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viernes, 26 abril 2024
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Gustavo Garzón: Uno como artista se la debe jugar si tiene algo para decir

Por Pablo Arahuete

Gustavo Garzón nos introduce en su experiencia de padre y director en un documental personal y sumamente singular para mostrar el trabajo de Juan Laso, creador de un taller de teatro y actuación integrado por personas con Síndrome Down. En esta entrevista exclusiva el actor y director de gran carrera nos cuenta con muchos detalles la experiencia de haber rodado junto a sus gemelos Down para arriba.

Pablo Ernesto Arahuete: Down para Arriba ¿ Era la película que en cierta manera te debías y le debías a tus hijos gemelos en tu rol de padre y tu experiencia con ellos para mostrar otro aspecto de la discapacidad y los mitos sobre ella?

Gustavo Garzón: –La verdad es que no sentía ninguna deuda, ni con mis hijos ni conmigo, que debía decir algo sobre la discapacidad. No me siento un profeta. La hice porque quería. Quizá  desde que nacieron hasta sus veinticinco años me negué a exhibir mi intimidad con ellos no quería que se pensara que yo me aprovechaba de ellos para ganar notoriedad, siempre fui muy pudoroso. Ahora cambié un poco  y quise hacer esta película que tiene mucho de autorreferencial, pero no por una cuestión de deudas conmigo, con mis hijos o con la sociedad.

P.E.A.: -¿Cómo manejaste la distancia de observador como director del documental y partícipe necesario durante el rodaje junto a tus hijos?

Gustavo Garzón: -Mi relación con ellos durante el documental fue natural. A ellos la cámara no les genera más que alegría, están acostumbrados, no los inhibe. Mi presencia como director casi no se notaba porque yo no manejo cámara, lo hace un técnico especializado. Yo daba algunas directivas. Estaba viendo lo que se filmaba, las clases con una intervención mínima, muy discreta. Eramos un equipo chiquito de cuatro personas, la cámara silenciosa y dejábamos que transcurrieran naturalmente las clases.No queríamos entorpecer o que las clases se desnaturalizaran con nuestra presencia. Lo mismo con mis hijos, estaban contentos porque yo estaba ahí, porque estaban haciendo una película. A ellos les gusta el cine. Fue un placer.

P.E.A.: -¿Qué viste en Juan Laso, su método de enseñanza del teatro, diferente a otros talleres para personas con capacidades diferentes?

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Gustavo Garzón: -Si bien yo no conozco todos los talleres de teatro que hay, para personas con capacidades especiales porque de eso estamos hablando, mis hijos han pasado por seis antes de llegar a Juan Laso. La gran diferencia es él logra niveles de actuación en los chicos que yo nunca había visto en otros.Muy natural, muy relajado, muy gracioso, muy feliz para los chicos que lo hacen. El secreto de su método está en su personalidad, en el vínculo que él logra con los chicos. Es a través de ese vínculo que logra que los chicos saquen cosas personales, con una verdad y una gracias que yo no había visto en otros talleres. No es una técnica es un don, para generar un vínculo, comunicación y sensibilidad con las personas. El talento no se explica, lo más interesante es que Juan los dirige como en una clase convencional para actores convencionales. No los subestima y eso es maravilloso. Yo pensaba mientras veía las clases que no le iban a entender las consignas de trabajo. Todo  lo contrario les inculca, les da disciplina y repite que son actores profesionales, no chicos con problemas que están actuando. Les exige y ellos se lo toman en serio siempre con contención y cariño.

P.E.A: -Como padre de los gemelos ¿En qué momento viviste circunstancias donde la discriminación se relacionaba directamente con un prejuicio y cuando fue producto de la ignorancia simplemente?

