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jueves, 21 noviembre 2024
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Festival de cine Colombiano: Cobertura segunda parte

Por Pablo Arahuete

Tras el mal trago allá lejos en las estepas rusas, la mejor opción es disfrutar de Colombia y su cine con entrada libre y gratuita en su segundo día de festival. Hacia allí nos volvemos a dirigir para dejar nuevas reseñas.

Jericó, el infinito vuelo de los días (Catalina Mesa, 2016, documental)

Con la persistencia de la infancia los niños no sueltan los cometas y las protagonistas de este delicioso documental tampoco sueltan la vitalidad. Se aferran al hilo delgado de la alegría para que se haga más grande y contagian el respeto por la vida y por la muerte como parte de un proceso que llega cuando se vivió la juventud con intensidad, amor y superando las pérdidas de esposos, hijos o incluso amigas. La devoción por santos, y por la música para purgar las penas invaden la imagen cándida de estas ancianas jóvenes a pesar de la soledad cuando la cámara acompaña bien callada y con la mirada lúcida de una directora mujer. No es un eufemismo, pues la sensibilidad de este film la consigue Catalina Mesa que supo escuchar sin intervenir y fluir con los días, con las risas y el llanto para remontar nuevamente los cometas y descubrir en esos rostros ajados las niñas que se transformaron en mujeres y las mujeres que se transformaron en sabias.

Festival de cine Colombiano: Cobertura segunda parte 1

 

 

Mariana (Chris Gude, 2016, Ficción)

Un plano secuencia demoledor para trazar coordenadas y leer uno de los itinerarios posibles de este sugestivo viaje con personajes a la deriva de la mano del director Chris Gude. En ese plano, un auto recorre una carretera mientras su conductor y acompañante escuchan un discurso de Hugo Chávez Frías, que trae a colación la última carta de  Simón Bolívar a los Colombianos, donde expresa con pesar que perdió absolutamente todo, lo dejó todo dice Chávez Frías a la juventud entusiasta que se escucha de fondo, pero el contraste inmediato es ver en otra imagen elocuente el contrabando y el cachetazo de ese acto que lejos de celebrar la supuesta autonomía o independencia de los pueblos confirma la contundente derrota de un ideario para caer en la actividad esclavizante, en lo ilícito como modo de supervivencia. Tal vez lo que naufraga en Mariana no sean solamente sus personajes errantes y sin destino, sino las ideas, las ilusiones de un pasado hundido en un océano de incertidumbre.

Festival de cine Colombiano: Cobertura segunda parte 2

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