Por Pablo Arahuete
No resulta extraño que al multifacético James Franco lo haya inspirado la historia real detrás de The Room, nobleza obliga, film ignoto para muchos críticos y sobre el que trabaja el opus del actor y director en su nueva faceta transgresora o esa extraña desfachatez que tiene algo de genuíno y mucho de golpe de suerte, es justo decir.
Para el caso si uno toma el corazón de esta historia de soñadores que hacen posible el american dream cinematográfico, es decir producir, financiar y finalmente estrenar su propio proyecto a espaldas de la industria, sin “prostituírse artísticamente hablando” y con la meta inspirada en el icono James Dean, cuya escueta carrera cinematográfica lo convirtiera instantáneamente en un mito, se entiende un poco más qué es lo que hay detrás de las intenciones de James Franco con la inmensa colaboración de su hermano Dave y un reparto todo terreno para someterse a los proyectos más arriesgados por contar con espalda para llevarlos adelante.
Eso significa que la película adopta una mirada romántica tanto sobre su personaje como su épica personal. Se respira en cada plano una cuidadosa pátina de respeto y ponderación de las libertades, más que el cinismo de la burla disfrazada de comedia bizarra. El punto de inflexión no es antojadizo y es por ese detalle no menor que The Disaster Artist abandona en los primeros quince minutos la estética de cabezas parlantes, pegada a la insostenible estética del reality para vender un producto -sea el que sea- amparado en la figura que da el testimonio. James Franco deja trascender que lo suyo va por otro carril, no estamos frente a una película del cine dentro del cine como tantas otras, no estamos frente a una reflexión profunda sobre la industria versus la independencia, sino que el foco se concentra en los hacedores con pasión y sin talento que consiguen contagiar proyectos porque son genuinos y auténticos en un universo cinematográfico en el que nada lo es.
Pero para que funcione una película de culto como es el caso de The Room no alcanza con generar expectativa ante un público cautivo sin la sensación de construcción de un mito en la figura de su creador. El mito de Tommy Wiseu se nutre de anécdotas increíbles durante el rodaje y un misterio sobre su identidad que todavía persiste y es el condimento para que el público tome interés y seguramente busque la película.
A modo de conclusión eso es lo que pasa con las intenciones nobles de Franco, buscadas o no sabe que su película es una plataforma importante de promoción donde la vara nunca va a medir la calidad sino la excentricidad, en tiempos de la mediocridad que pulula por las redes, en tiempos de decadencia rotunda de otros mitos vivientes como los hermanos Coen, el opus de Franco alcanza, entretiene aunque a veces reciba demasiadas flores que según la opinión de quien escribe son tan exageradas como las performances del propio Tommy Wiseu en su labor interpretativa.
Título: The disaster artist
Título Original: The disaster artist
Dirección: James Franco
Intérpretes: James Franco, Dave Franco, Seth Rogen, Zac Efron, Alison Brie, Lizzy Caplan.
Género: Comedia biográfica
Clasificación: No disponible
Duración: 104 minutos
Origen: Estados Unidos
Año de realización: 2017
Distribuidora: Warner Bros.
Fecha de Estreno: 21/12/2017
Puntaje: 7 (Siete)