Por Maximiliano Curcio
El estreno en 1967 de la cinta El Graduado desató revuelo y polémica en cada rincón de Hollywood. La temática que abordaba resultaba insólita hasta el momento, así como transgresora: nunca antes vista o mostrada, ni siquiera sugerida, hacía pensar que una nueva concepción del cine nacía del seno independiente americano.
Este arriesgado proyecto de Mike Nichols, que nació sin el objetivo de conseguir grandes resultados, terminó por convertirse en uno de los clásicos de todos los tiempos convirtiendo en eternos a los personajes de la Sra. Robinson y de Benjamin Braddock. Este último nos permitió conocer nada menos que a Dustin Hoffman, simplemente uno de los mejores intérpretes de la incipiente generación americana.
En los años inmediatos el film se convirtió en una cinta de culto para el público joven, identificado con ese sentimiento de malestar y rebeldía, así como también representativo de una generación. El Graduado nos habló con profunda ironía acerca de las costumbres sociales del mundo adulto de la época, ya que se entromete en el dilema de un joven recién graduado que inicia una extraña relación con una mujer mucho mayor que él, pero que a la vez se encuentra muy atraído por la hija de ésta. La polémica estaba servida.
El Graduado nos entrega una historia mezcla de drama, romance y comedia que relata los encuentros sexuales y el despertar erótico de un joven estudiante. La trama es insólita para la época, si bien hoy resulte algo absolutamente natural. Sucede que en aquellos años resultaba perverso y provocador abordar con tanta profundidad y sin tapujos la relación entre dos personas tan distantes en edad.
Afortunadamente, esa renovadora corriente llamada neo-Hollywood, de la que El Graduado es absoluta pionera, se encargó de derribar esos arcaicos y conservadores principios morales. Es por ello que, además de novedosa, la trama es interesante desde su planteo: aquí se puede tratar una temática adulta sin descuidar su faceta romántica y partiendo desde un humor ingenuo.
La dirección de Nichols no podría haber sido más acertada. Atraído por lo extravagante de la historia consigue una magnifica adaptación en pantalla de la novela de Charles Webb y deja en manos de los personajes principales escenas para el recuerdo. Nichols ganó el Oscar como Mejor Director y la película obtuvo nominaciones en el rubro fotográfico, notablemente implementado. Existe una gran intervención de la música con las clásicas canciones de Simon & Garfunkel “The Sounds of Silence” y “Mrs. Robinson”, que agrega creatividad y emotividad al film.
El film entrega una de las duplas actorales más memorables de todos los tiempos. Anne Bancroft (en un personaje rechazado nada menos que por Doris Day) encarna a la conocida Sra. Robinson componiendo a una mujer sin escrúpulos que se aprovecha sin piedad de la desventaja en edad de su enamorado en un papel que rebosa maldad y sensualidad. Dustin Hoffman supo dar a su personaje el exacto aire de muchacho pueril, encantadoramente distraído y tímido. Otorgando al icónico Benjamin el perfil exacto que su director buscaba, se adueñó del rol al que habían aspirado sin éxito Robert Redford y Gene Hackman.
Título: El Graduado.
Título Original: The Graduate.
Dirección: Mike Nichols.
Producción: Lawrence Turman para United Artists.
Guión: Calder Willingham & Buck Henry, basado en la novela de Charles Webb.
Dirección de fotografía (Color): Robert Surtees.
Música: Simon & Garfunkel. Música adicional: Dave Grusin.
Montaje: Sam O’Steen.
Diseño de producción: Richard Sylbert.
Intérpretes: Dustin Hoffman, Anne Bancroft, Katharine Ross, William Daniels, Murray Hamilton, Elizabeth Wilson, Buck Henry, Brian Avery, Walter Brooke, Norman Fell, Alice Ghostley, Marion Lorne, Eddra Gale, Richard Dreyfuss, Mike Farrell, Elaine May, Ben Murphy y Kevin Tighe.
Género: Comedia, Drama, Romance.
Duración: 106 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 1967.