Por Pablo Arahuete
La soledad urbana ha sido un tópico habitual para un tipo de cine que se nutre de la observación de lo cotidiano y la sensibilidad para trazar puentes con lo humano y los problemas existenciales. Eso pasa a grandes rasgos en La voz del silencio del director Andre Ristum (foto de portada junto a los actores de su película). Lo entrevistamos y de esa charla surgen nuevas preguntas que por motivos obvios quedarán seguramente para su próxima película.
Todo empezó cuando miré el cuadro “Una noche estrellada”, de Van Gogh, debajo de un cielo revuelto, los habitantes de una ciudad dormían, ignorantes del pasar implacable del tiempo.
Pablo Ernesto Arahuete: – Hay una elección de estructura coral para entrelazar las historias y los personajes. ¿Cuáles fueron los criterios de esa selección y a qué aspecto responde el cruce que se va dando entre algunos, promediando gran parte del film?
Andre Ristum: –Todo empieza con la observación de la vida y de algunos personajes. A lo largo de unos años decidí juntar las varias notas e historias, y apareció la idea de hacer “La voz del silencio”, como muchos otros directores ya hicieron con película corales, icónicas en el cine internacional. La coralidad tiene que ver con la idea de que todas esas historias estaban de alguna manera conectadas, así que nació la idea de ponerlas en una misma película, porque por más distintas que fuesen, la lucha por la sobrevivencia, los afectos distantes y el pasar implacable del tiempo estaba presente en todas ellas. Todo eso empezó cuando miré el cuadro “Una noche estrellada”, de Van Gogh, donde debajo de un cielo revuelto de un mundo que está en constante movimiento, los habitantes de una ciudad dormían, ignorantes del pasar implacable del tiempo, ocupados con temas menos importantes y significativos. Los cruces son un poco de la casualidad de la vida, la idea es a veces poner unos personajes a cruzarse y otras veces que crucen, pero que no se vean. Un poco como metáfora de la vida en la ciudad grande: estamos siempre mirando solamente nuestro mundo.
el silencio del titulo es justamente el que está ahí entre familiares que no se hablan, que no se comunican, y que de alguna manera buscan su voz.
P.E.A.: – ¿Considerás que la urbe de Sao Paulo es un factor singular para esas historias de soledades y redenciones o se puede aplicar la fórmula en el marco de cualquier otra metrópolis, a pesar de las diferencias culturales?
Andre Ristum: –Seguramente la fórmula se aplica a todas las grandes ciudades de hoy, claro, preservando las diferencias culturales de cada lugar. Me parece que los temas que están en la película son universales en ese sentido, comunes a la vida de personas normales en todo el mundo.
P.E.A.: – Uno de los tópicos que atraviesan la trama es sin lugar a dudas el trabajo como medio de supervivencia más que de autorrealización personal. ¿Considerás que las crisis relacionadas a los cambios de paradigma en el ámbito laboral son hoy por hoy el denominador común de países como Brasil y Argentina, más allá de los gobiernos y sus ideologías?
Un poco como metáfora de la vida en la ciudad grande: estamos siempre mirando solamente nuestro mundo.
Andre Ristum: –Me parece que en general las personas (claro que hay excepciones, y no son pocas) están muy preocupadas con su propio mundo, y miran poco alrededor, luchan mucho por llegar a algún lugar, algún tipo de éxito individual, pero no están muy preocupadas con su autorrealización, y se ocupan más del dinero, el éxito y cosas similares. Me parece que, lamentablemente, con un aumento de consumismo en todo el mundo, esas necesidades aparecen en todos lados, y no solamente en Brasil y Argentina. Creo que de alguna manera todo lo que pasó en los últimos años en muchos países, con el aumento de posibilidades de incorporarse al sistema consumista para una gran parte del pueblo que no podía hacerlo es por un lado muy importante y positivo, pero por otro lado todo ese crecimiento llegó sin mucha calidad o información, trayendo más consumismo desenfrenado, para una producción sin contenido.
las personas están muy preocupadas con su propio mundo, y miran poco alrededor.
P.E.A.: – La idea de introducir el elemento del eclipse como detonante dramático para unir los fragmentos de las vidas cotidianas: ¿Surgió apenas comenzaste a escribir los personajes o formó parte de otra cosa?
Andre Ristum: –El Eclipse llegó después, justamente para unir todos los fragmentos dramáticos a la vuelta de un evento único, que trae algún tipo de influencia en la vida de todos. Cuando era chico fui extra en la película “La Luna”, de Bernardo Bertolucci, y para hacer un homenaje quería un día encontrar una manera de usar la luna en alguna película. Y llegó la oportunidad.
P.E.A.: – En el casting aparecen tanto actores argentinos como de Brasil. ¿Cómo fue el trabajo con ellos y qué método de abordaje utilizás para comunicarles las historias y motivaciones de sus personajes?
Andre Ristum: –Trabajamos y preparamos los actores de los 2 países de la misma manera, siguiendo el mismo método de preparación y pruebas. Empezamos antes en un entendimiento de todo lo que está por detrás de la vida de esos personajes, cosas que ni están en la película, pero ayudan en la creación de las vidas de los personajes. Después se avanza buscando crear las relaciones de afecto, hasta algunas pruebas en la intención de las escenas que están en el guión.
vemos amigos sentados en una mesa, pero cada uno está mirando su celular… todos juntos, pero solos.
P.E.A.: – Otro tópico que se trabaja en tu película La voz del silencio es la relación entre padres e hijos, muchas veces conflictiva. ¿La idea de recuperar el valor de los afectos más allá de los problemas individuales entre ambos se puede relacionar con el título de ese silencio que cobra alguna voz?
Andre Ristum: –La relación entre padres e hijos está presente en todas mis películas, creo que es un tema común por haber perdido mi padre muy joven, con 12 años. Crecí con mi mama hasta los 16, y después me fui a vivir en Brasil con mi abuela, así que también terminé distante de mi madre que se quedó en Italia. Creo que todo eso influenció mucho las historias que me interesa contar, y también la necesidad de hablar de relaciones afectivas. Y seguramente, el silencio del titulo es justamente el que está ahí entre familiares que no se hablan, que no se comunican, y que de alguna manera buscan su voz.
P.E.A.: – Hay un término que utilizan mucho en tu país “Saudade”, algo así como esa nostalgia por aquello que se pierde. ¿Cuál es hoy por hoy la “Saudade” de este milenio?
Andre Ristum: –Bueno, creo que hoy en general hay saudade de los contactos personales más profundos. A veces vemos amigos sentados en una mesa, pero cada uno está allí mirando la pantalla de su celular… todos juntos, pero solos. Tenemos una sensación falsa de proximidad, mirando la vida de todos en las redes sociales, pero sin encontrarse, sin sentarse y hablar un poco de la vida. Y la vida pasa como en el cuadro de Van Gogh, sin que percibamos el tiempo. Espero que esta evolución camine, trayendo todas las novedades positivas que llegaron con internet y toda la tecnología, pero también caminando en una dirección para re-encontrar los afectos y las relaciones personales, como propone la película.
fui extra en la película “La Luna”, de Bernardo Bertolucci, y para hacer un homenaje quería encontrar una manera de usar la luna en alguna película.