Por Pablo Arahuete
El llamado Período Especial en Cuba se instala en uno de los peores momentos de la crisis económica que atravesara la isla en la década de los ’90 cuando el embargo económico se hizo mucho más visible y la crisis política de la Unión Soviética significó la pérdida del apoyo de uno de los países aliados a la causa. Jhonny Hendrix, director colombiano, vivió en carne propia la experiencia de un rodaje en Cuba mientras la muerte de Fidel Castro teñía de nostalgia y tristeza a sus ciudadanos. Así se gestó Candelaria, una historia de amor protagonizada por octogenarios y que reflexiona entre otras cosas sobre las fragilidades de la vejez y la gimnasia de la supervivencia en un país donde las carencias abundan pero la dignidad y resistencia no se apaga. En esta entrevista dialogamos con el director sobre Candelaria, su tercera incursión en el largometraje.
Pablo Ernesto Arahuete: -Para cualquier director, cada película realizada es especial, Candelaria es tu tercera película ¿Qué significó tomar contacto con esa Cuba y con su gente, pero más precisamente con la vejez en una isla, en el doble sentido del término?
Jhonny Hendrix: – Para mí Candelaria significa demasiadas cosas, me trae muchos sentimientos, nostalgia, soledad, amor, perdón y reconciliación. Es una película donde vomité muchos sentimientos de aquello que estaba pasando en mi vida personal. Todo comienza cuando una anciana en La Habana me cuenta su historia de amor y esa historia busqué, con la ayuda de unos amigos, volcarla al papel. Cuba creo es el país que mi padre hubiera querido conocer pero al llegar por primera vez en 2010 y luego en 2012, me encontré con que la gente del malecón, además de salir al muelle a tomar sol tienen miradas nostálgicas que me recuerdan mucho a los ancianos de mi lugar Quidbó Choco. Me recuerda que somos latinoamericanos y no hay muchas fronteras en cuanto a sentimientos. Latinoamérica es ese pueblo que siempre añoró tener demasiadas cosas y siempre se ha quedado esperando que se vuelvan realidad. Eso me deja Cuba, además del goce y la risa, de la música, me deja aprendizajes respecto a lo político, a la dignidad humana. Significó mucho para mí porque tenía la necesidad de alejarme de mi Colombia, de las tempestades de amores y desamores que traía conmigo. Creo que necesitaba exorcizar mis propios demonios.
P.E.A. : -Durante los créditos finales aparece un cartel en memoria de Jesús Terry ¿Quién era esta persona y qué importancia tenía para vos y el proyecto?
Jhonny Hendrix: – Jesús Terry fue el actor que encontré para interpretar el personaje de Víctor Hugo, pero al comenzar los ensayos y delinear los detalles para construir al Víctor Hugo de carne y hueso, enfermó. Y a los cuatro días se murió en un hospital. Ya le había entregado a Víctor Hugo mucho de sí, el baile, la personalidad, la sonrisa, para mí se había convertido casi en un abuelo. Me dolió mucho que no pudiera haber hecho el personaje para el que fue seleccionado después de una vida de actor. Su pérdida se refleja en la película y le escribí para decirle adiós un poema que aparece en una de las escenas de la película. La vida me dio un amigo al que aprendí a conocer en sus últimos días.
P.E.A. : -Con la introducción de la filmadora en la vida de Víctor Hugo y Candelaria se abre el juego al erotismo desde el rol de Voyeur, propio de estos tiempos de redes sociales y fronteras muy débiles entre lo público y lo privado ¿Lo pensaste como un recurso metafórico o funcional a la idea del sexo ambiguo, fronterizo con la prostitución por necesidad?
Jhonny Hendrix: – La introducción de la filmadora se debe a varias razones. La primera es que soy una persona que se considera introvertida y mi manera de comunicarme y expresarme es a través de una cámara, así me permito decir la verdad, lo que pienso y siento. Por eso ese juguete que a mí me permite hablar era fundamental en la película para que Víctor Hugo pudiera comunicarse con su esposa Candelaria; para que pudiera verla, sentirla, palparla. Respecto a la prostitución, claro que sí, porque al tratarse de ese Período Especial Cubano los jóvenes debían prostituirse para llevar la comida a la casa. Y Víctor Hugo y Candelaria no tuvieron hijos, es decir, nadie podía salir a prostituirse para ellos y ellos mucho menos al ser ancianos. La filmadora era la posibilidad de hacer películas donde tenían sexo, una forma bonita y perversa a la vez porque por un lado al tener sexo se reencontraría la pareja pero al “prostituirse” con las películas para subsistir, ese aspecto muestra el otro lado de esa realidad: mucha gente tuvo que recurrir a la prostitución porque en ese momento no había otra alternativa dado el sesgo político y económico en Cuba, no había países que prestaran ayuda por miedo a las sanciones por el bloqueo. Pensar en ello me trajo la idea de que un par de viejos cayeran en la misma situación crítica, pero creo que al final termina ganando la dignidad.
