Por Pablo Arahuete
El director Ricardo Preve (que entre sus múltiples actividades e intereses también es buzo, surfista y navegante a vela) ha causado no poco impacto con su filme Volviendo a casa, docu- ficción sobre el naufragio de un submarino italiano que le llevó varios años de intenso trabajo, y que pudo culminar como homenaje al recuerdo de su joven hija Erika fallecida en 2017. En charla con CineFreaks, Preve nos revela los aspectos más jugosos del proceso de realización de una película que no se parece prácticamente a ninguna otra de la cinematografía local.
Pablo E. Arahuete: –Teniendo en cuenta la magnitud de este proyecto que mezcla documental y dramatización ¿Cómo se filmó Volviendo a Casa?
Ricardo Preve: –Efectivamente es más una docu-ficción que un documental, y fue algo que diseñé de esa forma desde un principio. Cuando trabajé en National Geographic Television aprendí la importancia de las recreaciones históricas en el arte documental. Por ejemplo, en “Niños Momia – Sacrificados en Salta” ganamos una nominación a los Emmy por el diseño de los vestuarios y el trabajo de arte de Graciela Fraguglia. Así que me propuse desde la pre- producción de tener un importante componente de recreaciones históricas, con también un buen grupo de actores profesionales que encontré a través del excelente trabajo de casting de Marina Guerrero.
PEA: –Tengo entendido que la historia del submarino hundido llegó a Ud. por algo azaroso en Sudán mientras terminaba su trabajo de fotografiar tiburones… ¿Qué llamó su atención y motivó su interés para investigar con mayor profundidad sobre la historia del naufragio?
Ricardo Preve: –Me interesa mucho la arqueología submarina (tengo incluso un certificado de buzo arqueológico). Me llamó la atención que, en el informe sobre el hundimiento del submarino, el comandante del “Macalle” decía haber encallado en 5 metros de agua, pero que luego el submarino se había hundido a 400 metros de profundidad. Yo no le creí en un principio, pensando que el comandante exageraba la profundidad en la que se había hundido el submarino para tranquilizar a los mandos superiores que el navío no sería encontrado por los ingleses, y originalmente intenté encontrar el submarino, antes de preocuparme por el cuerpo del marinero. Pero tuve que admitir que el comandante tenía razón. Si bien encontramos algunas piezas del submarino a 60 metros de profundidad, hoy sabemos que el casco está en aguas muy profundas. De ahí mi atención pasó a encontrar el cuerpo de este joven marino, de saber más de su historia personal, y de reparar la injusticia de su abandono.
PEA: –Una vez definida la estructura narrativa, ¿Qué fue lo más difícil que tuvo que atravesar durante los años que llevó terminar el documental?
Ricardo Preve: –Sin lugar a dudas, la muerte de mi hija Erika a los 29 años de edad en Marzo 2017, poco antes de partir para la tercera y última expedición de búsqueda del cuerpo del marinero. Era tal el dolor, mi abatimiento, y mi tristeza que dudé de tener las fuerzas para seguir adelante con el proyecto. Pero decidí seguir adelante para honrar la memoria de Erika, e invertí el orden de la filmación, rodando primero las recreaciones históricas en Argentina (los exteriores en Claromecó, y los interiores en un estudio en Vicente López, ambos en la Provincia de Buenos Aires) en Julio 2017, para que no se abandonara el proyecto, y finalmente yendo a Sudán a exhumar el cuerpo en Octubre de 2017.
PEA: –¿Hubo aportes de capitales argentinos además de extranjeros?
Ricardo Preve: –Sí. El INCAA nos dio un subsidio a la post producción digital, y también colaboraron individuos a través de una campaña de “crowdfunding”. Además, tuvimos la colaboración de la Armada Argentina, que nos prestó numerosos implementos náuticos que nos ayudaron con la construcción de una copia del “Macalle” a escala 1 a 1. Por ejemplo, un radiotelégrafo de la época, salvavidas, cartas náuticas, etc.
PEA: –¿Le consta a Ud. si desde Italia alguna vez buscaron repatriar los restos del marino muerto en el Mar Rojo en la segunda guerra mundial?
Ricardo Preve: –Sí. A poco de terminada la Segunda Guerra Mundial, algunos de los parientes del marinero fallecido Carlo Acefalo, escribieron a una oficina del Vaticano que se ocupaba del tema de los desaparecidos en el conflicto, pidiendo información sobre Carlo. No he encontrado evidencia que recibieron una respuesta. Luego en 1961 un grupo de padres católicos en Port Sudán, la localidad mas cercana a la isla donde había sido enterrado Carlo, ofreció su ayuda para repatriarlo, pero el gobierno italiano demostró poco interés. Finalmente, en 1983 un famoso conductor de televisión italiano, Enzo Tortora, reunió para su programa “Portobello” en la RAI a un grupo de sobrevivientes del naufragio que pidieron al gobierno que se ocupara de repatriar al submarinista, pero fueron ignorados.
PEA: –¿Qué significa el mar para Ud.?
Ricardo Preve: –El mar es parte de mi ADN. ¡En otra vida debo haber sido un pez! Soy buzo, surfista, navegante a vela, y vengo de una familia italiana de capitanes de mar y pescadores. Me siento más cómodo y seguro bajo el agua y rodeado de centenares de tiburones, que caminando por las calles de una gran ciudad.
PEA: –Tengo entendido que su contacto con el cine y su pasión es desde lo autodidacta ¿Qué referentes documentalistas tiene y por qué?
Ricardo Preve: –En Argentina, pienso en el inmenso trabajo que ha hecho Pino Solanas a quien tuve el honor de conocer personalmente recientemente en el Festival de Cannes. Sus documentales “La Hora de Los Hornos” y “Memoria del Saqueo” son películas que marcaron un rumbo en el documentalismo argentino. Personalmente tuve también el honor de trabajar con Mercedes García Guevara en “Tango, Un Giro Extraño”, proyecto en el que aprendí mucho, sobre todo en lo referente al uso de la música en un documental. Me gustan mucho como directores de documentales Michael Moore y Morgan Spurlock, pero agradezco a documentalistas como Jonathan Nossiter (con quien co- produje “Mondovino) y Geoff Luck de Nat Geo por todo lo que me enseñaron.