Por Pablo Arahuete
Los jóvenes y su manera de encarar la relación de supervivencia en el ámbito laboral son uno de los ejes que atraviesan el intrincado universo de El auge del humano. También su forma de relacionarse frente al mundo y en distintos lugares del planeta. En esta entrevista el director Eduardo Williams nos cuenta la experiencia de salir con la cámara a buscar historias, a encontrar personajes y volverlas a repensar desde una mirada diferente.
Pablo E. Arahuete – Hay una idea existencial conflictiva que se vuelve mucho más intensa a medida que el relato avanza. ¿ por dónde creés que pasa hoy la crisis existencial adolescente ?
Eduardo Williams: – No lo sé. No puedo pensar en términos tan abarcativos. En la película se pueden leer este tipo de temas pero siempre desde experiencias particulares y acciones cotidianas. Lo que primero puedo asociar con ésto es la relación con el trabajo, la subsistencia y cómo eso influye en la relación de uno con el tiempo. Tal vez a los personajes no les gusta lo que se les propone y ahí se forma una crisis que puede ser buena.
P. E. A. – ¿Cómo fue trabajar con personas de otros países en base a tus necesidades de guión?
Eduardo Williams: – El guión estaba escrito sabiendo que iría al encuentro de personas y lugares de las que yo no sabía nada. Entonces, ya era consciente de que necesitaba que las personas que iban a participar de la película lo alimenten y lo transformen a la vez que pudieran estar abiertos a mezclar la voluntad del guión con la suya.
P. E. A. – ¿Cuánto de improvisación de los actores te ayudó a marcar una pauta en la dirección o rumbo de la película?
Eduardo Williams: – La dirección general de la película ya estaba marcada, pero los actores hicieron que ese camino fuera mucho más interesante y gane nuevas posibilidades. Sus comentarios muchas veces abren nuevas relaciones entre los elementos de la película.
P. E. A.– Desde tu rol de director ¿Cómo manejaste la distancia con los actores?
Eduardo Williams: –Intenté achicarla. En la mayoría de los casos cuando me presento como director ante un actor sin experiencia previa siento que hay una idea de que soy el jefe y que daré órdenes a ser cumplidas. Pasando tiempo juntos intento crear una relación más amigable en la que podamos estar todos más relajados, intercambiar ideas y sentirse libre de improvisar.
P. E. A. – ¿Cuáles son los detonantes que te movilizan a tomar una cámara y pensar una película?
Eduardo Williams: – La sensación física fuerte y única que sentía cuando iba al cine cuando era chico. La curiosidad de conocer nuevos lugares y personas. Las ganas de crear fantasías y construcciones que no podría crear de otra manera. El intento de sobrevivir haciendo algo que me interese y me haga crecer. La voluntad de compartir este tipo de cosas con otros y ver qué pasa.
P. E. A. – ¿Qué buscaste con la incorporación de las hormigas en relación al viaje interior de tu film?
Eduardo Williams: – Busqué un cambio de punto de vista, un momento para salir del mundo en el que estábamos que sirva a la vez para conectar con otra parte del mismo. Un momento de observar algo inesperado y tal vez encontrar algo en esta experiencia. Un momento de aventura de entrar en un agujero negro y no saber qué pasará. Compartir el placer e interés que siento en la observación de hormigas y otras especies.