Por Pablo Arahuete
Si bien el género del rockumental ha sido explorado por el cine argentino con resultados diversos, es poco habitual encontrar una cercanía directa con el “mientras tanto” de un proyecto artístico. Tampoco es muy frecuente que un músico abra las puertas de su intimidad en medio de la grabación de un disco y mucho menos aún que otorgue cierto lugar de privilegio al ojo que lo observa. Transformación es el nombre del último trabajo discográfico de Palo Pandolfo, referente indiscutido del llamado rock argentino y también da identidad a esta ópera prima de Iván Wolovik (en la foto, junto a Ricardo Mollo y Palo Pandolfo), testigo y parte del proceso de gestación de este nuevo trabajo del líder de la banda de Don Cornelio y la Zona. Por eso la idea de entrevistar a Iván y seguir indagando en ese extraño camino de transformaciones donde entre otras cosas su mirada busca la mejor manera de abordar el universo artístico de Palo Pandolfo. Mientras la música acompaña.
Pablo Ernesto Arahuete: -¿Qué representa para vos Palo Pandolfo en base a la referencia directa con el rock argentino, por qué elegiste acompañarlo en este proyecto artístico?
Iván Wolovik: –Me parece que Palo Pandolfo es una figura indiscutida, un referente del rock nacional. Ya era hora de que tuviese un reconocimiento que trascendiera lo musical. Vi la oportunidad de hacer el documental para descubrir cómo trabaja, cómo piensa y siente.
P.E.A.: – ¿Cuántas horas de filmación en bruto acumulaste tras el largo proceso de gestación del disco?
Iván Wolovik: – La cantidad de horas de filmación es incalculable porque son nueve meses de ir los cinco días de la semana. Calculá nueve por cinco, también incalculable la cantidad de gigas de almacenamiento. Lo bueno es que más allá de la cantidad yo sabía qué material me iba a servir. Porque había material más narrativo y otro menos narrativo.
P.E.A.: -¿Cuál fue tu criterio a la hora de elegir el montaje final para el documental?
Iván Wolovik: Pensé mucho en cuál sería el criterio, hasta que apareció solo. Es una estructura básica donde hay una pre producción, la producción del disco y la post producción. Entonces eso nos ayudó a estructurarlo, si bien en apariencia esta estructura resultaba algo rígida, el material con el que disponíamos podía darle otro vuelo. Esa es la intención de mi documental, que te lleve de la forma rígida a otras instancias siempre conectado con lo musical.
P.E.A.: – ¿Por dónde pasó tu búsqueda estética tratándose de un rockumental tal cual vos lo definiste?
Iván Wolovik: – Fue ocurriendo a medida que filmaba, no sabía muy bien lo que iba a pasar, pero en un momento se definió una forma de mirar, de dónde pararme a mirar. Empecé a observar que no se trataba solamente de música, sino también de relaciones humanas. La música ocurría entre las relaciones y además fui viendo cómo filmaba diálogos, cómo filmaba la música, sin repetirse. Repetirse es algo que pasa cuando filmás música todos los días. Creo que la película refuerza un poco esa estética de cómo filmar música. Creo que hay una manera un poco monótona respecto a filmar música. Yo, me encontraba con una cámara y tuve que buscar el mejor punto de vista, ser rápido y efectivo en relación a lo que estaba mostrando.
P.E.A.: – ¿Qué te aportó este proyecto como realizador más allá de tu afinidad y cercanía afectiva con el músico?
Iván Wolovik: – Es un proyecto que me hizo crecer como realizador, me hizo tener mi primer película terminada. Ahora estoy en el proceso de mi primer ficción que se llamará Acá no hay rock. Me hizo entender cómo acercarse a un tema, abordarlo pero sobre todo a reflexionar acerca de filmar música. Considero que esta peli es como una masterclass personal sobre cómo filmar música.
P.E.A.: – ¿Qué aspectos de Palo Pandolfo descubriste al compartir esta intimidad creativa?
Iván Wolovik: – Descubrí su generosidad como persona por haberme dejado entrar a lugares donde generalmente un artista no te deja acceder totalmente. Dejarme ver la puerta de entrada al mundo creativo de un artista, creo que eso es un poco la película. Un artista importante que reflexiona con otros artistas sobre la creación, del que fui apenas un observador en busca de un punto de vista donde contar eso. Eso es lo que lo hace interesante, porque si hubiese habido una puesta en escena seguramente la relación no hubiera sido igual. Palo Pandolfo es una persona de un talento infinito.
P.E.A.: – ¿Tuviste algún conflicto cuando estabas presente en su proceso de Transformación?
Iván Wolovik: – Conflicto narrativo no hubo ninguno, no tengo anécdotas de conflictos. Inclusive hubo que pensar al no existir conflictos reales y en base a la estructura documental en la existencia de algún conflicto, raíz de todo documental. Fue una grata experiencia y todos nos hemos ido con lazos afectivos. Yo me siento uno más en el proceso de gestación del disco, tal es así que yo salgo en los títulos del disco sin que ellos hayan visto nunca una imagen mía. Estoy muy agradecido a la banda La Hermandad, al productor Charlie de Sidney, a Marcelo de Martillo Estudio, que hizo la mezcla, todos han sido generosos y me dejaron trabajar. Eso se refleja en el material final: la buena onda y la entrega.