Por Laura Pacheco Mora
“Vivir tras las rejas no te impide tener sueños y metas, y alcanzarlos”. Palabras inspiradas de un hombre que no comprendió jamás el concepto de bajar los brazos. Este documental es para cualquiera que a veces piense en rendirse, aun atravesando las peores situaciones límites en las que jamás se hubiese imaginado estar. Él más que nadie, sabe que los logros fueron, son y serán personales y no para recibir gratificación de ninguna índole.
El filme suizo Free Men (2018) cuenta la historia de Kenneth Reams, un hombre inocente y condenado a muerte. Inocente porque a los 18 años fue declarado culpable de asesinato sin disparar una sola bala, convirtiéndose en el recluso más joven de Arkansas. Conocemos entonces el proceder de las leyes del lugar en donde se comete un delito y, en este caso, sobre quién es el justiciero; un claro ejemplo de resiliencia el de Kenneth quien durante 25 años traspasó las paredes de su celda, se convirtió en pintor, poeta, fundó una organización sin fines de lucro y organizó eventos artísticos, mientras lidiaba con la burocracia para ser liberado. Conoce por carta a una mujer francesa Isabelle con la que se luego se casa.
La creadora de este trabajo es la periodista suiza Anne-Frédérique Widmann quien en un hallazgo periodístico logró entrevistar al protagonista sólo por teléfono y desde la cárcel, además de los testimonios de los familiares, especialmente de su madre y tía y de quien fuera luego su esposa Isabelle.
Kenneth también resulta ser un reflejo de la sociedad norteamericana, del racismo hacia la raza negra y de una realidad sociocultural muy diferente a la nuestra, abriendo el debate a los derechos de las personas, cruzando toda frontera y pared.