Trabajadores de la Danza es un documental que da voz y muestra el cuerpo en la lucha por los derechos laborales del colectivo de la danza. También un acercamiento a la gestación y proceso con sus idas y venidas de una manera de organización en pos del arte y la creatividad. Charlamos con sus directoras Julia Martinez Heimann y Konstantina Bousmpoura sobre las diferentes maneras de entender de qué hablamos cuando de políticas culturales se trata.
Pablo E. Arahuete: – ¿Cuál es el estado actual de la ley de Danza?
Julia Martinez Heimann y Konstantina Bousmpoura: –La Ley Nacional de Danza se presentó al Congreso Nacional en 2014. Sin embargo no fue tratada por lo que a fines del 2015 perdió estado parlamentario. En 2016 el proyecto de ley volvió a presentarse en el parlamento y hoy se encuentra en agenda de tratamiento en la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados.
Con las acciones colectivas que se van a llevar a cabo el día 27 de abril, día que coincide con el estreno de Trabajadores de la danza, se propone acompañar y visibilizar el asunto, para que la ley sea tratada.
P. E. A: – ¿Cuál fue el motivador para encarar este documental desde el punto de vista etnográfico que tengo entendido forma parte de sus investigaciones?
Julia Martinez Heimann y Konstantina Bousmpoura: –Nuestras trayectorias personales y bagaje académico. En el año 2008 que nos conocimos ambas trabajábamos en proyectos etnográficos vinculados a la danza; Konstantina en bailaoras flamencas y Julia en danzas andinas en Buenos Aires, y profundizábamos en la teoría de la antropología visual. Enseguida nos llamó la atención la lucha de un grupo de bailarines despedidos por reivindicar sus derechos laborales y los conceptos que habían elaborado en torno a la danza: el artista como trabajador, la danza como profesión, la dirección colegiada y la toma de decisiones colectivas. Estas eran cuestiones fundamentales para investigarlas basándonos en el trabajo de campo antropológico y el uso de medios audiovisuales.
P. E. A: – ¿Cuál es, según sus opiniones, el mayor obstáculo en lo que a organización horizontal de una compañía de danza o grupo se refiere para formar parte del colectivo cultural sin ceder autonomía?
Julia Martinez Heimann y Konstantina Bousmpoura: –El mayor obstáculo en lo que a organización horizontal se refiere se vincula, por lo que hemos observado, con poder encontrar consenso dentro de un grupo heterogéneo de personas. Lograr que las decisiones finales representen a los individuos que conforman el colectivo, o bien que la grupalidad tenga una fortaleza que permita comprender que los intereses individuales pueden, por momentos, ser considerados secundarios en función a las prioridades colectivas. Y que uno entienda que al decidir formar parte de un colectivo artístico que apuesta por una modo de organización que se base en la autogestión y horizontalidad, concuerda con sus derechos y obligaciones y está dispuesto a ceder autonomía cuando considere que esto sea importante para el grupo.
Si en vez de pensar en un colectivo artístico pensamos en la convivencia o en el compartir espacios, ¿no nos es más fácil identificarnos con esta idea de negociación contínua de los espacios autónomos?
Por otra parte, la falta de ejemplos y referencias de organizaciones de este tipo dentro del mundo de la danza (y el hecho de no vivir en una estructura horizontal como señala una integrante en el documental), hacen que cada proceso sea revisado y puesto en cuestión, lo que tal vez rallenta o complejiza los tiempos de ejecución.
Más allá de señalar las complicaciones, es interesante observar que estas formas de organización implican otras formas de pensar el trabajo, lo colectivo, lo institucional y una participación y perseverancia que consideramos que son absolutamente necesarios para encontrar un modo de organización con el cual sentirse identificado y desde el cual crear.
P. E. A: – ¿Por qué en el documental no aparecen voces vinculadas con la política en cultura o relacionadas con las comisiones parlamentarias?
Julia Martinez Heimann y Konstantina Bousmpoura: –El proyecto de investigación se planteó, desde el comienzo, como un proyecto de investigación prolongada en la sede de la Compañía – en la antigua Biblioteca Nacional- y sobre las acciones y palabras de todos los integrantes de la Compañía a lo largo de las varias etapas que atravesó. Nos interesó ver la lucha de los bailarines por conseguir sus derechos laborales y la conformación de una Compañía Nacional basada en la toma de decisiones colectiva y la estructura horizontal. Nuestro planteamiento fue un registro etnográfico fílmico de lo que los bailarines decían (y hacían) y no de lo que los otros decían sobre ellos. En este sentido optamos por una narrativa dramática que componga su visión e interrogantes en torno al arte, el trabajo y la política sin recurrir a voces externas a la Compañía. La vinculación con el Movimiento de la ley Nacional de danza también vino por la observación sobre la construcción de derechos laborales por parte de los colectivos. Por supuesto son muy interesantes los diversos puntos de vista vinculados con la política en cultura, pero el campo de voces es realmente extenso, y en nuestra opinión poner el foco en algunos aspectos específicos, con todos los matices que presentan, aportan a la profundidad de la reflexión. Ojalá las preguntas que abrimos con la película den pie a futuras consideraciones y análisis, tanto nuestros como de quienes quieran llevarlas a cabo!
Para mas información visita la página web www.workingdancers.com