P.E.A: -La pareja de actores seleccionada generan una química como si se conociesen de toda la vida ¿Cómo se logró esa complicidad y cuánto estaba preestablecido desde tu guión?
Jhonny Hendrix: – La película logró ser muy cubana gracias al aporte en el guión de Abel Y Carlos, pero con María Camila que es la guionista principal de esta historia logramos plasmar en el guión esa alegría y chispa casi adolescente que sale de la nada en medio de su vejez, su amor y ternura. Son dos grandes actores con unas carreras impresionantes. Verónica Lynn más allá de su personaje se permitía agregar otras cosas, otros aspectos y detalles. Alden Knight es el mejor actor con el trabajé en mi vida. Todo el mundo pensó que entre estos actores realmente existía una relación romántica por lo que transmiten en cada escena. Antes de la película no eran amigos, hoy se encuentran con sus respectivas parejas y salen a comer, según me cuentan ellos. Lo más hermoso de haber trabajado junto a ellos fue encontrar esa nostalgia del viejo cine cubano, del teatro de esos tiempos, de todo un movimiento cultural muy importante que hoy ya no aparece según lo que ellos me refieren.
P.E.A.: -El contexto histórico de tu película se instala en los 90 ¿Cambiaron las cosas en Cuba tras la muerte de Fidel Castro de acuerdo a lo que viviste en ese momento del rodaje?
Jhonny Hendrix: – Sí, la película se instala en los ’90. El Período Especial es algo que ningún país desea vivir porque es cuando el mundo en términos económicos quiere olvidarte, demostrarte que con un peñique te puede aplastar y creo que eso es lo que le pasó a Cuba en ese momento. No obstante, los cubanos se unieron y lograron hacer de ese país algo mítico, mantener una postura frente al mundo. Pasaron a la historia. Todo el mundo sabe qué país es Cuba, tal vez de otros países no sepamos nada. Ahora bien, creo que Cuba ha venido cambiando mucho, no necesariamente desde la muerte de Fidel. Ya cuando estaba en el rodaje, sentía esos cambios. Cuba se está abriendo al mundo, se está permitiendo otros tipos de economía, estilos de producción en todas las áreas, está buscando caminos para abrirles a sus ciudadanos. También creo que el que retorna a Cuba le devuelve a su país lo que trae de afuera, el éxito, porque ama su terruño. Creo que hay un capitalismo tapado debajo de las cobijas, por así decirlo, pero que se va transformando.
P.E.A.: -Los pollitos que rescata Candelaria son tan frágiles como los ancianos en la isla ¿Cuales son las mayores fragilidades con las que lidiaste en una tierra ajena?
Jhonny Hendrix: – Para Candelaria los pollitos son los hijos que no tuvo. Lo más frágil que viví en Cuba fue la muerte de Jesús Terry en primer lugar; en segundo lugar estar lejos de mi familia en épocas navideñas, la muerte de Fidel me movilizó mucho por todas las historias que había escuchado desde temprana edad. Es un personaje que se coló en la historia universal. Creo que en Cuba más allá de que la gente fuese socialista, la gente era Fidelista. Tratar de componer a los actores tras la muerte de Fidel fue una de las cosas más duras del rodaje en la isla.
P.E.A.: – Pensar en una historia de vejez con sus luces y sombras como queda reflejado en tu film ¿Te confrontó con tu propia vejez futura?
Jhonny Hendrix: – Más que confrontarme creo que es el sueño de mi propia vejez. Hacer esta película fue como soñar sobre cómo podría ser la vejez perfecta, creo que esa vejez es con alguien que te ame profundamente, que esté a tu lado, y no con todas las facilidades del mundo a tu lado. Creo que a veces puedes tenerlo todo y no tener a nadie, pero considero que es mejor tener a alguien y no tener nada más.