Por Maximiliano Curcio
En el cine documental independiente, hablar de DOCA es sin lugar a dudas reconocer una forma de hacer y entender el cine, distintiva. En épocas de resistencia cultural apelar a la diversidad es una tarea riesgosa, pero obligada. Nada mejor entonces que dejar expresarse a los que realmente saben. En una intensa charla dialogamos con uno de los organizadores del DOCA
Mario Verón en primera persona:
Mario Verón estudió Cine en Bellas Artes y Comunicación Social en la facultad de Periodismo (UNLP). Se dedica al cine hace casi 20 años, realizó tres largometrajes estrenados y ahora va por un cuarto en pre producción. El año que viene se estrena una coproducción argentina-paraguaya, que es su primer proyecto internacional. Pertenece desde 2010 a la Asociación Documentalista Argentina, con la cual cumplieron 11 años de existencia, en el marco del nuevo festival.
Sobre el DOCA, nos comenta que:
La asociación nuclea más de 200 socios y socias de todo el país. Una de las particularidades de la asociación es la gran diversidad de miradas y propuestas estéticas que tienen sus socios. Es una asociación pluralista en su enfoque y posee una impronta federal. Tenemos socios en Mendoza, Tucumán y también el Sur del país, por sólo nombrar algunos puntos claves. La asociación, a lo largo del tiempo, fue forjándose como la punta de lanza de la defensa del Cine Argentino. La idea era que nos unamos para recrear y conformar un Nuevo Cine Latino. Apostamos a una diversidad de contenido de lenguajes, un cine que se apropia de las diferentes forma de producir y de distribuir.
Ese es el punto de partida para construir nuestra identidad y trazar un nuevo horizonte cultural social y político a través de las historias que contamos, que siempre están atadas y ligadas a nuestro pueblo y a nuestra memoria. Queremos hacer memoria con nuestro cine documental. A partir de allí tejer hilos con otros cineastas del mundo y borrar las distancias, formar una especie de red y recomponer eso vínculos que se fueron rompiendo culturalmente, por culpa del sistema en que estamos insertos. De ahí viene este festival y su identidad se construye allí. Se trata de intentar poner una nueva pantalla más al cine internacional. En ese sentido somos internacionalistas. Porque la idea es poner en cartelera a películas que nos han llegado de diferentes cinematografías. Tenemos películas de regiones muy distintas, países que se han ido sumando a nuestra propuesta a lo largo de los años.
Inspiraciones y modelos a seguir, ¿Cuáles y por qué?
En la asociación tenemos a nuestro referente Raymundo Gleyzer, cineasta desaparecido, y esa perspectiva y ese compromiso a lo narrativo -más allá de nuestras propuestas estéticas- radica en el lugar de identificación donde nos encontramos todos: su figura. Acá en La Plata y en Capital Federal vino, hace poco tiempo, Juana Sapire (ex compañera de vida de Gleyzer) e hicimos una jornadas donde se pasó toda su obra restaurada llamada “Volvemos a sembrar a Raymundo”. La obra de Raymundo vinculada con su tiempo supone pensarnos desde ese lugar como sujetos artistas, críticos e intelectuales orgánicos, como decía Rodolfo Walsh. De manera que proponemos un cine que sensibilice. Un cine que interpele y que dé lugar al espectador para reflexionar.
Estamos muy felices con el festival, honrados que tenga su sede en la ciudad de La Plata. Contamos con cinco sedes actualmente: San Juan, Tucumán, Córdoba, Buenos Aires y nuestra ciudad.
– Películas destacadas de la programación actual:
-EL SABOR DEL CEMENTO
Es una obra de arte contundente. Una pieza única que no tuvo su estreno comercial en Argentina. Habla sobre la situación de los inmigrantes centroamericanos.
-LA BESTIA HUMANA
Acerca de la comunidad senegalesa en Argentina, el film retrata los contingentes inmigrantes de dicha república africana en nuestro país.
-ESTOY AQUÍ
Propone un debate sobre el lugar que ocupa en nuestra sociedad el arte desde una mirada diversa.
-KOLLANTAI
Acerca de la dictadura militar en Uruguay, realizado por colegas argentinos y socios del DOCA.
Similitudes y diferencias con otros Festivales y muestras de cine documental
El DOCA propone una ventana donde se tejan redes y lazos, ese es nuestro objetivo. Defendemos nuestro derecho, que se cumpla la Ley de Fomento al Cine, que está en juego. Se trata de defender las pequeñas producciones. Teniendo en cuenta que el documental es parte de nuestro patrimonio histórico y cultural. No debe producirse y distribuirse en función de un lucro sino del beneficio de la sociedad y analizando el estado actual de su enorme producción. El cincuenta por ciento del cine argentino lo produce el cine documental, por lo tanto la asociación busca fomentar la discusión acerca de las necesidades de producción. Este festival viene a decir que el cine documental es vigente en todo el mundo y necesario para la cultura de nuestros pueblos oprimidos. Se los denomina tercermundista o periféricos, en el sentido de que esas historias son aquellas sobre las que no se quiere decir. Y no desde un lugar despectivo, ya que es ese cine que da pelea, que tiene problemas de distribución por culpa de los tanques de Hollywood.
Por este motivo, traemos 25 películas seleccionadas sobre 700, en donde convergen muchas miradas de realizadores que van de Camboya a Vietnam. Tenemos material proveniente de Canadá, Chile, Perú y México, que tiene sensibilidades particulares o tan parecidas a las nuestras y tienen ganas de narrar las historias de sus pueblos.
Hay una coyuntura muy especial en este momento, por lo cual nosotros defendemos el cine argentino independiente. En este sentido, siempre me quedó marcado una poesía de Leonardo Favio, figura a quien también admiramos y cuyo pensamiento engloba esto de que “quien nace cineasta viene con urgencia”. Nuestra misión es fabricar imágenes para testimoniar la historia con el fin de transmitir el asombro, los sueños y la poesía. Ese es nuestro oficio: testimoniar el llanto, la pasión, la risa. Ser memoria y construir una memoria colectiva. Estos realizadores han colaborado en la construcción de sus pueblos como nosotros humildemente con nuestras historias intentamos aportar a la memoria colectiva de nuestro país. Nos proponemos ponerla en pantalla y ofrecerla al espectador.