Por Pablo Arahuete
David Blaustein explora desde su obra Fragmentos Rebelados una etapa del cine político argentino que conecta no solamente con la historia más reciente en épocas de dictadura, sino con la poco conocida actividad de Enrique Juarez, sindicalista y cineasta asesinado durante el periodo militar. En esta entrevista, el documentalista nos cuenta la experiencia de haber encontrado eslabones de una memoria que se niega a olvidar.
Pablo E. Arahuete: -La fecha de producción y término del documental es de 2008. ¿A qué se debe el estreno recién ahora casi 10 años después de haberlo realizado?
David Blaustein: -Luego de su proyección en Bafici durante un tiempo pensé en volver a rehacer el documental, cosa que finalmente no ocurrió. También sucedió que cambiamos la ampliación fílmica por la digital en el Incaa porque era absurdo gastar dinero en la ampliación cuando su exhibición iba a ser en digital básicamente .Finalmente, me demoré en reconocimientos de costos en el propio Instituto.También me distrajeron otros proyectos y temas menores de salud.Cuando por fin me decidí a estrenar hubo que ponerse a trabajar.De todo esto el único responsable soy yo.
P.E.A: -¿Cuál es según su opinión el aporte desde el punto de vista cinematográfico de Enrique Juarez al cine político de los ’70 en la Argentina?
David Blaustein: -Juarez aporta lo que cada uno de aquellos cineastas hacen en su personal forma de ver el cine y los procesos políticos. Creo que la pertenencia de Enrique a un gremio y un sector social le da una impronta.También su oficio de montajista o su manejo de los otros oficios.Finalmente su cercanía a Montoneros es definitiva en su deseo de reconstruir el tiroteo en la pizzería La Rueda de Williams Morris. Son hipótesis de alguien que opina por la obra. No por haber conocido personalmente a Enrique Juarez.
P.E.A: -¿Cómo fue el trabajo de reconstrucción junto al cineasta Nemesio Juarez, hermano de Enrique, sus hijos y su propia búsqueda como documentalista?
David Blaustein: -Nemesio tuvo la generosidad de aportarnos el material que estaba en sus manos.Las jornadas de rodaje en la moviola de Macías fueron llenas de afecto y anécdotas. Aparte, él y Macías son muy buenos amigos por lo que estuvo plagado de diálogos sobre la época y aquel cine.
P.E.A: -De todos los testimonios que aparecen en el documental no surgen referentes críticos o cuestionadores del accionar de Enrique Juarez más allá de algunas tibias marcas de contradicciones en palabras de algunos de los entrevistados. ¿A qué se debe la ausencia de esas voces contrastantes?
David Blaustein: -La idea no era cuestionar el accionar de Juarez, sino describirlo, entenderlo y reflexionar sobre su militancia y su cine.Cuestionarlo hubiera sido otra hipótesis de trabajo
P.E.A: -Tengo entendido que además de su estreno el jueves en el cine Gaumont, el viernes 13 se podrá acceder desde la plataforma Cine.ar a la visualización de este documental, su sexta película. ¿En un ejercicio de futurología, cuál cree que podría haber sido el impacto de la internet y su acceso público para ese cine militante?
David Blaustein: -Tanto Porotos de Soja como La Cocina fueron estrenados casi simultáneamente en el Gaumont y exhibidos en Incaa TV o Canal 7. No reniego de la tecnología para aumentar la difusión de nuestros trabajos. Si las plataformas suman, bienvenidas sean: Cazadores de Utopías fue estrenada en 8 salas. Y Botín de Guerra en 6. No me agrada el cambio. Pero no puedo hacer nada frente a estos avances. Ello no inhibe que sigamos peleando por ampliar más nuestros espacios de difusión.
P.E.A: – ¿Qué resabios del cine de los ’70 en su faceta política reivindica y cuáles cuestiona desde su experiencia personal?
David Blaustein: -No los llamaría resabios. Hoy aquellas definiciones tienen cierta continuidad en la enorme cantidad de experiencias colectivas de diversos grupos de cineastas tanto de ficción como de documental.Y en las obras diversas de cantidad de realizadores que lo hacen con esfuerzos individuales.Todo suma en el gran fresco que es la construcción de nuestra identidad y memoria colectiva. Sólo cuestionaría aquellos lenguajes dogmáticos que lejos de transformar la realidad colaboran en la manutención del status quo.
P.E.A: -Aquello que se rebela se subleva, se niega a la obediencia de un orden y lo que se revela es aquello que se descubre. ¿La memoria es ese puente entre lo que se rebela y lo que se revela?
David Blaustein: -Los Fragmentos Rebelados son aquellos que se niegan a desaparecer, a ser reprimidos u olvidados. Esta rebelión corre tanto para la memoria audiovisual y su desaparición física como para la memoria colectiva y los intentos de cercenamiento. Se rebelen en el mejor de ambos sentidos. Es interesante que la memoria pueda ser el puente entre la rebelión y la revelación.