Reseña de Las hijas del fuego
Por Paula Fossatti
Película estrenada a finales del 2018, en la que nos permite interrogarnos acerca del placer del cuerpo de la mujer, sin importar su orientación sexual, su religión, ni su pasado. ¿Es posible concebir la pornografía a partir de la sutileza y placer en vilo solo de mujeres?
Las hijas del fuego, dirigida por Albertina Carri y Analía Couceyro, sitúa al espectador desde un comienzo en una ruta animada, marcando un camino en el que podemos observar el nombre de todas mujeres que participarán en el film; luego nos sumergimos en el sur del país, Ushuaia, en sus aguas heladas, en la cotidianeidad de lo que no conocemos, en donde las tres protagonistas son presentadas en el trabajo, en la actividad diaria y en la intimidad.
Durante el avance del film se incorporan más mujeres, en donde todo el tiempo nos llevan a la pregunta inicial sobre el placer en el cuerpo de la mujer, despegado de la visión machista, acompañado acertadamente de una coalición sonora y visual que culmina en un plano que responde a la gran incógnita.
Para poner en contexto una situación vital en la significación de la película, me gustaría aclarar que Las hijas del fuego son hijas de mujeres, su mayoría científicas, quienes llegan a Ushuaia para ejercer su profesión, en la década del 60. En contra, por supuesto, de la mirada machista y clasista de la época.