Por Pablo Arahuete
Eduardo Yedlin se vio motivado por un artículo periodístico en el que introducían a una figura muy especial, Adolfo Roitman, quien además de ser uno de los expertos en religiones comparadas fue elegido curador de los Rollos del Mar Muerto, tal vez uno de los tesoros más importantes para la historia de la humanidad y desde ese momento empezó una aventura ligada al pasado, a los mandatos paternales y al valor de las creencias cuando de fe se trata. Algunos de esos elementos e impresiones tuvieron el suficiente espacio como para intentar esta entrevista. Otro salto al vacío de las palabras, los silencios y porqué no de la fe.
Pablo E. Arahuete: El juego desde el título del documental habla de Paternal, tanto del barrio como de la presencia de un padre y en tu anterior documental del 2015, La Fidelidad, creo que lo paternal se conectaba directamente con tu propia historia y con ese espacio geográfico en el que la avaricia del hombre podía más. ¿La avaricia de aquellos que pretendieron lucrar con los fragmentos de los Rollos del Mar Muerto es algo parecida?
Eduardo Yedlin: -Varias preguntas en una…. El nombre del Barrio proviene de una compañía de seguros: “La Paternal” si bien no es muy romántico habla también de la protección, característica de los padres…
La historia de los Rollos del Mar Muerto es muy larga y sinuosa…
Si bien es cierto que algunos lucraron con parte de ellos, para mí es de lo menos relevante…
Lo que resalto es la figura de la “botella al mar”, quienes escribieron ésto lo guardaron pensando en el futuro. Sin sospechar que saldrían a la luz dos mil años después en medio de conflictos permanentes…
P.E.A: -Qué significó para vos la figura de tu padre en función a lo que terminaste eligiendo en tu vida como le pasó a Roitman respecto con el suyo que tengo entendido era sastre?
Eduardo Yedlin: -Mi padre era abogado y, para mi sorpresa, apoyó mucho mi elección de dedicarme a contar historias en una pantalla.
El padre de Adolfo soñaba con colaborar con el cine argentino, y él está orgulloso de pensar esta película como parte de la concreción del deseo de su padre sastre.
P.E.A: -En un segmento del documental te definís como no creyente ¿Tu vínculo con esta travesía y de la mano de Adolfo y su profunda fe te hizo replantear ese lugar de no creyente?
Eduardo Yedlin: -Este documental nació hace tres años. Un largo camino recorrido por dos personas que hasta entonces no se conocían.
Un hombre de fe y un hombre no creyente.
El rodaje fue muy intenso y nos unió mucho. Nos respetamos y admiramos mutuamente.
Quizás mis creencias se afirmaron, amplié el horizonte que veía…
A lo ancho y a lo alto.
P.E.A: -Creo que tomar contacto con los Roitman y no exclusivamente con Adolfo habilitaba la chance de varias películas, si bien tengo entendido que tu interés en Adolfo nace en un recorte periodístico ¿Cómo te decidiste finalmente en la estructura dado que por momentos el relato se concentra en otros tópicos que exceden al trabajo y misión de este curador argentino?
Eduardo Yedlin: -Es una ”película de camino”, un recorrido acompañando un personaje que pareciera ser de ficción…
Nunca pensé en un documental biográfico ni didáctico, lo acordamos con Adolfo desde el comienzo.
El es un erudito en la historia antigua, y para mi describir sus actividades y su vasto conocimiento era un gran desafío.
Desde el pueblo sanjuanino donde nació el padre de Adolfo, con una historia de caciques y conquistadores del siglo 16, pasando por Jericó, una de las ciudades más antiguas del mundo, y llegando a Jerusalén, con su rica y conflictiva historia.
Esta es una película sobre la Pasión, no sobre la Religión.
Quería terminarla con el amistoso entre Argentina e Israel previo al Mundial 2018. Adolfo pidiendo un autógrafo a su ídolo Messi.
El partido nunca se jugó por cuestiones políticas…
P.E.A: -¿Cuánto tiempo demandó la investigación y los viajes a los lugares sagrados?
Eduardo Yedlin: -Años de lecturas. (Hay tantos libros sobre los Rollos del Mar muerto que ni estoy cerca de haber leído todos, sí el que escribieron Dalmiro Sáenz y el Doctor Alberto Cormillot!)
Los lugares sagrados en Medio Oriente son lugares de una carga espiritual muy fuerte; y de fuertes disputas territoriales.
Estuve allí más de un mes. Me hubiera quedado mucho más…
P.E.A: -Cuando te aventurás a un proyecto de estas características
¿Considerás que alguna instancia en ese proceso se conecta con algo no racional como por ejemplo el azar o el destino, sin caer en una idea metafísica o de índole religiosa?
Eduardo Yedlin: -Creo profundamente en el azar. Y soy casi tan racional como fatalista.
El término fatalismo está formado a partir de la raíz latina fatum, que significa «destino». Por tanto el «fatalista» cree en una necesidad que negando la libertad se impondría irremediablemente al ser humano. En sentido corriente, el fatalismo se refiere a la creencia en el determinismo de los acontecimientos, dirigidos por causas independientes de la voluntad humana, sea este determinismo procedente de fuerzas sobrenaturales como los dioses, de las leyes naturales, del ambiente o de las experiencias adquiridas en el pasado.
Dice Wikipedia…
P.E.A: -Al haber ingresado a lugares de seguridad extrema bajo la confianza de Adolfo
¿A partir de ese instante te sentís de cierta manera como portador de un secreto invalorable o nunca lo pensaste desde esos términos finitos y terrenales?
Eduardo Yedlin: -Me sentí muy honrado y comprometido por la confianza que me tuvo Adolfo.
El haber estado tan cerca del original del rollo de Isaías (el primero en ser encontrado, de casi 7 metros de largo y con un mensaje de paz conmovedor)
Fue un antes y un después para mi.