Los Payasos ( Argentina, 2019, 68 minutos)
Director: Lucas Bucci y Tómas Sposato
Comedia
Sinopsis BAFICI
Cuando su corto Los Payasos queda seleccionado en el Mundial del Cortometraje, tres jóvenes aspirantes a artistas viajan a Florianópolis y deciden grabar cada minuto. Con capacidad para registrar 16 horas continuas, la cámara pronto se vuelve testigo de las situaciones más vergonzosas y delirantes.
La podés ver:
11 de Abril – 14:00 hs
Multiplex Belgrano – Sala 8
Reseña por Pablo Arahuete
La difícil clasificación de esta película conlleva un mapa para aventurar cualquier tipo de análisis y dejarse llevar por el humor, el riesgo de la autoreferencialidad y un verosímil, sostenido en base a buenas actuaciones. Actuaciones en el sentido de acto más que de construcción de un personaje que actúa y desde ese ambiguo registro, descorrer o limpiar el maquillaje jugando con la idea del título y con la máscara del payaso es también exponer el truco hasta las últimas consecuencias sin solemnidad y con un amplio sentido de la crítica no destructiva sino pensante. Podría decirse que la cantidad de anti clímax de esta ópera prima es su principal sorpresa y a la vez la otra cara de un tópico que ya se vuelve moda en el cine desde el auge de las redes y la necesidad de compartir todo lo que se hace sin editar un segundo, al menos eso es lo que se quiere hacer creer cuando se muestra el compendio de fotos sin la película. Los payasos es un diario de viaje que parte del pretexto de documentar una experiencia con el entusiasmo de ganar el premio y ser reconocido simplemente por el hecho de estar en un lugar distinto, aunque en ese viaje sucedan todo tipo de contratiempos, frustraciones y las máscaras de la representación, sin la impronta de la selección de los pulgares arriba antes mencionada haga de ese continuo un contrapeso de pulgares hacia abajo. Jerónimo Freixas conocido por sus videos en Youtube y más desde la pareja del mundial, junto a su esposa, es el indicado para explotar el anti héroe de una épica cotidiana con ansias de final feliz y para eso se necesita saber lo que se quiere contar como ocurre con una de las películas más fronterizas de este festival.
Volcano (Ucrania, 2018, 106 minutos)
Director: Roman Bondarchuk
Comedia
Sinopsis BAFICI
Extraños contratiempos dejan al citadino Lukas varado en un pequeño pueblo al este de Ucrania. Allí, un peculiar inventor llamado Vova y su seductora hija Marushka le ofrecen refugio; y Lukas, inmerso en un mundo anárquico y casi sobrenatural, comienza a experimentar algo cercano a la felicidad.
La podés ver:
11 de Abril – 14:20 hs
Alianza Francesa
Reseña por Pablo Arahuete
Entre el primer plano cenital, donde la cubierta de una importante embarcación surca aguas continentales y recién al final de esa escena se advierte una inscripción en algo parecido al ruso, con el último plano de este film, no existe en apariencia alguna correspondencia en lo que hace a un hilo conductor aunque sí refuerza la idea de estar a la deriva. Y a la deriva es una buena herramienta para el desarrollo del derrotero de un personaje que llega a un territorio desconocido en auto y desciende un poco por pedido insistente de uno de los acompañantes y otro para tomar aire a buscar señal. Desde el momento en que abandona el auto y pierde el sentido de la orientación, se abre otra extraña arista que lo confronta no sólo con la realidad de un lugar desconocido sino con un conjunto de situaciones siempre jugadas al humor negro y personajes variopintos, que le devuelven cierta actitud esperanzada y también lo definen en lo que a identidad supone. Que ese espacio errático no sea otro que una ciudad de Ucrania, donde se aprecia desde la imagen y la anarquía la carencia de todo, se transforma desde el punto de vista del extraño en un retrato simbólico de conflictos políticos altamente complejos, cuya única raíz emana de la poca tolerancia y la violencia que atraviesa la vida de su gente, a la deriva de forma constante.
