Por Facundo Franco
Virginie Efira (Elle) protagoniza esta comedia francesa que aborda el tema de la multiplicidad de problemas y preocupaciones que pueden experimentar las personas en este mundo moderno desde prácticamente todos los ámbitos de la vida. El aporte de la protagonista como así también la mirada de su directora y coautora Justine Triet hacen de esta película un relato comprometido con los problemas humanos contemporáneos desde una mirada femenina muy actual y rica para el análisis.
Victoria (Efira) es una abogada de mediana edad, divorciada y con dos hijas. Que no da más. Porque no solo tiene que afrontar su papel de madre prácticamente sola sino que su trabajo, sus relaciones sociales y amorosas y casi todos los elementos que componen su mundo parecen haberse confabulado contra ella en un mismo momento. A partir de un personaje principal fuerte y bien definido, la película resulta muy dinámica cuando nos presenta todas las líneas argumentales que se propone desarrollar y que componen la vida de esta estresada abogada parisina. Su mejor amigo es acusado de intento de homicidio por su esposa y ella debe defenderlo en la corte, un ex cliente acusado de tráfico de drogas le pide ayuda y consigue mudarse al pequeño departamento que Victoria comparte con sus hijas para trabajar como su niñero/asistente personal y, como si esto fuera poco, su ex marido que hace siete meses que no cumple con los pagos de la cuota alimentaria parece haber decidido darle rienda suelta a su costado más creativo escribiendo una novela online que básicamente ventila todos los secretos, profesionales y personales, de su personaje principal, una abogada cuarentona que convenientemente se llama “Vicky”.
Ahora bien, una vez establecidos todos estos frentes de batalla, algo que el relato logra con gran naturalidad y toques de comedia absurda que le dan un tinte irónico a la cuestión, iremos lentamente aproximándonos al quid de la cuestión que consiste en dos puntos fundamentales. Por un lado la película se erige como un retrato que prácticamente documenta las preocupaciones propias de esta época expresadas en la piel de una mujer que debe cargar con el peso de problemas propios y ajenos. Y si bien esto lo logra perfectamente y con esa dinámica que es inherente al personaje de Victoria y a la variedad de los bemoles que la aquejan, el segundo paso consiste en ir un poco más allá de eso para construir una protagonista que, al margen de cómo encuentra las formas de lidiar con todo lo que tiene entre manos, experimenta un proceso de crecimiento en esas circunstancias que le permiten, llegado el momento, discernir lo que quiere, lo que le importa y separarlo de lo secundario que antes tanto la agobiaba.
Aunque a simple vista pueda parecer una trama muy cargada y hasta exageradamente saturada de líneas argumentales, la película realmente ofrece una simpleza muy bella mientras recorre su camino hacia esa tesis, también simple aunque no por eso carente de profundidad, que invita a la reflexión acerca de este mundo moderno en el que indefectiblemente todos estamos inmersos.
Título: Victoria y el sexo.
Título original: Victoria.
Dirección: Justine Triet.
Intérpretes: Virginie Efira, Vincent Lacoste, Melvil Poupaud, Laurent Poitrenaux, Laure Calamy y Alice Daquet.
Género: Comedia.
Clasificación: apta para mayores de 13 años.
Duración: 97 minutos.
Origen: Francia.
Año de realización: 2016.
Distribuidora: Mont Blanc Cinema.
Fecha de estreno: jueves 25/01/2018.
Puntaje: 7 (siete)