia con el inesperado suicidio de la madre de Emily (Fanning). Ante esta trágica situación, su padre, el psicólogo David Callaway (de Niro), decide mudarse con la niña a una tranquila casa de campo en el norte de Nueva York para ayudarla a superar el trauma. Pero Emily actúa de forma muy extraña y comienza a realizar actos perversos para molestar al padre, los cuales ella asegura que fueron producidos por “Charlie”, su amigo imaginario.
Hide and Seek cuenta con sólidas actuaciones no sólo de sus protagonistas principales sino también de las actrices Famke Janssen, quien interpreta a la terapeuta de Emily, y Elisabeth Shue en un papel menor como pretendiente de David. La película manifiesta todos los indicios de ser un film de terror sobrenatural, sin embargo hacía el final el espectador se verá envuelvo en un intenso thriller psicológico.