Entrialgo ( España, 2019, 65 minutos)
Siempre el punto de vista de un niño modifica cualquier escenario posible pero la apuesta al registro documental y el seguimiento de su vida de niño, en Asturias (España), duplica las posibilidades para que el marco de lo rural, el contacto con la naturaleza y unas imponentes montañas de fondo acompañen esa despreocupación, propia de la infancia. Hay juegos con amigos de la escuela, los nuevos métodos de aprendizaje con pizarras virtuales y la relación directa con animales sin domesticar y bajo las leyes de la crudeza del campo, que quedan plasmados en el tiempo real en que suceden los acontecimientos. Por muchos momentos se pierde la noción de la presencia del director, atento al mínimo detalle pero siempre consciente de su rol de observador, de la importancia que implica partir de la base de la no intervención sobre los materiales de la realidad y también de la entrega al instante en que el niño modifica su manera de ver su propio mundo, algo que no se aprende en ninguna escuela y que se vive desde la infancia hasta la intuición de que un día dejaremos de estar, y antes que nosotros muchos otros.
Una chica invisible ( Argentina, 2019, 80 minutos)
Sin ser cinéfila, esta rara comedia argentina se vale de la figura del voyeur para explotarla no sólo desde la concepción del observador observado con un guiño al espectador que desde su rol pasivo observa la película, sino como elemento unificador de las historias que se cruzan en un relato cuyo núcleo central se presenta de manera fragmentada. El ir y venir en el tiempo hace del mecanismo de la anticipación y el cumplimiento algo misterioso más que la afirmación de los hechos que suceden, y la idea de introducir mini relatos como otro cuerpo narrativo es utilizada no caprichosamente sino funcional a la historia principal, que involucra a la “espiada”, a quien la espía en un primer plano y al entorno que atraviesa esa dialéctica no siempre equilibrada con una fuerte presencia. Y todo ese cóctel de recursos cinematográficos como por ejemplo el fuera de campo o los cruces de historias, lejos de empalagar seducen por su sabor a película argentina que puede hacer reír desde lo más sencillo del gag hasta las nuevas modas de las redes sociales, un nuevo paradigma para voyeuristas que jamás se definirán como tales. Descubrimiento de una niña actriz capaz de hacer reír como generar tensión en un segundo, y sin perder el eje de su tierno y siniestro personaje: Lola Ahumada.
La herida y el cuchillo (Notas para un film sobre García Wehbi) (Argentina, 2019, 65 minutos)
Director: Miguel Zeballos
Artistas en acción
Sinopsis BAFICI
Documental, biografía y ensayo que sigue el proceso creativo de los últimos cinco años del dramaturgo Emilio García Wehbi. En paralelo, una serie de escenas de ficción, representadas en performances e instalaciones, dialogan con la poética de uno de los creadores de El periférico de objetos.
La podés ver:
12 de Abril – 21 hs
Semana del Arte
Reseña por Pablo Arahuete
La singularidad de este híbrido entre documental y ensayo se explica tal vez desde la aclaración del paréntesis del título y eso genera el inmediato atractivo o rechazo en el espectador, sin necesidad de reconocer en las imágenes de quién se trata y sobre todas las cosas de aquello que invade en cada segundo un encuadre y participa del caos de la creación de un dramaturgo, para poner en riesgo absolutamente todo lo que construye. La propuesta bebe tanto del veneno de la descomposición y la deconstrucción como del elixir de una metafísica que puede explicarse desde mucha teoría y esos nombres que conectan y coexisten entre textos, imágenes, puestas en abismo, presentaciones y largos etcéteras; que cortan todo tipo de anclaje, convive en la muerte de la estética. Para hablar de la decadencia cultural no hay otro recurso que volverse revulsivo en términos artísticos, superar la modorra snob e intelectual por la superposición del cuerpo con el dolor de las palabras, los gritos de placer por la representación ya no implícita del sexo a lo Bataille aunque aquí no haya referencia directa sobre el filósofo francés. Todo eso entra en el paréntesis y la capacidad de capturar ese proceso en el aquí y ahora suponía de antemano un enorme riesgo y desafío para el director Miguel Zeballos, desde su participación activa y pasiva. Desnudar la imagen a la par del cuerpo, exponer el mecanismo en la pornografía de los excesos y en la fuga del silencio.