Gustavo Garzón: -En verdad yo no me siento una víctima de la discriminación, ni me gusta montarme a lo políticamente correcto y decir que los chicos son discriminados, que la sociedad no los incorpora. Creo que mis hijos tampoco lo sufrieron. Lo que sí hay es ignorancia, mi propia ignorancia que tenía, tampoco culpo a la gente. Lo que si debería haber por parte del Estado, de la educación, de los cursos pre-parto, información y explicar qué es realmente el Síndrome Down y no que sea un fantasma temible del que hay que huir. Que una pareja con un chico Down sepa que no es lo peor que les podría pasar, eso es ignorancia. Sobre todo la ignorancia aparece porque no saben cómo acercarse a ellos. Ahí aparecen las barreras, algunos se acercan naturalmente y otros se inhiben o piensan que no los van a entender y entonces prefieren no hacer el intento pero no porque sean malos. Todos somos humanos  y yo también lo puedo comprender. Ellos son lo que son. Yo siempre los relacioné  con su pares. Todas las instituciones a las que han ido es con sus pares, se sienten cómodos y a gusto. Tampoco estoy todo el tiempo con ellos para enterarme si han sufrido discriminación.

P.E.A: -Durante el documental se inserta con material de archivo propio tu historia desde los comienzos ¿Cuál fue el criterio de selección y el filtro que manejaste entre la intimidad y la manera de contar tu experiencia?

 

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Gustavo Garzón: -Mi participación en el documental me generaba muchas dudas. Al principio pensaba no aparecer. Después no sé en qué momento sentí que debía incluir mi punto de vista. Me costó escribir el off del comienzo y el final, sentía como vos decís que eran cosas muy íntimas, personales, que me exponía bastante pero uno como artista se la debe jugar si tiene algo para decir y yo tenía, sentía que había algo que decir y cuando veo el documental creo que le da un sentido un porqué y un para qué a lo que quería decir, sino es algo sin rumbo, la descripción de clases de teatro. Mi presencia como padre, mi experiencia le agrega corazón. En ese sentido me siento orgulloso de mi recorrido como padre.

P.E.A.: -¿Cómo fue el trabajo conjunto con Juan dado que estabas presente con una cámara y podía romperse en los alumnos la espontaneidad cotidiana de las clases cuando no hay cámaras presentes?

Gustavo Garzón: -Fue extraordinario ver cómo la cámara no les generaba ninguna modificación a sus conductas,no los inhibía, era como una amiga.Algunos le hablaban. No afectó para nada el trabajo de Juan (Laso) con ellos. Les encanta la cámara, el público, los aplausos, la exposición, el escenario.Yo no intervine nunca en las clases, era un observador. Nada de lo que se ve en el documental es manipulado para el documental. Un registro natural de las clases, eso es lo que yo quería reflejar.

P.E.A.:  -¿Qué te enseñan tus hijos y qué aprendieron de vos respecto a su percepción de la realidad y del otro como otredad?

Gustavo Garzón: -…Qué sé yo, tantas cosas… mis hijos me enseñan quizás ellos tienen una relación mucho más simple y directa con la vida que la que tenemos nosotros, un acceso a la felicidad de un modo más directo. No tienen especulaciones, ni dobles sentidos , son entrañablemente amorosos, sus abrazos son inconmensurables algo muy difícil de explicar. Me enseñan que la vida no es solamente el éxito o tener acceso al conocimiento sino que hay una inteligencia emocional que nosotros no desarrollamos. Ellos nacen con esa inteligencia emocional que es un espejo en el cual trato de mirarme. Ahora yo qué les enseño lo tendrían que decir ellos. Les doy todo lo mejor que tengo, mi presencia, mi constancia como padre que es lo que necesita un hijo. Jamás les miento. Cuando prometo algo lo cumplo y si no no lo prometo. Que se yo son 31 años y debe haber muchas más cosas que no se me ocurren ahora.

P.E.A.: -Tengo entendido que tenes una escuela de teatro con música ¿Podrías contarnos con más detalles de qué se trata?

Gustavo Garzón: -Si mi escuela se llama Escuela de actuación Garzón-Lombardo, tiene clases para personas convencionales que las doy yo en cuerpo y alma. Y talleres de teatro musical para personas con discapacidades intelectuales o capacidades diferentes como me gusta llamarlos a mí. Lo creé para que mis hijos bailaran y cantaran con otros porque a ellos les bailar y cantar y antes lo hacían solos o frente a la tele. Me parecía que su deseo era cantar y bailar en un escenario con compañeros.Como busqué y no lo encontré lo inventé yo con Belén Cervantes, una española discípula de María Fux hace ya cinco años. Hoy tenemos dos grupos con comedia musical y se suma Juan Laso con taller de actuación, el protagonista de este documental. De uno de los cursos de comedia musical se hace cargo mi hija Tamara.

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